Los nombres y apellidos del fundador del Opus Dei. Estudio publicado en el apartado de Studi e note del volumen 18 (2024) de la revista Studia et Documenta
Abstract: Durante su vida el fundador del Opus Dei realizó dos modificaciones en sus nombres: unió los dos primeros en uno —Josemaría— y añadió el toponímico “de Balaguer” a su primer apellido. Este estudio analiza los motivos por los que se produjeron esos cambios y los modos en que el propio fundador expresó su nombre.
Keywords: Josemaría Escrivá de Balaguer – onomástico – autógrafo – biografía – Opus Dei
The Names and Surnames of the Founder of Opus Dei: During his lifetime, the founder of Opus Dei made two changes to his names: he united the first two into one —Josemaría— and added the toponymic “de Balaguer” to his first surname. This study analyzes the reasons for these changes and the ways in which the founder himself expressed his name.
Keywords: Josemaría Escrivá – onomastics – autograph – biography – Opus Dei
Desde el nacimiento, el nombre es un derecho humano reconocido, que individualiza a cada persona dentro de la sociedad. Generalmente, cada uno conserva a lo largo de su vida el nombre y apellidos con los que fue inscrito en el registro civil.
De acuerdo con el derecho de cada país, una persona puede modificar tanto su nombre como sus apellidos por causas legítimas: por ejemplo, adoptar el apellido del cónyuge después del matrimonio, unir dos apellidos en uno solo, cambiar por motivos de represión o de guerra la identidad, residir en un país con un idioma que dificulta pronunciar el propio nombre, distinguirse de otras ramas familiares, modificar una denominación de nacimiento que no gusta o se considera ofensiva.
También hay casos de modificaciones del nombre por motivos religiosos en muchas creencias. Entre los cristianos, existe la tradición de adoptar otro nombre cuando se recibe la llamada divina a una misión. Así sucede en la Biblia, por ejemplo, a Abraham en vez de Abram y a Pablo en vez de Saulo. Esta práctica resulta habitual en el bautismo de adultos, entre las personas que abrazan una vocación en un instituto religioso y, como caso más señalado, en la elección de un romano pontífice.
La biografía de Josemaría Escrivá de Balaguer Albás nos muestra una cierta evolución en el modo en que el propio fundador del Opus Dei utilizó sus nombres y apellidos. Los cambios de quien se llamaba José María Escrivá Albás en sus primeros años no son muy significativos, pero interesa conocerlos, también porque, en ocasiones, han confundido o se han prestado a malentendidos.
De José María a Josemaría
El 9 de enero de 1902 nació en Barbastro (Huesca, España) el segundo vástago de José Escrivá Corzán y María de los Dolores Albás Blanc. Cuatro días más tarde, el niño recibió el bautismo y le pusieron los nombres de «José, por ser el del padre y del abuelo; María, por devoción a la Virgen; Julián, por caer en el Santoral del día; y Mariano, en atención al padrino de bautizo»[1].
Desde pequeño, lo llamaron en su casa con los dos primeros nombres, José María, denominación muy común en España. No consta que utilizaran apelativos como Pepe o Chema, hipocorísticos característicos de estas denominaciones; y, salvo raras ocasiones, tampoco los encontramos en el epistolario pasivo de sus parientes y amigos.
El epistolario activo del futuro fundador del Opus Dei que se ha conservado inicia a mediados de los años veinte. Hasta la Guerra Civil española firmó las cartas personales a sus amistades y —a partir de 1928— a sus hijos espirituales en la Obra con sus dos nombres de distintas formas, generalmente abreviadas: JM[2], JoseMar[3], JoseMari[4], Josemaría[5].
En cambio, rubricó con los dos nombres separados —José María— los manuscritos y textos a máquina que envió a instituciones públicas y privadas y a personas con las que tenía una relación profesional y administrativa[6]. De este modo aparece en los documentos de relevancia pública y oficial.
Después de la Guerra Civil mantuvo la costumbre de poner su nombre de pila, José María —o con las abreviaturas habituales como Jmescrivá[7], Josem[8], Josemar[9], Josemaría[10]— en las misivas oficiales y en las que iban dirigidas a conocidos.
De estas formas, empleó cada vez más Josemaría, en particular a partir de mediados de los cuarenta. Según explicó, lo hacía por devoción a san José y a la Virgen María[11]. En sus últimos años, cuando usaba su nombre para rubricar cartas, postales y tarjetones empleaba Josemaría de modo habitual[12].
En los escritos formales, las publicaciones y los membretes de sus impresos oficiales usó los dos nombres separados durante las primeras décadas. Es el caso, por ejemplo, de los libros Camino, editado por primera vez en 1939[13], o La Abadesa de las Huelgas, del año 1944[14].
En los años sesenta, en cambio, consideró que la práctica habitual de unir sus dos nombres cuando firmaba sus manuscritos podía realizarse también en las publicaciones. En concreto, en diciembre de 1963, el Consejo General del Opus Dei indicó que se hiciera así[15]. En lo que hace referencia a las hojas membretadas, encontramos el nombre unido a partir de febrero de 1965[16]; y las publicaciones también lo emplean desde este año[17].
Con todo, no hizo una modificación en el registro civil. Más bien, el nombre de Josemaría quedó fijado por vía consuetudinaria. Desde entonces, es el que aparece en las publicaciones sobre su persona y figura[18].
Mariano
Durante la Guerra Civil española se desató en Madrid —y en toda la zona gubernamental— una feroz represión religiosa, con el asesinato de casi un tercio de los presbíteros y religiosos. Don José María salvó la vida gracias a los miembros de la Obra, que lo escondieron en casas particulares, en un sanatorio psiquiátrico y en una legación diplomática. El fundador redactó en esos meses algunas cartas que envió a su madre, a sus hermanos y a los miembros de la Obra. En estos casos, las firmó con su cuarto nombre, Mariano, como modo de sortear la censura postal. En alguna ocasión empleó también un apellido ficticio. La primera referencia de este estilo la encontramos en fecha tan temprana como el 30 de julio de 1936, cuando rubricó una misiva con el apelativo de Mariano Zúñiga[19].
Cuando llegó a la zona sublevada, en diciembre de 1937, el fundador se encontró ante un escenario distinto. La Iglesia católica estaba reconocida por el Estado y existía libertad del culto católico. Por tanto, empleó su auténtico nombre en la documentación y la correspondencia oficial. En cambio, mantuvo el uso de Mariano en las cartas que enviaba a sus hijos espirituales y a las personas más allegadas[20]. De algún modo se adivina en esta actitud el deseo de mostrar cierta complicidad con el destinario del escrito, como si fuese una abreviatura familiar del nombre que conocen los parientes y amigos.
Tras la Guerra Civil, y hasta el final de su vida, el fundador mantuvo la costumbre de rubricar de modo habitual como Mariano los documentos sin relevancia pública y los escritos y cartas que enviaba a miembros de la Obra y amigos cercanos. Como Mariano firma, por ejemplo, las actas del Consejo General y de la Asesoría Central[21], las meditaciones que publicó en las revistas Crónica y Noticias[22], y el epistolario a sus hijos (a veces con formas como “vuestro Padre, Mariano”[23]).
Por su parte, las personas de la Obra y conocidos compartían este modo de proceder. Además, lo empleaban en diversos documentos como, por ejemplo, las notas y avisos que se enviaban los diversos órganos de gobierno del Opus Dei, en los que se mencionaba al fundador[24].
Escrivá
El primer apellido de Josemaría era Escrivá. Este nombre familiar provenía del pueblo de Balaguer (Lleida, España), donde residen algunos Escrivá desde, al menos, los inicios del siglo XVII[25].
Los Escrivá tuvieron en ocasiones problemas con la escritura de su apellido. Lo encontramos, por ejemplo, en la vida de José Escrivá Corzán y de sus allegados. Carmen, José María y Santiago también lo sufrieron. Fue frecuente en sus primeros años que les cambiaran la v por una b, dando como resultado “Escriba” o “Escribá”. Este error puede deberse a varios motivos. Por un lado, el apellido Escrivá procede de Cataluña y, en catalán, la conjugación del verbo escriure (escribir) y sus derivados se escriben con v; en cambio, en Aragón la tendencia natural es usar la b. Por otro lado, la fonética de los lugareños de la comarca del Somontano —que tiene como capital Barbastro—, cambia a veces los acentos en la pronunciación, algo que, en este apellido, les lleva a enfatizar la sílaba “cri”.
Además, la grafía de la b y de la v puede confundirse porque en castellano no tienen diferencia alguna de pronunciación. Según Álvaro del Portillo, le he oído contar en algunas ocasiones que se ponía colorado de pequeño cuando oía hablar de los escribas y fariseos, y lo mismo le pasaba a su hermana Carmen. La explicación es sencilla: muchas personas escribían el apellido de los Escrivá con b, ya que en España la b y la v se pronuncian igual; por eso cuando sus compañeros de colegio oían hablar de los escribas, miraban con una sonrisa a los Escrivá[26].
Son numerosos los casos tanto de la escritura errónea como de la correcta del apellido paterno. Una parte de los documentos oficiales y las publicaciones en los que no intervino la familia Escrivá, presentan, de modo equivocado, el apellido Escriba o Escribá. Es el caso, por ejemplo, del libro de bautismos de la catedral de Barbastro (dice Escriba)[27] o del boletín eclesiástico de Barbastro con motivo de un concurso literario (en este caso, menciona a Escribá)[28].
En cambio, los documentos y manuscritos redactados por José María o su familia —entre ellos, muchos textos de valor jurídico— presentan el apellido Escrivá: registro civil de Barbastro[29], recuerdo de la primera comunión[30], semanario literario de Barbastro[31], expediente del instituto de Huesca[32], certificado de nacimiento[33], libros del seminario de Zaragoza[34] y expediente de órdenes[35]. Un caso notable es el de la empresa “Juncosa y Escrivá”, establecida en Barbastro y en el año de nacimiento de José María —1902— por el padre de José María y un socio[36]; en la documentación de esta empresa, José Escrivá Corzán rubrica siempre los papeles con este nombre[37].
A José María Escrivá le resultaba enojosa esta confusión, sobre todo por las connotaciones negativas que tiene el recuerdo de los escribas del Evangelio. En los años veinte y treinta, el fundador rubricó muchas de sus cartas personales —tanto las de carácter oficial como las enviadas a las amistades— con una v mayúscula para que quedara claro que no era una b: “EscriVá”[38]. De acuerdo con una anotación suya, de mayo de 1935, «comencé alrededor de 1928, exagerando la V de mi apellido, sencillamente para que no me pusieran Escrivá con b. Fue mi padre (que está en el Cielo) quien me mandó que no tolerara la b en el apellido: me dijo algo de nuestra ascendencia… Continué firmando del mismo modo hasta hoy»[39].
Escrivá de Balaguer
Durante los años treinta, el primer apellido del fundador dio lugar a con- fusiones con otras familias que tenían el mismo patronímico. Es lo que pasó con los Escrivá de Romaní durante los años 1934-1936 en Madrid. Por entonces, José María Escrivá había puesto en marcha la Residencia DYA en la calle Ferraz 50. Y, en un apartamento distinto del mismo edificio, vivía el abogado Francisco Escrivá de Romaní con su familia. En ocasiones, mezclaron los destinatarios de cartas y mensajes, pensando quizá que eran parientes[40].
También después de la Guerra Civil hubo ocasión para errores semejantes con José Finat Escrivá de Romaní, que fue gobernador civil de la provincia de Madrid entre agosto de 1939 y diciembre de 1940, y director general de seguridad entre septiembre de 1939 y mayo de 1940.
El 20 mayo de 1940, los tres hermanos Carmen, José María y Santiago Escrivá presentaron una solicitud en un juzgado de primera instancia de Madrid para que se modificara su primer apellido en el registro civil, pues «el nombre que individualiza a la familia es el de Escrivá de Balaguer, en virtud de lo cual interesa mucho a los firmantes el dar estado legal a ese estado de hecho».
Aducían: «1º Que, por ser corriente el apellido Escrivá en Levante y en Cataluña, dando lugar a confusiones molestas y aún perjudiciales, se unió el apellido al lugar de origen de esta rama de la familia. 2º Y que por Escrivá de Balaguer es esta familia conocida de todos»[41].
De acuerdo con la legislación vigente, el juzgado publicó la solitud en el boletín oficial del Estado y en los boletines de las provincias de Madrid, Huesca y Logroño —lugares donde habían residido los hermanos— por si hubiera algún motivo de oposición a tal cambio[42]. Pasaron los tres meses previstos por el derecho y, al no haberse presentado objeciones en contra, el juez concedió la autorización, que fue aprobada por el ministro de Justicia el 18 de octubre. Esta modificación se incorporó al registro civil de Barbastro[43].
A partir de entonces, el fundador utilizó membretes con sus nombres y apellidos completos: “José María Escrivá de Balaguer y Albás”, o “José Ma Escrivá de Balaguer y Albás”[44]. En el caso de las cartas oficiales que firmaba a mano, solía rubricarlas con “Josemescrivá de B.”[45]. Lo mismo hacía en las firmas de textos latinos como, por ejemplo, las actas de dedicación de los altares de Villa Tevere: “Iosephmescrivá de B.”[46].
Los libros impresos del fundador mantuvieron el uso del apellido Escrivá hasta 1965. A partir de ese año emplearon el nuevo apellido Escrivá de Balaguer, en concreto desde la 23a edición de Camino[47].
La familia del fundador continúa con el uso del nuevo apellido. Santiago Escrivá de Balaguer —sobrino mayor del fundador—, señala: Manifestamos con orgullo el primer apellido tal y como es, Escrivá de Balaguer. En algunas ocasiones, puntuales, mis hijos han sufrido en la vida pública burlas o cierto rechazo porque el apellido recordaba a mi tío. Lo han sobrellevado con paz. Pienso que para todos nosotros es un motivo de alegría saber que en tu familia, en tu nombre, tienes una persona reconocida como santa por la Iglesia y que goza de una estima universal[48].
Albás
El segundo apellido del fundador, Albás, proviene del pueblo de Aínsa, capital administrativa de la provincia del Sobrarbe, en el norte de Aragón (España)[49]; en su origen había dado nombre a un pueblo cercano a Sabiñánigo, en la comarca de Alto Gállego. El fundador lo utilizó toda su vida en los papeles con membrete. En cambio, las obras que publicó no recogen el apellido Albás. Tal vez pudieron pesar las dificultades que Josemaría Escrivá de Balaguer encontró con parte de esa rama familiar, sobre todo con su tío Carlos Albás[50]. En este sentido, desde que unió el gentilicio “de Balaguer” a su apellido Escrivá, y debido a que los dos nombres y el primer apellido ocupaban ya un espacio notable, el segundo desapareció en las publicaciones[51].
Lógicamente, no empleó sus terceros y cuartos apellidos. Solo como anécdota, recogemos un suceso que se refiere a Blanc, el segundo apellido de su madre. Durante sus últimos nueve años, de 1966 a 1975, la revisión médica de mons. Escrivá de Balaguer corrió a cargo de un equipo médico de la Clínica Universidad de Navarra (Pamplona, España) dirigido por el doctor Eduardo Ortiz de Landázuri. Con el fin de custodiar la privacidad, los facultativos de esta institución pusieron su historia clínica a nombre de “Julián Blanc”[52].
Añadimos que en muchos documentos oficiales y en los papeles con membrete del fundador, se recogen los dos apellidos unidos con una “y”, como era frecuente en la España de entonces para marcar la diferencia entre el primer apellido y el segundo, a diferencia de los apellidos dobles, que no llevan la “y”. De este modo, desde finales de los años veinte encontramos el membrete “José María Escrivá y Albás”[53] en las postales y cuartillas, a veces con su profesión y ciudad de residencia[54]. Y, después de 1940, este estampado se convirtió en “José María Escrivá de Balaguer y Albás”[55].
Tratamientos y títulos
Aunque desborde el objeto de nuestro estudio, recordamos los principales usos en los tratamientos y títulos que recibió Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.
El más importante fue el de “Padre”, que definía su real identidad como fundador y cabeza de la familia del Opus Dei. Así lo explicó él mismo a sus hijos espirituales en marzo de 1934[56], y, desde entonces, firmó a veces sus cartas como “Padre”, “el Padre”, “vuestro Padre”[57]. De este modo lo llamaron —y lo llaman— los miembros de la Obra, los cooperadores y muchas de las personas que entraron en contacto con él. Y, en 1975, Álvaro del Portillo indicó que sobre la tumba de Josemaría Escrivá se pusiera como única inscripción “El Padre”, con las fechas de su nacimiento y su muerte.
Respecto al puesto oficial que tenía en la vida civil y eclesiástica, fue el “presidente” de la pía unión Opus Dei entre 1941 y 1943. Y, a partir de ese año tuvo el título de “presidente general”, primero de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz (1943-1947) y luego del instituto secular Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei (1947 hasta su muerte)[58]. Esta denominación —presidente general— aparece en sus hojas con membrete.
Algo semejante ocurre con el nombramiento de prelado de honor de su santidad, recibido en abril de 1947[59]. El título correspondiente de “monseñor” o “mons.” se encuentra estampado en sus tarjetones a partir de 1954[60]. Y ese fue el nombre elegido en la publicación de los años sesenta que recogió siete entrevistas a diversos comunicadores y una homilía: Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer[61].
Por su parte, en la vida académica, la Santa Sede lo nombró “gran canciller” de la Universidad de Navarra en 1960, título que mantuvo hasta el final de sus días por ser el presidente general de este ente académico[62].
El fundador no utilizó otros nombramientos. El caso más significativo es el del título del marquesado de Peralta, que rehabilitó para su familia en julio de 1968. Durante tres años y once meses ni hizo uso del título ni lo empleó en documentos personales, tarjetas o membretes o como forma de darse a conocer en la vida pública. Después de esta espera de rigor, en la que sufrió algunas diatribas sobre su pretendido afán de reconocimiento público, cedió el título a su hermano Santiago en junio de 1972[63].
Como anécdota, añadimos que, además de Mariano, durante la Guerra Civil española se definió a sí mismo como “abuelo”[64]. Era un modo sencillo de sortear la censura y, a la vez, de recordar a los miembros de la Obra su paternidad espiritual. Otro suceso en el que utilizó un nombre superpuesto se produjo en mayo de 1941. De acuerdo con una sugerencia del nuncio apostólico en España, utilizó la denominación de “José María Balaguer” para evitar dificultades con la autoridad civil de Barcelona, derivadas de los problemas que tenía el Opus Dei con algunos miembros de la Compañía de Jesús[65].
Josemaría Escrivá de Balaguer falleció con fama de santidad en 1975. En 1981 se abrió su causa de beatificación y canonización, por lo que recibió en la documentación el título de “siervo de Dios”. El Papa Juan Pablo II presidió su ceremonia de beatificación en mayo de 1992 por lo que, en la siguiente década, fue habitual que lo llamaran “beato Josemaría”, en particular los miembros y cooperadores del Opus Dei. Luego, en octubre de 2002, tuvo lugar la solemne canonización. Desde entonces, el modo oficial con el que le reconoce la Iglesia es “san Josemaría”, y así aparece también en los textos litúrgicos de su fiesta, que se celebra el 26 de junio.
Conclusión
Debido a variadas circunstancias históricas, el fundador de la Obra realizó algunas modificaciones en la escritura de sus nombres y apellidos. Dos son los cambios fundamentales que han quedado en castellano, y que, en nuestra opinión, pueden orientar las menciones de su persona en los textos académicos:
El uso de los dos primeros nombres unidos —Josemaría— para las investigaciones posteriores a los años sesenta del siglo pasado, con la posibilidad de emplearlos unidos o separados en las décadas anteriores.
El empleo de su primer apellido completo —Escrivá de Balaguer— en los estudios que hagan referencia a sucesos acaecidos después del año 1940[66].
José Luis González Gullón. Investigador asociado del Centro de Estudios Josemaría Escrivá de Balaguer, miembro del Istituto Storico Josemaría Escrivá y professore incaricato en la Pontificia Università della Santa Croce. Especialista en historia religiosa española contemporánea y en historia del Opus Dei.
[1] Andrés Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei, vol. I, Madrid, Rialp, 1997, p. 14. José y Dolores pusieron el nombre de María a sus primeros cinco hijos. Lógicamente, el nombre de Mariano también estaba unido a la devoción a la Virgen. El padrino de José María se llamaba Mariano Albás Blanc y era primo hermano de la madre de José María. Cfr. Martín Ibarra Benlloch, El primer año de la vida de Josemaría Escrivá, en «Anuario de Historia de la Iglesia» 11 (2002), pp. 610-612.
[2] Carta a Francisco Villellas Orensanz, Zaragoza, 27 de julio de 1925, AGP, serie A.3.4, legajo 253, carpeta 1, 250727-1 (en adelante, la signatura la abreviaremos presentando solo los códigos alfanuméricos). En esta referencia y en las siguientes, recogemos, a modo de ejemplo, solo uno o dos datos documentales, sin mencionar todas las veces que el fundador utiliza un modo u otro para sus nombres y apellidos.
[3] Carta a José Pou de Foxá, Madrid, 23 de febrero de 1930, AGP, A.3.4, 253-1, 300223-1.
[4] Carta a Julián Cortés Cavanillas, Madrid, 28 de noviembre de 1931, AGP, A.3.4, 253-1, 311228-1; carta a Manuel Sainz de los Terreros, Madrid, 24 de julio de 1933, AGP, A.3.4, 253-1, 330724-2.
[5] Tarjeta postal a Emiliano Amann Puente, Madrid, 24 de diciembre de 1935, AGP, A.3.4, 253-3, 351224-1. De modo muy esporádico, emplea el nombre separado, José María: cfr. carta a Ricardo Fernández Vallespín del 5 de septiembre de 1935, AGP, A.3.4, 253-3, 350905-1.
[6] Carta a Juan Francisco Morán Ramos, Madrid, 26 de abril de 1934, AGP, A.3.4, 253-2, 340426-1.
[7] Carta a José Luis Rodríguez Candela, Madrid, 4 de septiembre de 1940, AGP, A.3.4, 256-5, 400904-1.
[8] Certificado, Madrid, 28 de septiembre de 1940, AGP, A.1, 14-2-1.
[9] Carta a Leopoldo Eijo Garay, Madrid, 22 de diciembre de 1939, AGP, A.3.4, 256-3, 391222-2.
[10] Carta a Juan Antonio Cremades Royo, 30 de abril de 1941, AGP, A.3.4, 257-1, 410430-1; postal a Carmen Escrivá de Balaguer, Molinoviejo (Segovia), 2 de octubre de 1953, AGP, A.3.4, 265-2, 531002. Ya en la época de su estancia en Burgos de 1938 encontramos el nombre Josemaría: carta a Santos Moro Briz, Burgos, 27 de enero de 1938, AGP, A.3.4, 254-4, 381227-2.
[11] Tarjetón a la familia Castelli, Roma, 28 de marzo de 1960, AGP, A.3.4, 274-2, 600328-2.
[12] Lo empleó hasta el día anterior a su muerte: carta a la familia Monroy Preciado, Roma, 25 de junio de 1975, AGP, A.3.4, 310-3, 750625-4.
[13] Cfr. José María Escrivá, Camino, Valencia, Gráficas Turia, 1939.
[14] Cfr. Id., La Abadesa de las Huelgas, Madrid, Luz, 1944.
[15] Transcribimos el texto: «1.- De ahora en adelante no se escribirá nunca “José María Escrivá de Balaguer” sino “Josemaría Escrivá de Balaguer”. 2.- Así ha firmado siempre nuestro Padre —cuando no lo hace con Mariano—, por un motivo de devoción a la Sagrada Familia» (Nota general 104/63, AGP, E.1.3, 243-3).
[16] Tarjetón a Inocente Altozano Ruiz, 8 de febrero de 1965, AGP, A.3.4, 282-2, 650208-6.
[17] Cfr. Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino, Madrid, Rialp, 196523.
[18] Con motivo de la difusión de la fama de santidad y, en particular, después de la beatificación (1992) y de la canonización (2002) del fundador, algunos niños y niñas de áreas de habla castellana han recibido en el bautismo el nombre de Josemaría, y constan con esta denominación en el registro civil del lugar correspondiente. En Italia también hay casos de niños que se llaman Giuseppe Maria y Giuseppemaria.
[19] Carta a Isidoro Zorzano, Madrid, 30 de julio de 1936, AGP, A.3.4, 253-4, 360730-1.
[20] Carta a Francisco Botella Raduán, Salamanca, 23 de enero de 1938, AGP, A.3.4, 254-4, 381223-5; carta a Josefa Segovia Morón, Burgos, 10 de marzo de 1938, AGP, A.3.4, 255-1, 38-0310-2.
[21] Libro de actas del Consejo General y Libro de actas de la Asesoría Central, AGP, E.1.2 y Q.1.2, respectivamente.
[22] Crónica, 1972, p. 114, AGP, Biblioteca, P01.
[23] Carta a Encarnación Ortega y a sus hijas de Portugal, Roma, 12 de agosto de 1953, AGP, A.3.4, 265-2, 530812-1; carta a sus hijos de Portugal, Roma, 12 de enero de 1962, AGP, A.3.4, 276-4, 620112.
[24] Por ejemplo: «Mariano dejó dicho que se actuase así» (Nota 175/75, 12 de septiembre de 1975, AGP, E.1.3, 254-4).
[25] Jaume Aurell, Apuntes sobre el linaje de los Escrivá: desde los orígenes medievales hasta el asentamiento en Balaguer (siglos x-xix), en «Anuario de Historia de la Iglesia» 11 (2002), pp. 563- 585; Id., Escrivá, Familia, en José Luis Illanes (coord.), Diccionario de san Josemaría Escrivá de Balaguer, Burgos-Roma, Monte Carmelo – Instituto Histórico San Josemaría Escrivá de Balaguer, 2013, p. 403; Carlo Pioppi, Infanzia e prima adolescenza di Josemaría Escrivá: Barbastro 1902-1915. Contesti, eventi biografici, stato delle ricerche e prospettive di approfondimento, en «Studia et Documenta» 8 (2014), p. 168.
[26] Álvaro del Portillo, Entrevista sobre el fundador del Opus Dei, Madrid, Rialp, 201410, p. 66. La articulación labiodental de v se da entre algunos hablantes catalanes, valencianos y mallorquines y en lugares de América.
[27] Fotografía del libro de bautismos de la catedral de Barbastro, 13 de enero de 1902, AGP, A.1, 1-1-1.
[28] Cfr. Boletín Eclesiástico Oficial del Obispado de Barbastro, 24 de noviembre de 1908, p. 284.
[29] Copia del certificado del registro civil de Barbastro, 26 de abril de 1912, AGP, A.1, 1-1-1.
[30] Se menciona al joven como “José Ma Escrivá Albás” (AGP, A.1, 1-1-1).
[31] Cfr. Semanario Literario «Juventud», Barbastro, 13 de marzo de 1914.
[32] Fotografía del Expediente del Instituto general y técnico de Huesca, con certificado a favor de “José Escrivá Albás”, Barbastro, 10 de mayo de 1912, AGP, A.1, 1-3-6.
[33] Certificado de nacimiento, Barbastro, 26 de agosto de 1929, AGP, A.1, 1-1-1.
[34] Copia del libro Vita et moribus, del Seminario de San Francisco de Paula, 1920, AGP, A.1, 1-1-1.
[35] Copia del expediente de órdenes, 14 de mayo de 1924, AGP, A.1, 4-3.
[36] Así aparece en los papeles de constitución y también del proceso de quiebra de “Juncosa y Escrivá”: AGP, A.1, 12-1.
[37] Por ejemplo, fotocopia de memorandum de “Juncosa y Escrivá”, Barbastro, 23 de marzo de 1908, AGP, A.1, 1-46.
[38] Carta a Rosario Reyna, Madrid, 21 de julio de 1929, AGP, A.3.4, 253-1, 290721-1; y carta a Juan Francisco Morán, Madrid, 26 de abril de 1934, AGP, A.3.4, 253-2, 340426-1.
[39] Apuntes íntimos, nº 1273 (7 de mayo de 1935; intercaló las palabras «Fue mi padre … ascendencia» en el año 1968). Después de la Guerra Civil española, el fundador dejó la costumbre de destacar la v. De su padre, José Escrivá, recibió la nobleza de espíritu y el sentido de hidalguía. Entre las personas famosas de su ascendencia se encuentran san José de Calasanz y Miguel Servet.
[40] Cfr. José Luis González Gullón, DYA. La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei (1933-1939), Madrid, Rialp, 20165, pp. 11 y 269.
[41] Solicitud, 20 de mayo de 1940, AGP, A.1, 14-2-1. Entre la documentación que se presentó hay cartas de ese año 1940 dirigidas a José María Escrivá de Balaguer. Están redactadas en su mayoría por miembros de la Obra que apoyaban de este modo la solicitud de su fundador. Luis Carandell dijo que Escrivá de Balaguer había hecho ese cambio por una supuesta inclinación a los títulos aristocráticos (Vida y milagros de monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, Barcelona, Deriva, 19925). No hemos encontrado documentos que avalen esta afirmación. Más bien, los cambios de apellido con adiciones al lugar de procedencia, o al solar conocido en la terminología genealógica y heráldica, son una forma de identificación. Por ejemplo, así se distinguía a los Soler de Cornellá de los Soler Espiauva, unos catalanes y valencianos, y los otros bearneses o bajonavarros.
[42] Cfr. «Boletín Oficial del Estado», 16 de mayo de 1940, p. 2910; «Boletín Oficial de la Provincia de Madrid», 17 de junio de 1940, p. 3; «Boletín Oficial de la Provincia de Huesca», 26 de junio de 1940, p. 2; y «Boletín Oficial de la Provincia de Logroño», 22 de junio de 1940, p. 1.
[43] Como anécdota, Santiago no recibió la autorización por ser menor de edad, pues tenía 21 años por entonces y la mayoría de edad se alcanzaba a los 23. Su hermano José María presentó un recurso y el ministro de Justicia accedió a extender al menor el uso «como uno solo y primero el apellido Escrivá de Balaguer» (Notificación del director general del ministerio de Justicia, Madrid, 12 de noviembre de 1940, AGP, A.1, 14-2-1).
[44] Carta a Leopoldo Eijo Garay, Madrid, 20 de octubre de 1941, AGP, A.3.4, 258-1, 431020-1.
[45] Carta a Pietro Palazzini, Roma, 20 de enero de 1957, AGP, A.3.4, 269-3, 570120.
[46] AGP, E.3.2, 492.
[47] Cfr. Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino, Madrid, Rialp, 196523.
[48] Entrevista del autor con Santiago Escrivá de Balaguer García-Herrero, 8 de diciembre de 2021.
[49] Cfr. Lourdes Toranzo, Albás, Familia, en Illanes (coord.), Diccionario de san Josemaría, pp. 75-77.
[50] Cfr. José Luis González Gullón - John F. Coverdale, Historia del Opus Dei, Madrid, Rialp, 20212, pp. 32-33.
[51] Cfr. entrevista del autor con Santiago Escrivá de Balaguer García-Herrero, 8 de diciembre de 2021.
[52] Un resumen de la historia clínica puede verse en Diego Martínez Caro y Alejandro Cantero Fariña, ¡Santificado sea el dolor! Aspectos médicos de la biografía del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, «Scripta Theologica» XXXIV/2 (2002), pp. 605-621.
[53] Carta a Rosario Reyna, Madrid, 13 de agosto de 1930, AGP, A.3.4, 253-1, 300813-1.
[54] AGP, A.3.4, 253-1, 290801-1. El membrete añade la profesión y ciudad de residencia: “Presbítero-Abogado. Madrid”. Con el nombramiento de rector de Santa Isabel, esta parte cambió a la de “Rector del Patronato de Sta. Isabel. Madrid” (cfr. carta a Emiliano Amann Amann, Madrid, 29 de junio de 1936, AGP, A.3.4, 253-4, 360629-1).
[55] Tarjetón a Pietro Palazzini, Roma, 10 de octubre de 1963, AGP, A.3.4, 279-3, 631010-1.
[56] Cfr. González Gullón, DYA. La Academia y Residencia, p. 209.
[57] Carta a Fernando de la Puente, Roma, 8 de mayo de 1954, AGP, A.3.4, 266-1, 540508-1.
[58] Cfr. Francesc Castells i Puig - José Luis González Gullón, El gobierno del Opus Dei en la década 1940-1950, «Studia et Documenta» 14 (2020), pp. 51, 56 y 60.
[59] Constantino Ánchel, Nombramientos y distinciones de San Josemaría, en Illanes (coord.), Diccionario de san Josemaría, p. 888.
[60] Tarjetón a María Teresa Gete Vázquez, Roma, 20 de abril de 1954, AGP, A.3.4, 265-6, 540420-6.
[61] Josemaría Escrivá de Balaguer, Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, Madrid, Rialp, 1968.
[62] Cfr. Vázquez de Prada, El Fundador, vol. III, p. 371.
[63] Acta notarial, 28 de abril de 1972, AGP, A.1, 1-7-1; y Constantino Ánchel, Nombramientos y distinciones de San Josemaría, en Illanes (coord.), Diccionario de san Josemaría, pp. 891-892.
[64] Cfr. José Luis González Gullón, Escondidos. El Opus Dei en la zona republicana durante la Guerra Civil española (1936-1939), Madrid, Rialp, 20183, p. 185.
[65] Vázquez de Prada, El Fundador, vol. II, p. 489.
[66] Parece lógico usar “Escrivá” en los idiomas en los que el apellido suele ser una palabra singular.