Mons. Florencio Roselló presidió una misa en la capilla de la Clínica con la presencia de los restos del matrimonio, exhumados días antes del panteón familiar en el cementerio de Pamplona.
Tras la celebración, los restos fueron trasladados a dos nichos construidos al efecto en la capilla de la Clínica Universidad de Navarra. Ignacio Barrera y Carlos García del Barrio, vicarios del Opus Dei en España y en Pamplona, y Luis Cruz, nieto del matrimonio Ortiz de Landázuri Busca, concelebraron la misa con el arzobispo, junto a otros sacerdotes.
La ceremonia contó con la presencia de tres de los hijos del matrimonio, así como de otros familiares y autoridades de la Universidad de Navarra y de la Clínica. También acudió un numeroso grupo de profesionales médicos, entre ellos muchos ya jubilados que conocieron al matrimonio Ortiz de Landázuri.
En la homilía, el arzobispo recordó algunos momentos de la vida de Eduardo y Laura, marcados por su entrega y cariño el uno al otro, fundamentada en su incondicional amor a Dios. Roselló terminó con una petición: “Confiamos que este traslado de los restos y esta cercanía de Eduardo y Laurita con nosotros, nos ayuden a acercarnos más a Dios. Ahora los tenemos cerca, accesibles. Hoy Eduardo y Laura son Bienaventurados, como nos decía el Evangelio; pero sobre todo lo son porque han vivido con pasión y entrega las Bienaventuranzas. Que Dios termine este proceso que los hombres y mujeres hemos iniciado”.
Eduardo y Laura, un matrimonio camino de los altares
Eduardo Ortiz de Landázuri (Segovia, 1910 – Pamplona, 1985) y Laura Busca (Zumárraga, 1912 – Pamplona, 2000), se conocieron en Madrid cuando él estudiaba Medicina y ella Farmacia. Se casaron y tuvieron siete hijos.
Tras varios años de casados, conocieron a san Josemaría y el Opus Dei a través de la hermana de Eduardo, la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri. En 1952 él pediría la admisión como supernumerario, y poco después, en 1953, hizo lo mismo su esposa.
La familia se afincó en Pamplona en 1958 con motivo de la llegada del Dr. Ortiz de Landázuri a la Universidad de Navarra desde Granada, ciudad en la que ejercía como médico internista y en cuya universidad ocupaba la cátedra de Patología General, aceptando así el encargo de san Josemaría Escrivá de impulsar la Facultad de Medicina, que había comenzado en 1954.
Su trabajo fue decisivo en la puesta en marcha y desarrollo de la Clínica de la Universidad. Durante los 25 años que trabajó en Pamplona, destacó por una extraordinaria dedicación a los pacientes, en quienes veía a Jesucristo, así como a la actividad universitaria, siendo decano de la Facultad de Medicina, vicerrector de la Universidad y presidente de su Asociación de Amigos. Eduardo se esforzó por cuidar sus deberes familiares y buscar también a Dios a través de su trabajo como médico y profesor universitario. Falleció con fama de santidad el 20 de mayo de 1985.
Por su parte, Laura Busca fue una de las primeras mujeres dedicadas a la investigación científica en España; aunque al contraer matrimonio, se dedicó íntegramente a la atención de su familia con una extraordinaria generosidad en la entrega a su marido y a sus hijos, así como a otras muchas personas. Falleció en Pamplona, con fama de santidad, el 11 de octubre del año 2000.
La causa de canonización de Eduardo comenzó el 11 de diciembre de 1998, mientras que el proceso diocesano de la causa de Laura se abrió en 2013. El 22 de junio de 2015, fue clausurado el proceso diocesano sobre la vida, virtudes y fama de santidad de Laura Busca.
Ahora, las pruebas documentales y testificales de Eduardo y Laura están siendo estudiadas en Roma por la Congregación de las Causas de los Santos. En esta fase, se estudia por separado la práctica de las virtudes de cada uno. Sin embargo, si se llegase a demostrar la heroicidad de ambos cónyuges, bastaría probar un solo milagro, obtenido gracias a la intercesión del matrimonio Ortiz de Landázuri Busca, para que pudiesen ser declarados beatos.
Enlace relacionado: Rezar por intercesión del matrimonio Ortiz de Landázuri.
“No te he pedido que hagas una universidad, sino que te hagas santo haciendo una universidad”
Ignacio Barrera, vicario del Opus Dei en España, dirigió unas palabras en agradecimiento al finalizar la inhumación a los presentes donde recordó una conversación entre Eduardo y san Josemaría Escrivá a los pocos años de venir a vivir a Pamplona: “Padre, me pidió que viniera a Pamplona para hacer una universidad, y aquí está… A lo que san Josemaría le contestó: No te he pedido que hagas una universidad, sino que te hagas santo haciendo una universidad. Hoy podemos decir que estas palabras se han cumplido”, concluyó Barrera.
Esta frase, que condensa el mensaje del Opus Dei, resonó sin duda en el corazón de Eduardo y Laura desde aquel momento guiándoles cada día hasta el final de sus vidas.