«Si queremos reaccionar como Jesucristo, debemos hacer nuestra su forma de ser»

Las 57 Jornadas de Cuestiones Pastorales de Castelldaura se han clausurado después de reflexionar durante dos días, 25 y 26 de enero, sobre «La centralidad de Jesucristo en la formación y la vida del presbítero». Los cuatro ponentes de las Jornadas han coincidido en remarcar, como lo han hecho los últimos pontífices, que el cristianismo y la vida del cristiano se fundamentan en el encuentro con una persona que es Cristo y ese encuentro es a la vez don y tarea.

Crónica de las Jornadas Pastorales de Castelldaura 2022
Julio Diéguez, profesor de Teología Moral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) y rector del seminario de la Prelatura del Opus Dei,

"El cristianismo no es una doctrina moral, ni un saber excelso: es fundamentalmente una persona, Jesucristo". Ésta es la tesis a partir de la cual Lucas Buch, profesor de Teología Moral de la Universidad de Navarra, desarrolló su ponencia en el transcurso de las Jornadas de Cuestiones Pastorales

Una idea que no estuvo presente sólo en su intervención, sino que fue hilo conductor de todas las ponencias de las Jornadas, dado que el tema de reflexión de este año era la centralidad de la figura de Cristo.

El encuentro personal con Jesucristo

A lo largo de la intervención, que llevaba el título de «Para mí, el vivir es Cristo» (Flp 1, 21), Lucas Buch reflexionó sobre los elementos de este encuentro. Habló de la mirada de Cristo y se refirió a varios pasajes del Evangelio donde se puede descubrir cómo es el encuentro personal de Jesús y qué mirada ofrece: la mujer adúltera, el encuentro con el rico Zaqueo o la conversión de san Pablo. 

Encuentros -según el profesor- con el “amor incondicional de Dios. Porque la vida cristiana nace y se alimenta, explicó el profesor Buch, del encuentro con una persona que nos mira y nos interpela afirmándonos, desafiándonos a salir de una vida mundana, enviándonos a una misión y alentándonos a empezar una vida nueva guiada por una consideración trascendente y relacional”.

Algunos sacerdotes que asistieron a las Jornadas Pastorales
Algunos sacerdotes que asistieron a las Jornadas Pastorales

El riesgo de la sociedad actual, de cualquier cristiano, para iniciar este camino que ofrece la mirada de Cristo, continuó Buch, se encuentra en la posibilidad de caer en la “mundanidad del bienestar físico, la mundanidad espiritual, es decir, concebir a la Iglesia y la labor de cada uno dentro de la Iglesia con criterios meramente mundanos, y la tercera, la tentación de pensar que nuestro valor ante Dios depende de lo que hagamos con nuestras fuerzas; es lo que el Papa Francisco ha denominado neopelagianismo autorreferencial y prometeico”, idea que se encuentra en la Evangelii Gaudium.

Compartir los sentimientos de Cristo

Julio Diéguez, profesor de Teología Moral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) y rector del seminario de la Prelatura del Opus Dei, trató sobre cómo lograr «los mismos sentimientos de Cristo Jesús» (Flp 2, 5). Según Diéguez, "la configuración con Cristo de todo cristiano, y en especial del sacerdote, significa en último término compartir los sentimientos de Cristo". Y añadió que "si queremos reaccionar como Jesucristo, debemos hacer nuestra su manera de ser".


Ponencia, en español, de Julio Diéguez


Otra idea que expuso fue que “el buen comportamiento no es una decisión voluntaria que reprime o acalla los afectos, sino más bien la integración de voluntad, afectos y razón, es decir, las virtudes. La virtud muestra cómo yo siento. Actuar libremente no es someterse libremente a la norma, sino comportarse de acuerdo a mi propia norma. Es el actuar de quien se identifica verdaderamente con el personaje”. Por último, explicó que en la vida moral es importante preguntarse "qué vida quiero vivir y qué es lo que deseo profundamente porque toda decisión libre es una inversión para llegar a ser quien quiero ser".

Sobre la primacía de la figura de Jesucristo

Los dos ponentes que intervinieron durante el primer día de las Jornadas fueron Armand Puig, rector del Ateneo Universitario Sant Pacià, y Joan Costa, delegado de Pastoral social y caritativa de la archidiócesis de Barcelona. En sus intervenciones resaltaron la necesaria centralidad de Jesucristo en la vida del presbítero, y en la de todo cristiano.

Armand Puig, especialista en Sagrada Escritura, habló sobre la misión primordial del sacerdote al anunciar a Jesucristo en el mundo de hoy y de cómo presentarlo atractivamente. "Jesús ofrece palabras que siempre van acompañadas de gestos -dijo Puig-, y discípulo es el que aprende del Maestro, es decir, una forma de ser y hacer: el vivir es vivir como Jesús vivió”.

Joan Costa e Ignasi Fuster. Fotos de F. Ysern.
Joan Costa e Ignasi Fuster. Fotos de F. Ysern.

En referencia al contexto actual de pandemia, Puig afirmó que “la pandemia es un mal, y nos ha hecho daño, porque nos ha puesto el miedo en el cuerpo y nos ha hecho replegarnos sobre nosotros mismos, con consecuencias espirituales. Esta pandemia pone en cuestión las identidades, pone en cuestión el ser apóstoles”.

Cristo es el criterio moral

Por su parte, Joan Costa, delegado de Pastoral social y caritativa de la archidiócesis de Barcelona explicó cómo Cristo -modelo del obrar cristiano- será siempre la referencia primera y última.

Una de las ideas que trasladó a los asistentes fue que "la vida de Cristo es preceptiva, norma concreta y universal de nuestro obrar". Y afirmó también que “una ética puramente humana no es plenamente humana. La ética si quiere ser humana debe ser cristiana, dado que Cristo es el criterio moral. No es un elemento a tener en cuenta al ver nuestro comportamiento moral, sino que el seguimiento de Cristo se expresa en cada una de las normas”.

Ignasi Font, vicario de la Prelatura del Opus Dei en Cataluña
Ignasi Font, vicario de la Prelatura del Opus Dei en Cataluña

Ignasi Font, vicario de la Prelatura del Opus Dei en Cataluña, al inaugurar las jornadas recordó a varios sacerdotes que fallecieron en 2021: Ferran Blasi, Enric Moliné, Francesc Salvia y Ramon Bosch, todos ellos asiduos participantes de las Jornadas y algunos, además, estrechos colaboradores en el diseño de las Jornadas.

El vicario afirmó que "la vida de Jesús sigue viva y actual" y leyó unas palabras del Papa Francisco a los sacerdotes: "no hay que descuidar las vinculaciones constitutivas de la propia identidad: la primera con Jesús". Así, continuó, "si queremos convocar a la gente al seguimiento de Cristo, debemos procurar mostrarlo con nuestra vida, hacer amable su figura". También se refirió a san Josemaría, fundador del Opus Dei con quien coincidió en diversas ocasiones y recordó que "hablase de lo que hablase, no faltaba nunca una referencia, al menos implícita, a la vida de Jesús".

En las Jornadas participaron una treintena de presbíteros, más aquellos que lo hicieron telemáticamente. En total cerca de un centenar de inscritos, que reflexionaron sobre la centralidad de Jesucristo en la formación y la vida del sacerdote. Un tema "a menudo tratado en los mensajes de los últimos pontífices", tal y como recordó Lluís Tusquellas, director del Centro Sacerdotal Rosselló, organizador de las Jornadas.

Debido a las circunstancias sanitarias provocadas por la pandemia de la Covid-19, ha explicado Lluís Tusquellas en el inicio, éstas se han celebrado en el Salón de actos del Oratorio de Santa María de Bonaigua por segundo año consecutivo.

Las Jornadas y El Centro Sacerdotal Rosselló

Desde 1965 se llevan a cabo las Jornadas de Cuestiones Pastorales de Castelldaura. Quieren ser una actualización teológica y pastoral, y un espacio de debate sobre fenómenos, acontecimientos o realidades que están de actualidad en las conversaciones de la calle y en la opinión pública, y sobre las que la Iglesia tiene algo que aportar.

El organizador de la actividad es el Centro Sacerdotal Rosselló, una entidad promovida por la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, una asociación intrínsecamente unida al Opus Dei que ofrece a los sacerdotes de las iglesias diocesanas una ayuda espiritual que les estimule en su labor sacerdotal, en la unión a su obispo y en la comunión con sus hermanos en el sacerdocio.