Los riñones de mi sobrina

Tenía una insuficiencia renal grave y debía someterse a la diálisis.

Photo: Sasint, Pixabay (CC)

El 30 de marzo de 2015 internaron a mi sobrina de 3 meses. El diagnóstico fue Síndrome Urémico Hemolítico. El martes 31 se detuvieron sus riñones por lo que comenzaron a hacerle diálisis. A la semana, la enfermedad había desaparecido pero le había dejado una insuficiencia renal grave, propia de la enfermedad, que la obligaba a continuar con diálisis.

El 17 de abril, no sabiendo a quién más rezarle para que se curara de su insuficiencia renal, se me ocurrió comenzar a rezar la novena al doctor Cofiño. (…) Al doctor Cofiño le tenía cariño (no devoción) porque había leído “Un mar sin orillas” y siempre me ayuda su ejemplo a la hora de pedir plata para iniciativas apostólicas.

Lo primero que me impactó fue que cuando decidí rezarle a él, busqué en Internet la novena y ¡el primer favor que leí era de una persona que se había curado de una insuficiencia renal! Ahí pensé: “Doctor, ya tenés experiencia en esto”. Mi pedido al doctor era que sus riñones arrancaran sin que le hicieran un tratamiento muy agresivo, que nunca se había probado en criaturas tan pequeñas, y que quedara sin secuelas. Los médicos habían decidido arrancar el tratamiento el 27 de abril si no había algún cambio. (…)

el valor de la creatinina bajó y ya casi está en su valor normal

El 25 de abril, noveno día de la novena y dos días antes de iniciar el tratamiento, recibí un mensaje de mi cuñada diciendo que habían empezado a funcionar los riñones. Los médicos decidieron postergar el inicio del tratamiento para ver cómo evolucionaban los riñones. La función renal siguió mejorando, decidieron no hacerle tratamiento y el 11 de mayo le dejaron de hacer diálisis (estuvo con diálisis más de un mes) aunque los análisis no estuvieran del todo bien. De hecho, la creatinina, una toxina que indica la función renal, estaba en un valor alto aún.

Se mantuvo en ese valor durante 4 semanas por lo que los médicos pensaron que ya iba a ser ese su valor “normal”. A la cuarta semana, el valor de la creatinina bajó y ya casi está en su valor normal y en los últimos análisis sigue bajando. Aún tiene algunas secuelas que le dejó la insuficiencia renal, pero estoy segura que el doctor va a terminar de curarla y sigo rezando a diario por esa intención.

F.A., Argentina


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