El 30 de enero, a las 7:45 pm llegó el Padre a Panamá procedente de Nicaragua. Le acompañaban, -aparte de los Custodes- el P. Carlos, Vicario Regional y Javier, de Beta Films. Le recibieron en el salón diplomático Miguel Ángel, José, Carles y Fernando. El Padre escribió unas líneas en el libro de visitas del salón diplomático de Panamá.
Mientras el Padre esperaba que se hicieran los trámites migratorios, varias personas que estaban allí fueron saludándole y conversando varios minutos con él: unos diplomáticos de República Dominicana, dos obispos, varios funcionarios de dicasterios de la Santa Sede. Todos ellos quisieron hacerse fotos con el Padre y él accedió gustosamente. Lo mismo pidió la persona encargada del salón diplomático.
El Padre pasó la noche en el Centro de Convenciones Cerro Azul, relativamente cerca del aeropuerto. Cuando llegó a Cerro Azul, alrededor de las 8:45 pm, pasó a saludar a fieles de la Obra que trabajan en la escuela hotelera Tagua -contiguo a Cerro Azul-, así como algunas de las alumnas que hacían sus prácticas de gastronomía esos días.
El jueves 31 a las 8:00 am, predicó la meditación, y celebró la Santa Misa en el oratorio de Tagua. En la meditación, comentó el evangelio del día, animando a las asistentes a ser luz, sal y levadura donde quiera que estén. Después de la Misa, el Prelado felicitó a Maricela, nicaragüense, que cumplía años. Lesbia, alumna proveniente de Soloy, Chiriquí, le regaló un rosario elaborado por ella misma, con semillas de la Comarca de Ngobe Bugle. Le contó al Padre que había hecho varios, para vender a las participantes de la JMJ, y así recaudar fondos para las becas de Tagua. Antes de irse, el Padre les dio la bendición, y dijo que no se despedía, pues en el Opus Dei estamos siempre unidos por la comunión de los santos.