—Padre, tengo un amigo con quien he hablado muchas veces de ir a la Iglesia, a los sacramentos, y él siempre, invariablemente, me responde que él no cree en curas con o sin uniforme.
—San Josemaría: Dile que yo tampoco creo en curas. Yo venero al Romano Pontífice y lo amo. Venero a todos los obispos y los sacerdotes del mundo, pero no creo por ellos, por ninguno.
Ni por todos los papas, ni por todos los obispos, ni por todos los cardenales, ni por todos los párrocos y vice párrocos. No, señor, ni por los sacristanes.
Que no creo por eso, que creo per Dominum Nostrum Iesum Christum. Por nuestro Señor Jesucristo, que vino a la tierra a darnos la doctrina salvadora, que es la que tiene la Iglesia en depósito, la que ahora predica la Iglesia al cabo de 2000 años, la que dentro de 2000 años predicarán sin poder cambiar.
¿Le dirás esto, hijo mío? Y dile además mañana rezaré por él en la Santa Misa.