– Padre, ¿cómo podemos vivir enamorados?Y qué le decimos a los que no creen en el amor.
– San Josemaría: Oye, hija mía, tú pregúntame: ¿Cómo podemos vivir si no estamos enamorados? Porque yo no lo entiendo.
Yo vivo porque estoy enamorado. ¿Está claro? Si no, no sería vida esto.
¡Loquito estoy! Y ya me han llamado ‘loco’ más de una vez. Y no me importa nada. Tienen razón. Estoy de acuerdo con los que dicen que estoy loco.
De modo que, que enloquezcas de amor, ¿eh? Un amor puro y limpio.
Si es solo del cielo, del cielo; si es de la tierra… los amores en la tierra –como los amores de nuestros padres– merecen toda la alabanza.
Son una delicadeza de Dios. Y yo los bendigo con mis dos manos de sacerdote.
Tranquila, pues, con el amor. ¡A vivir con amor!