Andyara es una apasionada de la literatura y humanidades, creció en Campinas junto a sus seis hermanos antes de mudarse a São Paulo. Su madre, al instalarse en la ciudad, comenzó a trabajar en un taller de costura, donde conoció a una amiga que la llevó a un centro del Opus Dei. Tras asistir a una meditación, sintió una conexión inmediata: "Este sitio es para mí". Con el tiempo, descubrió que había actividades para niñas y comenzó a asistir junto a su hermana menor. Sin embargo, en la adolescencia se distanció, disfrutando de la vida nocturna y el entretenimiento.
A pesar de sus años de independencia, siempre sintió que el Opus Dei tenía un significado especial para ella. A los 19 años, decidió unirse formalmente a la Obra. "Luego, cuando miras hacia atrás, te das cuenta de que ha valido la pena. ¡Es maravilloso! ¡Es una gran aventura!". Su camino dentro de la institución la llevó a vivir experiencias enriquecedoras, incluyendo dos años en Roma, donde convivió con personas de diferentes culturas.
"La Obra para mí es el lugar donde existo, donde florezco"
Uno de los momentos más significativos de su vida fue cuando le preguntaron si quería ayudar a comenzar el Opus Dei en el Líbano. Aunque inicialmente pensó que la propuesta era inesperada, decidió aceptar. "Si pensaron en mí, es porque creo que funcionará y si no, volveré a Brasil". Pasó 24 años en el país, enfrentándose a situaciones de guerra, atentados y cambios culturales, pero también formando lazos estrechos con su comunidad.
En 2005, su vida dio un giro inesperado con un diagnóstico de cáncer de mama. Ante la preocupación por el sistema hospitalario local, fue trasladada a España para recibir tratamiento. Sus compañeras la apoyaron en cada momento, incluso al perder el cabello tras la quimioterapia: "¡Estarás preciosa! Mira, ya hemos hecho test para tus pelucas, vas a estar maravillosa...". Al regresar al Líbano, enfrentó otra crisis: la guerra de 2006, que la obligó a evacuar en un buque de guerra. Durante la evacuación, mantuvo el ánimo y el humor, recordando su entrevista con la BBC: "Estoy bien, acabo de terminar un tratamiento de quimioterapia y ahora tengo que huir aquí en este buque de guerra, pero todo está bien".
Para Andyara, el Opus Dei ha sido su lugar de crecimiento y realización personal: "Es mi lugar donde existo, donde florezco". A lo largo de su vida, ha aprendido que tanto en el matrimonio como en el celibato existen dificultades, pero cada obstáculo ha sido una oportunidad de autoconocimiento y evolución personal.