Kele es numeraria auxiliar y comenta que “cuando uno descubre el llamado de Dios, hay mucha oración antes”. En su caso, fue “como una inquietud dentro de uno, que empieza ahí como a moverse, y diciendo: Che, pero y ¿esto? Esto me gusta, me siento atraída a esto, me veo ahí. Aunque asomen las dudas, hay como una claridad firme, que cuando uno toma esa decisión, le llena como una paz y una tranquilidad”.
De la Obra le atrajo especialmente el aire de familia y la santificación del trabajo: “La familia es lo más importante que tiene una persona. Y eso es lo que vi en el Opus Dei, que el Opus Dei no era una institución cualquiera, sino que íbamos a ser familia. Y las numerarias auxiliares somos las que materializando ese espíritu, hacemos familia”.
“La verdad que disfruto un montón de mi trabajo”, añade. “Eso pienso que es un gran regalo de Dios, el aprender a disfrutar de lo que cada uno eligió, y poder hacerlo todos los días”.
La familia de Kele no conocía la Obra y al principio no comprendió su elección: “A mi papá no le gustó mucho, por eso desde el primer momento lo que traté de hacer siempre es que vinieran a casa, que yo les mostraba dónde vivía, mi cocina, qué es lo que hacía. Mi papá falleció hace tres años y lo último que me dijo fue re lindo porque me dijo: Bueno, voy a rezar por las numerarias auxiliares, siempre. Me emociona”.
Kele comenta que el Opus Dei “es parte de mi vida, desde muy chica me enseñó a vivir una vida cristiana normal, en el medio del mundo, con total naturalidad. A tener amigas, a disfrutar de ellas, a disfrutar de cada cosa que tenemos, en el día a día”. Precisamente con sus amigas inició unas charlas de formación cristiana: “Son amigas que han vivido en Buenos Aires y que tuvieron que volver a sus países o a sus ciudades y, entonces, tratamos de conectarnos a través de la computadora”.
Kele estudió Técnica Auxiliar en Gastronomía, con especialidad en panadería y repostería. También tiene estudios de nutrición. A la pregunta de si su vida cambió mucho al elegir esa vocación, Kele responde: “Por un lado no, porque sigo siendo la misma de siempre, con las mismas locuras, inquietudes, pero por otro lado sí, porque fui conociendo más a Dios y metiéndolo más en mi vida y tratando de transmitir eso de alguna manera a toda mi gente”.