Luli asegura que "una de las cosas que más me gusta hacer es compartir con la gente, estar, escuchar, hablar, tener conversaciones de la vida, de lo que sea, cosas profundas, menos profundas". Y añade: "Creo que eso también fue algo que yo fui cultivando mucho, porque no siempre fui así". A medida que fue conociendo a más personas, entendió que compartir experiencias de vida no solo enriquecía a los demás, sino que también le aportaba a ella: "Conocí a muchísima gente, tuve esa gran oportunidad que enriquece muchísimo porque es compartir experiencias de vida, es escuchar y eso a mí me aporta, y sé que yo aporto también a las demás personas."
Luli tiene tatuadas en el brazo dos golondrinas: “La golondrina representa independencia, aventura, libertad y también se regresan al lugar seguro, que es el hogar”. Conoció el Opus Dei siendo estudiante de hostelería. Lo que más le atrajo fue la normalidad que veía a su alrededor: "Lo que veía era que eran personas que eran normales, que por ahí había un roce, un grito o lo que sea normal... Yo quiero esta normalidad para mi vida." "Ser un numeraria auxiliar en el Opus Dei es cuidar primero", explica Luli. Para ella, este cuidado no es un simple acto de dar, sino un camino que también implica recibir: "Yo me siento cuidada y eso inspira en mí a cuidar a los demás".
Conocí a muchísima gente, tuve esa gran oportunidad que enriquece muchísimo porque es compartir experiencias de vida, es escuchar y eso a mí me aporta, y sé que yo aporto también a los demás
Luli reconoce que la convivencia con otras personas representa un desafío, pero también una oportunidad para tratar con distintas personalidades: "Vivo en un centro de la Obra desde hace 22 años. Es un gran desafío, pero es el gran desafío que yo tuve en mi familia, el hacer compatible los distintos modos de ser", dice. A veces, la convivencia puede ser difícil debido a las diferencias, pero Luli prefiere verla como una oportunidad: "Qué gran riqueza tenemos, que somos tan distintas."
Además de los desafíos de convivencia, valora profundamente el crecimiento personal que ha experimentado a lo largo de estos años. "Creo que en eso también la Obra me ayudó a sacar mi propia personalidad, o sea, nunca como aplastarla", menciona. "Nunca sentí incompatibilidad entre mi vida y la de las demás, (...) yo soy como soy y así vivo."
A lo largo de estos años, Luli ha mantenido la amistad con personas que, aunque ya no pertenecen al Opus Dei, han sido una parte importante de su vida: "He coincidido y vivido con gente que fue la Obra y que ya no es más, y mantengo una amistad con muchas de ellas. Una amistad sincera". Y añade: "Ellas mismas me dicen que han aprendido mucho de la Obra, que también gracias a la Obra tuvieron muchas oportunidades que les sirvieron para el después, para la vida que tienen ahora."