Miriam sintió siempre un gran deseo de acercar a Dios a sus amistades: "El apostolado era algo que me hacía extremadamente feliz". A los 15 años, su vida giraba en torno a la escuela, la formación que recibía en un centro de la Obra y los proyectos sociales. A los 20, tras un viaje al UNIV en Roma, decidió pedir la admisión como agregada. La que era en ese momento la directora del centro le pidió que esperara para que no fuera una decisión guiada sólo por el entusiasmo, aunque un mes después formalizó su decisión.
Al mirar atrás, no se arrepiente de la decisión tomada. "No hubo ningún error. Dios te permitió este tiempo en la Obra y, al igual que el GPS, ahora recalcula tu camino", le dijo una numeraria al recordar su trayectoria. La formación que recibió Miriam fue valiosa: "Fue un tiempo de intensa formación, formación espiritual, formación humana, mucho aprendizaje que traigo conmigo hasta el día de hoy".
"Fue un tiempo de intensa formación, formación espiritual, formación humana, mucho aprendizaje que traigo conmigo hasta el día de hoy"
Siendo ginecóloga y obstetra, su vocación se puso a prueba. "Obviamente, estaba asistiendo partos todo el tiempo, que es algo que siempre he querido vivenciar". En 2016, ya durante la residencia de medicina, enfrentó dudas: "Si esto me ha molestado todos estos años, ¿es realmente lo mío?". Una persona de la Obra le aconsejó: "Si se vuelve algo tan pesado, probablemente no es la voluntad de Dios". Durante nueve meses, Miriam consultó con otras numerarias y reflexionó: "El embarazo dura nueve meses, así que ese es el tiempo que Dios nos dio para hacer un gran cambio en nuestras vidas". Finalmente, decidió dejar la Obra.
Miriam no siente que haya cometido un error, sino que fue un proceso de maduración. "Aproveché bien esos años, no fueron años de tortura ni nada por el estilo. Incluso fueron años muy felices. Fui muy feliz en mi vocación. El error fue mío, no haberlo afrontado antes". Su fe no cambió al dejar la Obra: "La misa diaria, el rosario, estas prácticas, y la fe misma nunca han cambiado". Continúa su apostolado con cariño y claridad, y trata de ser una buena profesional.