Un bebé que no crecía

A las 12:15 recibí una llamada de mi esposa, casi ininteligible por el llanto, en la que me indicaba que "sacarían" a la nena porque los resultados de un examen de su corazón habían salido negativo.

Desde el primer mes fue un embarazo de alto riesgo, reposo absoluto, estuvo internada; los exámenes daban expectativas poco alentadoras debido a que la bebé no crecía y tenía una sola arteria en el cordón umbilical, los médicos la ubicaban como "la de la arteria única".

Todos presagiaban posibles defectos. El médico que detectó la preeclamsia a los tres meses; hasta sugirió "resolver prontamente el embarazo" porque no era momento para heroicidades. La llamada me dejó paralizado y deshecho, entré a la primera iglesia que encontré: el Santísimo estaba expuesto pero yo no atinaba a rezar nada, solo pedía que se salvara mi esposa.

Encontré la novena del Doctor Cofiño y la empecé a rezar, al principio pedía por mi esposa, luego tomé valor y pedí también por la nena para que hubiese nacido como fuera pero viva, más adelante pedí porque hubiese nacido sana, terminé la novena y no fui al hospital sino continué mis actividades programadas, como señal de confianza. A la hora de la visita pregunté solo por mi esposa, me indicaron que estaba en recuperación pero que estaba bien aunque no podía verla.

No tuve fuerza para preguntar por la nena, pero fue la enfermera la que me dijo que si quería podía ver a la nena, que estaba chiquitita pero linda. Gracias a la intercesión del Doctor Cofiño, la niña nació sin ningún problema, mi esposa pidió que le indicaran si estaba bien y le indicaron que sí, preguntó entonces por lo de la arteria única y entonces revisaron el cordón umbilical: tenía las dos arterias. Cada vez que puedo recomiendo a mis amigos que se encomienden en casos de salud al Doctor Cofiño.

JH