“Ojalá seas como un viejo sillar oculto”
No quieras ser como aquella veleta dorada del gran edificio: por mucho que brille y por alta que esté, no importa para la solidez de la obra. –Ojalá seas como un viejo sillar oculto en los cimientos, bajo tierra, donde nadie te vea: por ti no se derrumbará la casa. (Camino, 590)
Déjame que te recuerde, entre otras, algunas señales evidentes de falta de humildad:
–– Pensar que lo que haces o dices está mejor hecho o dicho que lo de los demás; ––querer salirte siempre con la tuya; –disputar sin razón o –cuando la tienes– insistir con tozudez y de mala manera;
— Dar tu parecer sin que te lo pidan, ni lo exija la caridad; —despreciar el punto de vista …