El Opus Dei, instrumento de evangelización y de santificación, que el Señor hizo ver a San Josemaría el 2 de octubre de 1928, cumple 80 años de existencia dentro de la Iglesia católica.
Ochenta años para una persona es toda una vida, para una institución es el primer balbuceo de una incipiente juventud, pero es momento de ver la trascendencia del momento y alzar al cielo nuestra oración de gratitud por las alegrías y por las penas, por las facilidades y por las dificultades que hayamos podido encontrar, pues “todo concurre al bien de los que aman al Señor” (cfr. Rm 8, 28).
San Josemaría decía que la misión del Opus Dei era la de ser “sembradores de paz y de alegría”, mediante una lucha espiritual renovada en cada jornada para encontrar a Cristo en el trabajo, en la vida de familia y en el resto de actividades cotidianas.
De esta manera ha sido erigida la Prelatura del Opus Dei, para colaborar en la misión de la Iglesia, precisamente ahora, en los albores del sigo XXI, con el encargo de configurar cristianamente la sociedad, santificando las labores cotidianas que tiene un cristiano entre sus manos en el día a día: el trabajo, la familia, la vida social, sus aficiones, el deporte, la cultura, la diversión… todo aquello noble que tiene en la tierra un hombre y una mujer y que puede ser ofrecido a Dios.
Por eso, muchos hombres y mujeres de Santa Cruz, de Bolivia y de muchas partes del mundo se sienten identificados con este mensaje. Los emprendedores, los que trabajan intelectualmente, los artesanos, los productores pequeños y grandes, las amas de casa, las trabajadoras del hogar, los estudiantes, los ejecutivos, los trabajadores manuales, los funcionarios de instituciones públicas y privadas, jóvenes, maduros y ancianos… todos, hombres y mujeres, están llamados a ser Santos con mayúscula.
Ésta es la verdad que trajo Cristo a la tierra y que San Josemaría, con la fundación del Opus Dei hace 80 años, recordó de nuevo a toda la humanidad. La llamada universal a la santidad, la de ser santos en medio del mundo.
* Ciudadano
