«La formación que recibo en la Obra es fundamental para mi vida»

Juan Eusebio trabaja en el campo de Mérida en tareas agrícolas y acoge, con su mujer, a niños saharauis que proceden de campos de refugiados.

Soy Juan Eusebio Solís, vivo en Valverde de Mérida, un pueblecito de mil habitantes cercano a Mérida, de la provincia de Badajoz, y me dedico a la agricultura, tengo una pequeña explotación agrícola y también soy técnico comercial en una empresa de fertilizantes.

Soy supernumerario del Opus Dei desde hace tres años. El Opus Dei lo conozco desde mi juventud desde que tenía 18 años; ya tengo sesenta y la enseñanza y la formación que recibimos todas las personas que nos acercamos a la Obra es fundamental y es inmensamente rica; y eso deja poso en el alma y hace que tu vida se desarrolle de otra manera distinta, no a ras de suelo.

Acogida de niños saharauis

Mi labor con los niños saharauis empezó hace siete años más o menos. Nos trajimos un primer niño en un programa que se llama “Vacaciones en paz”. Están aquí un par de meses durante el verano, julio y agosto, y a partir de ahí conocimos a un primer niño, un año; después ya vino este segundo niño, Chefy: estuvo aquí solamente un año, pues después vino el periodo de pandemia.

Nuestra idea, una vez conocidos los programas que existen de colaboración con los saharauis, era traerlo a estudiar y después ya en septiembre -realmente en octubre-, llegó Chefy para hacer todo el curso escolar aquí, en España; él acude al Instituto de Mérida, está cursando primero de secundaria y la idea es que el niño haga todos sus estudios aquí en España.

La familia es el centro de mi vida

La familia ahora mismo es el núcleo de mi vida, el centro de mi vida donde me desarrollo en primer lugar y por la que hago todas las cosas en la vida ahora mismo; y en esa familia entra toda la relación con Dios y contigo mismo.

Mi mujer y yo éramos muy felices, felicísimos y seguimos siendo felices ahora con los niños. Pero la etapa en que hemos estado sin niños e intentando tener niños, y cuando no venían, ya diciendo: bueno, Dios ha querido que no tengamos niños, pero somos felices, nos queremos el uno al otro, formamos una familia perfectamente estructurada…

Nosotros estábamos perfectamente a gusto sin ruidos en casa. Ahora tenemos ruidos, tenemos problemas, pero estamos perfectamente con los niños y vemos que es una manera de santificarnos también ayudando a estos niños y ellos también nos ayudan a nosotros a santificarnos realmente.

En mi trabajo en las tareas agrícolas tengo presente al Señor

El trabajo, en gran parte son las labores en el campo, las labores agrícolas, con las cuales siempre puedes tener perfectamente presente al Señor, puesto que muchas de sus parábolas eran ejemplos de campo y cuando estás sembrando, tienes en la mente la siembra del Reino de Dios; cuando estás cosechando tienes presente la siega, y trabajando en el campo, siempre puedes tener presente en todo momento a Jesús.