“La JMJ es un estilo de vida, una vocación que despierta esa voz espiritual inquieta de cada persona” Fernanda Watty

Fernanda asistió a la JMJ en Panamá y afirma que fue una experiencia que la marcaría de por vida pues más que un evento efímero es un estilo de vida, un algo que despierta la voz espiritual inquieta de cada persona.

“Hace un mes estaba a punto de vivir la semana más entusiasmante e inolvidable de toda mi vida” dijo Fernanda. Su primer acercamiento a la JMJ comenzó apenas hace tres años aunque la jornada en Panamá fue la primera vez a la que asistía a una y según dice ella, sin saberlo, esta experiencia marcaría su vida.

¿Para ti qué es la JMJ?

Para mi la Jornada Mundial de la Juventud no es algo que solo viene y va, algo efímero. Para mí la JMJ es un estilo de vida, una vocación que despierta esa voz espiritual inquieta de cada persona. Es una serie de experiencias, risas, sueños y aspiraciones compartidas entre personas de todo el mundo. Pienso yo que la verdadera pregunta es ¿qué es lo que hace que tantos jóvenes dejen su comodidad, su familia, su hogar para participar en un evento que tan solo dura unos días? Yo te respondería que ver a miles de jóvenes de diferente cultura, lengua, sueños y tradiciones reunidos en un mismo punto celebrando una misma fe, es una de las muchas razones por la que los obstáculos e incomodidades del camino valen la pena.

Este fue un viaje que me dejó marcada tanto social como espiritualmente. Es una fusión perfecta de fiesta y fe

¿Cómo describirías tu experiencia en la JMJ?

Cuando pise por primera vez Panamá, ya se sentía en el ambiente, la felicidad y el entusiasmo de las personas. Caminabas a donde fuera y la gente, fuera del país que fuera, te sonreía y gritaba en lo alto el nombre de la nación a la que representaba. Nunca me había sentido tan orgullosa de gritar “México” tantas veces alentando a otros países para que lo hicieran también. Nunca había visto tantas banderas reunidas en un mismo lugar ondeando por el aire al compás de la emoción.

Este fue un viaje que me dejó marcada tanto social como espiritualmente. Es una fusión perfecta de fiesta y fe. Ambas viendo hacia el objetivo principal: celebrar y afirmar nuestra fe cristiana. Lo que más me impactó fue que países como Corea, Sudáfrica o Líbano, tuvieran, aunque fuera, pequeñas comunidades que creían lo mismo que yo. Países que no me imaginaba que hubiera tanta devoción.

¿Qué te llevas de la JMJ?

La JMJ me regaló momentos de interioridad y conocer diferentes puntos de vista de la religión que no sabía que existían. Me regaló oportunidades de intercambiar y escuchar historias que me sirvieron como ejemplo para mi vida diaria.

Supone un llamado a los jóvenes ya que como dice el Papa Francisco: “no son el mañana, no son el “mientras tanto”, sino el ahora de Dios”

Creo que nadie que haya vivido una jornada y que la haya disfrutado de todas las maneras, podría decir “ya terminó” y no dejó nada para un futuro. Pienso que al estar ahí siendo presente de todo lo que pasa a tu alrededor, difícilmente podría decir que fue algo que duró cinco días y nada más.

Ir a la JMJ no es una casualidad, tener la oportunidad de estar ahí es por algo, una razón trascendente que descubres a lo largo de esta experiencia. Asistir a una jornada supone una mejora de tu vida tanto personal como espiritual mediante las palabras llenas de sabiduría del Papa y los testimonios de las demás personas. Supone un llamado a los jóvenes ya que como dice el Papa Francisco: “no son el mañana, no son el “mientras tanto”, sino el ahora de Dios”. Supone una entrega al prójimo y a Dios. Supone escuchar el llamado a ser misioneros yendo contracorriente y dar testimonio de un Cristo vivo y resucitado. Supone renunciar a las comodidades y al conformismo que día a día nos acechan. Y nos impulsa fuertemente para darnos cita en Lisboa 2022.

Una vez terminada la JMJ se confirmó la sede para la siguiente jornada en 2022, será en Lisboa, Portugal. Se calcula que para este año asistieron más de 45 mil peregrinos, todos con la ilusión de ser parte de un mismo movimiento y saber así, que no están solos, en la búsqueda de Dios en el día a día.