Se nombra Siervo de Dios a Mons. Juan Larrea

Se ha dado el nihil obstat para la introducción de la Causa de Beatificación y Canonización de Mons. Larrea. Primer ecuatoriano miembro del Opus Dei. Es el ejemplo de cómo una persona corriente, abogado y luego sacerdote y obispo, a través de su trabajo profesional, puede llegar a los altares.

El Cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para los Santos, ha firmado el nihil obstat para la introducción de la Causa de Beatificación y Canonización de Mons. Larrea, esta noticia nos llena de alegría, no sólo a los miembros de la Prelatura del Opus Dei, sino para todos los ecuatorianos. Es el ejemplo de cómo una persona corriente, abogado y luego sacerdote y obispo, a través de su trabajo profesional, puede llegar a los altares.

Algunos apuntes biográficos

De joven abogado

Juan Larrea fue el primer miembro ecuatoriano del Opus Dei. Conoció a San Josemaría en Roma, cuando su padre era embajador en Italia. Pidió la admisión en la Obra en 1949. Cuando se lo contó a su padre, este le pidió que hablara con un amigo suyo Giovanni Battista Montini, que en aquel momento desempeñaba el cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado de Pío XII. Es Juan quien nos cuenta: “le expuse el motivo de mi visita. Monseñor me dijo que debía pensar en las múltiples maneras de servir a Dios y que tal vez podía convenir mejor que fuera sacerdote o que sirviera a la Iglesia en la carrera diplomática; que él podía ayudarme a ingresar en la Academia Pontificia Diplomática y otros argumentos semejantes. Por mi parte insistí en que tenía una vocación totalmente definida y firme y que solamente le rogaba que me ayudara a tranquilizar a mis padres. Finalmente le pedí su bendición. Me la dio y prometió que tendría una palabra de paz para mis padres”.

El jueves siguiente, el embajador acudió como de costumbre a la audiencia que solía tener con Mons. Montini, quien le aseguró: “Yo conozco y aprecio el Opus Dei desde hace muchos años, pero en el caso de su hijo quise consultar con Su Santidad; el Santo Padre me ha dicho: «Dígale al embajador que su hijo en ninguna parte estará mejor que en el Opus Dei»”.

Con San Josemaría en el jardín de Villa Tevere y Fr. Cormac Burke

En Roma obtuvo dos doctorados: uno en Derecho Canónico por el “Angelicum” (Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino) de Roma, y otro en Derecho civil por la Universidad de Roma "La Sapienza". A su regreso al Ecuador obtendría el doctorado en Jurisprudencia por la Universidad Católica del Ecuador, y más tarde obtendría dos doctorados “honoris causa”, por la Universidad de Guayaquil y por la Universidad de los Hemisferios.

En el 1952 Juan regresó al Ecuador y desde el primer instante empezó a trabajar en difundir el mensaje del Opus Dei: la santificación del trabajo en la vida ordinaria, con caridad y servicio, además de amor al Papa y la Iglesia.

Ejerció la abogacía durante diez años; también intervino en la vida pública, siendo Secretario de la Comisión Nacional de la UNESCO (1953-54); Procurador de la Caja Nacional del Seguro (1955); Procurador Fiscal de la República (1955); Procurador Electoral (1957-61) y Vicepresidente de dicho Tribunal (1960-61). Desde 1965 fue miembro de la Junta Consultiva del Ministerio de Relaciones Exteriores y en algún período, vicepresidente de la misma.

También fue asesor de múltiples entidades: de la Presidencia de la República, de la Corte Suprema de Justicia, del Ministerio de Relaciones, del Ministerio de Agricultura para la preparación de leyes del ramo. Como asesor de la Comisión Legislativa Permanente preparó la reforma integral del Código Civil (1969-70), proyecto que fue aprobado y reformó la cuarta parte de los artículos del mismo. Posteriormente realizó la nueva codificación y edición del Código. También preparó otras codificaciones importantes, como la del Código del Trabajo, Ley de Compañías, Ley del Banco Nacional de Fomento, la del Instituto de Colonización Amazónica, entre muchas otras.

Redactó varios proyectos que terminaron siendo ley, como la Ley de libertad educativa del Ecuador. En el gobierno de Durán Ballén fue miembro de la Junta de Notables que elaboró el proyecto que reformó la Constitución Política del Estado, proyecto aprobado en gran medida por el Congreso Nacional. Y en lo referente al derecho internacional, participó en múltiples conferencias y convenciones internacionales sobre cuestiones jurídicas en México, Colombia, Venezuela, Chile, Perú y en el Ecuador.

Diez años más tarde, luego de ejercer la profesión y docencia de Derecho, se ordenó sacerdote (1962). El padre Fernando Monaj, que le conoció esos años recuerda: Desde 1966 en que llegué al Ecuador hasta su muerte en el 2006, nunca le oí hablar mal de nadie; cuando le intentaban sacar una valoración negativa de alguien callaba, y a veces sonreía.

Con uno de sus cuadros

El Papa Pablo VI lo nombró obispo auxiliar de Quito en 1969 y en 1975 lo trasladó a Ibarra. En 1983 el papa Juan Pablo II lo nombró primer obispo castrense del Ecuador y en 1988 lo trasladó a Guayaquil. Como Obispo realizó una extensa e intensa labor pastoral; visitando las parroquias de sus diócesis, fue un gran impulsor de la labor en los seminarios, tanto en Ibarra como en Guayaquil. Promovió el proceso de canonización de la beata Narcisa de Jesús de Nobol.

El propio San Juan Pablo II aceptó su renuncia en el 2003, meses después de cumplir los 75 años, edad que el derecho de la Iglesia Católica establece como límite para el desempeño de cargos episcopales. Desde entonces, una vez retirado de las actividades pastorales, se dedicó a escribir libros y folletos de temas religiosos y jurídicos. Tras un largo proceso canceroso murió en olor de santidad, un 27 de agosto de 2006.

Mons. Larrea ha sido uno de los escritores ecuatorianos más prolíficos, un verdadero humanista. Escribió sobre diversos temas relacionados con las humanidades: derecho, historia, ética, religión, cívica; además de artista, llegando a pintar más de mil cuadros. En derecho alcanza las 200 obras publicadas y en los demás temas tiene unos 100 libros. Es el único jurista ecuatoriano que terminó de comentar el Código Civil de Don Andrés Bello, vigente en el país.

La Arquidiócesis de Guayaquil lleva el proceso de su beatificación.

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