Da mihi, Sancto Iosephmaria deprecante, gratiam quam a Te postulo... (petitio). Amen. Así acaba la oración de la estampa de san Josemaría, recientemente editada en latín. Esta versión se une a las 57 traducciones en distintos idiomas.
Para un mundo globalizado
Hoy, millares de personas en todo el mundo pueden dirigirse a Dios a través de la intercesión de san Josemaría, unidos por la lengua oficial de la Iglesia. Unidad que cobra un relieve particular en un mundo globalizado: el latín es un vínculo eficacísimo que une en admirable e inalterada continuidad a la Iglesia de hoy con la de ayer y mańana (Juan XXIII, Const. Ap. "Veterum sapientia").
En efecto -recordaba Juan XXIII- la lengua Latina es por su naturaleza perfectamente adecuada para promover cualquier forma de cultura en cualquier pueblo: no suscita celos, se muestra imparcial con todos, no es privilegio de nadie y es bien aceptada por todos.
Pueden rezarla los jóvenes
Benedicto XVI alentó a difundir el uso del latín entre la gente joven, para que no se pierda el gran tesoro de la Iglesia y no desaparezca el empleo de este insigne instrumento. En aquella ocasión (28-11-2005), el Papa se dirigió a los estudiantes en latín.