Desde hace tiempo Laura sentía que no terminaba de encontrarse en su sitio, aunque nunca había cuestionado su vocación: “No me lo había planteado porque era algo muy mío y, precisamente porque había tomado la decisión de forma libre, no me planteaba que tuviera que decidir o pudiera tomar una decisión que solucionara el problema por esta vía”.
Sin embargo, llegó un punto en que la convivencia consigo misma se volvió complicada: "No es normal que tenga 40 años, que tenga una familia que me quiere, un trabajo que me encanta... ¿Por qué estoy así?". Fue entonces cuando, en la oración, se planteó: "Quizás puedo seguir amando igual a Dios, pero quizás sin esa mochila".
"El balance es positivo, sin duda. No considero, en absoluto, que sean años perdidos"
Uno de los mayores temores de Laura era la reacción de su familia. Sus padres son supernumerarios y su hermano es numerario, por lo que sentía que su decisión podría ser un "escándalo". Sin embargo, llegó a la conclusión de que "si me aman, me amarán igual". Al comunicar su decisión, recibió apoyo y comprensión: "Fue muy fácil. Cuando lo vi, empecé a hablarlo y no me sentí coaccionada en ningún momento". En este proceso, experimentó una profunda paz, sintiendo que Dios no le pedía lo que ella había asumido: "Fue como si Dios me estuviera diciendo: 'Yo no te estoy pidiendo esta mochila que te has puesto tú sola'".
Para Laura, la libertad y la obediencia no son incompatibles. Explica que el acompañamiento espiritual no coarta la libertad, sino que ofrece nuevas perspectivas: "A la primera duda que tienes, pues quizás no debes coger la puerta e irte". Sin embargo, en su caso, la decisión fue tomada con madurez y paz: "Y esa paz, yo creo que me dio también como mucha seguridad de decir: esto es de Dios".
Una vez tomada la decisión, enfrentó el reto de comunicárselo a su entorno: "Ahora tengo que hablar con 25 personas... Pero es que me da igual lo que me digan, porque, al final, lo único que me importa es lo que piensa Dios". Hoy en día, sigue manteniendo una relación cercana con miembros del Opus Dei y no guarda rencor alguno: "Si el Opus Dei ha hecho algo en mi vida, es ayudarme, sin duda". Ahora vive su fe de manera plena y en paz.