
Lo normal, discreto y divino
Algunos paisanos de Jesús dudaron de que el poder de Dios pueda manifestarse en alguien "tan normal". El Señor quiere seguirnos encontrando en lo cotidiano, tejido por sencillas normas de piedad que procuramos vivir.
"Es en medio de las cosas más materiales de la tierra donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres".(San Josemaría)
Algunos paisanos de Jesús dudaron de que el poder de Dios pueda manifestarse en alguien "tan normal". El Señor quiere seguirnos encontrando en lo cotidiano, tejido por sencillas normas de piedad que procuramos vivir.
Durante la audiencia general el Papa dijo que “el que reza es como un enamorado: lleva siempre en el corazón a la persona amada, vaya donde vaya”. Por eso, “podemos rezar en cualquier momento, en los acontecimientos de cada día: en la calle, en la oficina, en el tren; con palabras o en el silencio de nuestro corazón”.
Maestro de vida interior, trabajador empeñado en su tarea, servidor fiel de Dios: éste es José. Con San José, el cristiano aprende lo que es ser de Dios y estar plenamente entre los hombres, santificando el mundo.
Comentario del sexto día de la octava de Navidad.
Evangelio del sábado de la XXVII semana del tiempo ordinario y comentario al evangelio.
El cristiano está invitado a convertirse en alguien «contemplativo en medio del mundo». ¿Utópico? No, siempre y cuando se sigan los cinco pasos para santificar la vida ordinaria que propone el fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer.
Giorgio, italiano, trabaja en el sector de los lácteos. Está casado y tiene cinco hijos. Para él, el queso es “un poco” como la prueba de la existencia de Dios.
El Opus Dei ayuda a encontrar a Cristo en el trabajo, la vida familiar y el resto de actividades ordinarias.
Homilía pronunciada el 11–03–1960 en la que San Josemaría glosó una de las ideas que más predicó a lo largo de su vida: la grandeza de la vida ordinaria del que se sabe hijo de Dios.
El prelado del Opus Dei, en la Basílica de los Mártires de Uganda, felicita la Navidad y nos anima a que, al contemplar la familia de Nazaret —con Jesús recién nacido—, demos testimonio de fe y vida cristiana en la familia.
La llamada divina al Opus Dei es la misma para todos sus miembros. Existen simplemente modos diversos de vivir la misma vocación cristiana según las circunstancias personales de cada uno.
Era José un artesano de Galilea, un hombre como tantos otros. ¿Qué puede esperar de la vida un habitante de una aldea perdida, como era Nazaret? Sólo trabajo, todos los días, siempre con el mismo esfuerzo. Y, al acabar la jornada, una casa pobre y pequeña, para reponer las fuerzas y recomenzar...