Un bebé que no crecía
A las 12:15 recibí una llamada de mi esposa, casi ininteligible por el llanto, en la que me indicaba que "sacarían" a la nena porque los resultados de un examen de su corazón habían salido negativo.
Inmensamente feliz
Necesitaba encontrar una presentación que había preparado el año pasado para dar un curso de formación cristiana. Busqué en todos los documentos de mi ordenador, pero no lo hallé. Me volví a Dora y le pedí: “Querida Dora, sabes cuánto necesito esta presentación, ayúdame a encontrarla.”
Isidoro nunca falla
Un chico relata varios favores recibidos por la intercesión de Isidoro Zorzano.
Una carta a Encarnita Ortega
Reproducimos un testimonio sobre Encarnita, en forma de carta, escrito en diciembre de 2015 por Ángeles Duque Ortega, hija de una buena amiga de Encarnita, Angelines Ortega.
Sin alergia y sin pastillas
Quiero agradecer un favor de Dora. Desde hace un par de años he “adquirido” una alergia a la primavera que me duraba varios meses con consecuencias no muy agradables: congestión nasal, ojos hinchados, lágrimas en abundancia, etc. … Lo solucionaba tomando un anti alérgico y con eso me iba un poco mejor.
Cronología de José María Hernández Garnica
Don José María Hernández Garnica nace en 1913 y muere en 1972. Desde que en 1935 solicita la admisión del Opus Dei, se dedica a llevar a cabo la misión que Dios le ha encomendado por todo el mundo.
La laboriosidad de don José María Hernández Garnica
José María Hernández Garnica supo responder a las exigencias que le plantearon los estudios de ingeniería y de ciencias naturales y a los trabajos posteriores que hubo de realizar antes de ordenarse sacerdote.
Amigos en la juventud
Las vidas de don José María Hérnandez Garnica y del beato Álvaro del Portillo corrieron paralelas durante muchos años y hubieron de compartir momentos que les marcarían para siempre.
Paz, buen humor y sentido sobrenatural ante la cercanía de la muerte
Don José María Hernández Garnica recibió la noticia de su grave enfermedad con gran entereza y visión sobrenatural. A pesar de los fuertes dolores, no perdía la serenidad y el buen humor.
Un hijo cabal del beato Álvaro del Portillo
“Estoy seguro: ¡Toni es un santo!”. Repetidas veces se refirió el beato Álvaro del Portillo a Toni, con estas o parecidas palabras, cuando él ya estaba cercano a la muerte.