La historia de Isidro (Ecuador) forma parte del multimedia «El viaje del viaje», un proyecto por el 50.º aniversario de las catequesis de san Josemaría por América. A continuación reproducimos su historia.
Mi nombre es Isidro Calisto, tengo 47 años y estoy aquí para formar chicos cercanos a Dios desde hace ya casi 12 años.
Yo me comprometí con Dios, en realidad, a que si mis hijos iban a un colegio laico, yo ayudaría a que ellos se formaran y estuvieran cerca de Dios.
Fue hace 12 años, cuando mi hijo tenía 7 u 8 años, que él empezó a recibir catequesis y yo a impartirla, lo que fue lindísimo.
Llegamos a tener 200 niños entre todos los cursos que formamos, y ha sido una experiencia súper gratificante.
Yo creo que una de las cosas más lindas que san Josemaría propone es que tengamos hogares luminosos y alegres. Y creo que, si cada uno de los niños en su hogar es un poco mejor, ayuda a que los hogares sean luminosos.
Yo tengo cuatro hijos y vengo de una familia igual. Y sí, si no hay armonía, si no hay alegría, es súper difícil de llevar.
Yo trato de que ellos vean que sí se puede ser buenas personas, que hay muchos valores que uno puede aplicar en la vida, que se puede hacer oración, que se puede llevar una buena relación con Dios en lo ordinario, en lo que hacen: en ser buenos futbolistas, en ser buenos amigos…
Y uno, de chico, no valora tanto la fe. Pero cuando la vida te pone problemas y te pone cosas más duras, uno va dándose cuenta de que la vida sin fe no tiene sentido.