Cuando dejó la Obra, Anita empezó a trabajar en distintas empresas, en áreas que no tenían que ver mucho con el servicio. Pero algo le decía que eso no era lo suyo. Ahora, a cargo del servicio de alimentación en un colegio en Santiago para 700 personas –entre alumnos, profesores y administrativos–, asegura que es un trabajo que le apasiona porque a través de cosas muy tangibles puede hacer sentir su cercanía a muchas personas, hacerles más agradable el día.

“Todo esto lo aprendí en la Obra, al dedicarme a hacer hogar como numeraria auxiliar”. Por eso ahora busca transmitir ese valor del servicio al equipo de catorce personas que lidera:

Puede ser un día con problemas, pero la satisfacción que me deja el hecho de haber prestado un buen servicio es lo que te llena el corazón

Desde hace dos años Anita es supernumeraria del Opus Dei. “La Obra es familia”, asegura al iniciar el relato de lo que hace hoy, en su día a día.