Meditaciones: San Mateo
Reflexión para meditar la fiesta de San Mateo. Los temas propuestos son: el encuentro de Mateo con Jesús; un amor que guía en las dificultades; reconocerse pecador.
Meditaciones: Exaltación de la Santa Cruz
Reflexión para meditar la Exaltación de la Santa Cruz. Los temas propuestos son: la Cruz, recuerdo del amor de Cristo; comprender el sentido de la Cruz; símbolo de victoria.
Meditaciones: dulce nombre de María (12 de septiembre)
Reflexión para meditar en la festividad del dulce nombre de María. Los temas propuestos son: una madre cercana, a la que llamamos por el nombre; esperanza en medio de las dificultades; María nos lleva a Jesús.
Meditaciones: Transfiguración
Reflexión para meditar la fiesta de la Transfiguración. Los temas propuestos son: la Transfiguración, mensaje de esperanza; un anticipo del paraíso; bajar del Tabor renovados.
Meditaciones: San Juan María Vianney
Reflexión para meditar la fiesta de San Juan María Vianney. Los temas propuestos son: el alcance de un sacerdote; memoria y agradecimiento por la vocación; amor a la confesión.
Meditaciones: Santa Marta
Reflexión para meditar la fiesta de Santa Marta. Los temas propuestos son: Santa Marta, amiga de Jesús; trabajar sabiendo que Dios está en nuestra casa; llenar de amor nuestro trabajo.
Meditaciones: San Joaquín y Santa Ana
Reflexión para meditar la fiesta de San Joaquín y Santa Ana. Los temas propuestos son: las generaciones que nos preceden; la contribución de los abuelos; los mayores, tesoro de una familia.
Meditaciones: Santiago Apóstol
Reflexión para meditar la fiesta de Santiago Apóstol. Los temas propuestos son: la llamada de Santiago y Juan; relámpago y trueno; la grandeza de Santiago.
Meditaciones: Santa María Magdalena
Reflexión para meditar la fiesta de Santa María Magdalena. Los temas propuestos son: las mujeres que seguían al Señor; María Magdalena, apóstol de apóstoles; un corazón que ardía.
Meditaciones: San Pedro y San Pablo
Reflexión para meditar la fiesta de san Pedro y san Pablo. Los temas propuestos son: una Iglesia liberada por el encuentro con Cristo; Pedro: entregar la debilidad a Dios; Pablo: un corazón sin barreras.