Agradar a Dios (VIII): apóstoles que disfrutan. Oración y misión.
En un mundo lleno de actividad, san Josemaría nos propone una "lógica" sorprendente: primero, oración y mortificación; solo después, acción. Así podremos sintonizar mejor con el apostolado que quiere Dios.
Algo grande y que sea amor (X): ¡Somos apóstoles!
Para un cristiano el apostolado no es simplemente un encargo que supone ciertas horas; ni siquiera un trabajo importante: es una necesidad que brota de un corazón que se ha hecho «un solo cuerpo y un solo espíritu» con el Señor.
Para mí, vivir es Cristo (VII): apóstoles en medio del mundo. Sentido de misión (II)
El dinamismo propio del apostolado es la caridad, que es don divino: «en un hijo de Dios, amistad y caridad forman una sola cosa: luz divina que da calor» (Forja, 565). La Iglesia crece por medio de la caridad de sus fieles y, solo después, llegan la estructura y la organización, como frutos de esa caridad y para estar al servicio de ella.
Para mí, vivir es Cristo (VI): amados, llamados, enviados. Sentido de misión (I)
Vivir con sentido de misión es saberse enviados por el Señor para llevar su Amor a quienes tenemos cerca. Esto supone decidir en cada momento –bajo el impulso del Espíritu Santo– qué hacer, en función de esa misión que da contenido y finalidad a nuestro paso por la tierra.
Comunicar la fe
"Comunicar la identidad cristiana en una sociedad postmoderna". Proponemos una sugerente conferencia de la teóloga Jutta Burggraf (+2010) sobre la transmisión de la fe en un nuevo contexto cultural.
La ternura de Dios (III): El corazón abierto de Dios: misericordia y apostolado
Cuando rechaza la tentación de someter los reinos de la tierra, Jesús deja entrever cómo es su dominio de la historia. Aunque a los ojos humanos pueda parecer una ingenuidad, Dios reina con su misericordia. Y así quiere que sus enviados, los cristianos, le hagamos presente en el mundo.