El cristianismo burgués
Al comparar el reino de Dios con un tesoro por el que uno lo vende todo, Jesús desmarca el cristianismo de valores como la seguridad o la estabilidad, para centrarlo en el riesgo, la misión, la aventura de mejorar el mundo.
Los demás son nuestros (II): la corrección fraterna
La corrección fraterna es un fruto de la cercanía con la otra persona y supone mirarla con la amplitud con que lo hace Dios.
Los demás son nuestros (I): la corrección fraterna
La amistad y la amabilidad son el terreno fértil de la corrección fraterna; Dios actúa en nuestras relaciones para sacar lo mejor de cada uno.
Agradar a Dios (VIII): apóstoles que disfrutan. Oración y misión.
En un mundo lleno de actividad, san Josemaría nos propone una "lógica" sorprendente: primero, oración y mortificación; solo después, acción. Así podremos sintonizar mejor con el apostolado que quiere Dios.
Agradar a Dios (VI): hermanos que miran al Padre. Unidad entre generaciones distintas
El Papa Francisco habla con frecuencia de la necesidad de generar una mayor unidad entre las distintas generaciones. La parábola del hijo pródigo, su hermano mayor y su padre, relatada por Jesús, nos puede ayudar a profundizar en este tema.
Os he llamado amigos (V): Mirad qué buenos amigos
La amistad que ofrece un cristiano a quienes le rodean siempre ha sido un motivo de admiración. Con el paso del tiempo, surgen siempre nuevos escenarios y nuevos retos.
Os he llamado amigos (IV): El mejor seguro de vida
La amistad entre las personas llamadas a una misma misión permite que esta sea siempre un camino lleno de felicidad.
Os he llamado amigos (III): Dentro de un gran mapa de relaciones
Dejarnos querer por los demás es una manera de abrir espacio para Dios en nuestra vida. Jesús lo hizo hasta sus últimos momentos en la tierra.
Os he llamado amigos (II): Para iluminar la tierra
El "mandamiento nuevo" que nos confió Jesús al final de su vida en la tierra descubrió una nueva dimensión de la amistad humana: se trata de auténtico apostolado.
Os he llamado amigos (I): ¿Dios tiene amigos?
Dios siempre ha buscado activamente la amistad con los hombres, ofreciéndonos vivir en comunión con Él. Ni la debilidad humana ni el polvo del camino le han hecho cambiar de opinión. Dejarnos abrazar por ese Amor incondicional nos llena de luz y de fuerza para ofrecerlo a los demás.