Recursos para preparar la Navidad
El adviento es un momento para esperar. Pero no es una espera inactiva, sino que se trata de un tiempo de preparación. Ofrecemos algunos recursos para la oración personal.
El adviento alegre de Benedicto XVI
Benedicto XVI ha desgranado en sus discursos y homilías las palabras que caracterizan a este tiempo de Adviento: alegría, espera, conversión, presencia... Esta es una selección de sus mejores y más recientes reflexiones.
El belén, el árbol, 50 familiares, y un orfanato en Benin...
Charlotte y Hervé, un matrimonio francés, esperan recibir a 50 familiares el día de Navidad. Pero los preparativos no son un obstáculo para sentarse ante el Belén y, mirando al Niño, pensar juntos cómo acercarse a Dios con los amigos y los hijos.
Carta del Prelado (Diciembre 2007)
Dios viene a salvarnos. Con esta esperanza, Mons. Javier Echevarría sugiere preparar nuestros corazones en el Adviento para que Jesús encuentre en ellos su morada.
Carta del Prelado (Diciembre 2006)
Carta de Monseñor Javier Echevarría a los fieles del Opus Dei. El Prelado habla del Adviento, "tiempo de alegría y esperanza".
En Navidad, “dejémonos contagiar por el silencio de san José”
En los últimos días del Adviento, Benedicto XVI ha invitado a los cristianos a preparar la venida del Hijo de Dios meditando sobre la ejemplar figura de san José.
El Adviento, tiempo de esperanza y alegría
Juan Pablo II: “La característica inconfundible de la alegría cristiana es que puede convivir con el sufrimiento porque se basa en el amor”.
Ha comenzado el Adviento, un itinerario de esperanza
Palabras de Juan Pablo II sobre el Adviento, tiempo que la Iglesia dedica a la preparación de la Navidad, pronunciadas el pasado 30 de noviembre en la plaza de San Pedro.
El Adviento: un tiempo de fervorosa esperanza
Palabras de mons. Javier Echevarría sobre el Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, pronunciadas en la Iglesia romana de San Josemaría el 30 de noviembre, durante la misa de ordenación diaconal de fieles de la prelatura del Opus Dei.
“Se ha hecho Hombre para redimirnos”
Pásmate ante la magnanimidad de Dios: se ha hecho Hombre para redimirnos, para que tú y yo –¡que no valemos nada, reconócelo!– le tratemos con confianza. (Forja, 30)