Pamplona Alta: un corazón entregado a la obra bien hecha

El profesor Gustavo Beltrán es el responsable de CAS-Alpamayo. Cada año se transforma en un motivador de sus alumnos, quienes construyen casas prefabricadas para familias en Pamplona Alta, distrito de san Juan de Miraflores, al sur de Lima.

Pamplona Alta

Algunas veces se puede creer que para realizar cualquier acción basta la fuerza de los músculos. Sin embargo, la verdadera esencia de la fuerza reside en el espíritu, en el corazón, en la voluntad de creer que todo es posible.

Y, eso fue lo que demostraron los alumnos de grado diez del colegio Alpamayo (cuarto de secundaria), al plasmar su esfuerzo y entrega en la construcción de seis casas prefabricadas para familias de condición vulnerable en la zona de Pamplona Alta, ubicada al sur de Lima. A diferencia de otras jornadas, la edición 2025 estuvo marcada por lo retador del lugar.

Efectivamente, colinas empinadas y abruptas, sumado a la densa neblina de la mañana, para pasar luego del mediodía a un sol abrasador, fueron algunos de los elementos que configuraron un marco de acción que invitaba no solo al despertar de la voluntad, sino de la conciencia.

El valor de la empatía, el servicio y la solidaridad

la lección para los jóvenes del colegio Alpamayo no solo fue la construcción de las seis casas. Fue el valor de la empatía, el servicio y la solidaridad.

Conciencia adquirida por los jóvenes al observar cómo familias enteras pueden pasar por tantas vicisitudes y necesidades, no muy lejos de sus hogares, en la misma ciudad de Lima. Pero que aun así, no pierden la alegría o la esperanza de un futuro mejor. Entonces, la lección para los jóvenes del colegio Alpamayo no solo fue la construcción de las seis casas. Fue el valor de la empatía, el servicio y la solidaridad.

El Papa León XIV acaba de publicar la exhortación apostólica «Dilexi te» (te he amado) donde señala que las estructuras de injusticia exigen un cambio de mentalidad, donde nos invita a comprometernos cada vez más para resolver las causas estructurales de la pobreza. Es una urgencia que «no puede esperar, no sólo por una exigencia pragmática de obtener resultados y de ordenar la sociedad, sino para sanarla de una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y que sólo podrá llevarla a nuevas crisis.

Junto con las palabras de León XIV, los jóvenes se dieron cuenta que las palabras de san Josemaría “soñad y os quedareis cortos” tienen hoy más significado que nunca: soñaron con ser agentes de cambio, y lo hicieron.

Junto con las palabras de León XIV, los jóvenes se dieron cuenta que las palabras de san Josemaría “soñad y os quedareis cortos” tienen hoy más significado que nunca: soñaron con ser agentes de cambio, y lo hicieron. Soñaron en darle algo de felicidad al prójimo, y lo hicieron. Soñaron en despertar humanidad y lo hicieron.

Pero lo que se hizo en Pamplona Alta no solo fue un trabajo de construcción. Los alumnos también tuvieron oportunidad de compartir momentos de juegos y esparcimiento con los niños. Fuimos testigos de escenas de desprendimiento y servicio donde lo más importante era brindar felicidad, sacar una sonrisa.

Lo grandioso y sublime también está en lo ordinario

Tanto el sábado como el domingo, los jóvenes del colegio Alpamayo comprendieron que no se necesita de tantas cosas u objetos para pasarlo bien. Basta tener un corazón entregado a la obra bien hecha.

Al final, la mayor felicidad se daba en el atardecer del domingo, donde cada una de las seis familias recibía su respectiva casa, su nuevo hogar. Las risas y las lágrimas de emoción se fusionaban en cuadros únicos. No solo eran muestras de infinito agradecimiento. Los jóvenes entendieron que en el dar se goza más que en el recibir.

lo grandioso y sublime también está en lo ordinario; que las pequeñas acciones, cargadas con mucho amor, logran alcanzar la santidad

Finalmente, fue increíble ver cómo más de cincuenta chicos, entre los catorce y dieciséis años, estuvieron ahí, dando por completo su fin de semana, del 22 y 23 de noviembre, para demostrar que lo grandioso y sublime también está en lo ordinario; que las pequeñas acciones, cargadas con mucho amor, logran alcanzar la santidad. Gracias por eso, alumnos de Alpamayo.

Gustavo Beltrán