El vuelo procedente de Lima aterrizó a las 10:30 a.m. en el aeropuerto internacional Rodríguez Ballón, donde la familia Panchi Segovia y las niñas del club Fogaril junto a sus padres, le dieron una cálida bienvenida con cánticos y globos.
Minutos después de su llegada a suelo arequipeño, monseñor Ocáriz se dirigió a la sede episcopal para saludar al arzobispo de Arequipa, monseñor Javier del Río Alba. El día anterior había hecho lo mismo en Lima, donde saludó al arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo y luego acudió a la catedral a rezar a Nuestra Señora de la Evangelización, ante cuya imagen también rezó san Josemaría 50 años atrás.
Encuentro con familias
Hacia las 12:00 m y previo a la tertulia, el Padre recibió a un grupo de familias a quienes les dio su bendición.
A las 12:00 m. monseñor Ocáriz se encontraba con familias enteras y jóvenes que acudieron a verle al Centro de Convenciones del Club del Colegio de Abogados. Entre el público había personas procedentes de Tacna, ciudad fronteriza con Chile, y de Cusco, a 500 Km de distancia a través de los Andes. El estrado tenía como fondo una imagen de la catedral de Arequipa, construida en el siglo XVII, con el volcán Misti detrás y había una imagen de la Virgen de Chapi, patrona de Arequipa.
El Prelado empezó la reunión rezando el Ángelus y manifestó estar muy contento en Arequipa, recordó que hacía poco habíamos celebrado los 50 años de san Josemaría en el Perú y que a pesar de que él no estuvo en Arequipa físicamente, sí lo estuvo en su pensamiento y en su oración por todos nosotros.
Nos recordó que el Señor “nos ha llamado a todos a que seamos santos” y que la santidad no consiste en no tener defectos, la santidad “no es una perfección de museo, sino una perfección de amor”.
Nos recordó que el Señor “nos ha llamado a todos a que seamos santos” y que la santidad no consiste en no tener defectos, la santidad “no es una perfección de museo, sino una perfección de amor”. Amor a Dios que nos lleva a luchar por mejorar nuestros defectos, a luchar por ser mejores. “Dios nos quiere santos”.
A lo largo de la tertulia, monseñor Ocáriz insistió en la alegría que debemos tener en todo momento, a pesar de las dificultades que se puedan presentar. “Alegres siempre, porque somos hijos de Dios”.
Insistió en que “todo puede ser ocasión de encuentro con Dios y con esa esperanza viene la alegría”.
“Dios quiere que su alegría esté en nosotros”, remarcó.
Asimismo, y al son de las preguntas, el Padre nos recomendó ser luz para los demás. Reflejar la luz de Dios que llevamos dentro gracias a la eucaristía y la oración. Nos habló también de la importancia de la amistad y cómo ésta es uno de los medios más importantes que tenemos en nuestra labor apostólica.
El buen humor del Prelado se hizo presente tras la intervención de una de las mayores quien le contó que era la supernumeraria más antigua de Arequipa, a quien le dijo, “la más antigua, pero no la más vieja porque la juventud que llevamos dentro es la que cuenta, el amor es lo que nos da la juventud”.
Un grupo de niñas del Club Fogaril le entregaron el “pasaporte” arequipeño y el characato de oro “moneda de la ciudad” y una pequeña caja con las cartas de todas las niñas. El Padre sonriendo dijo que necesitaría una maleta para llevar tantos obsequios.

A mitad del programa, el público cantó una adaptación de la canción “Carnaval arequipeño” con la letra cambiada donde agradecían festivamente su presencia en Arequipa, levantando las manos con pañuelos blancos.
A mitad del programa, el público cantó una adaptación de la canción “Carnaval arequipeño” con la letra cambiada donde agradecían festivamente su presencia en Arequipa, levantando las manos con pañuelos blancos.
Javier Zevallos, vinculado con temas de la orientación familiar le pidió una recomendación para ese quehacer y el Prelado lo animó a seguir en esa labor. “El ejemplo que se da cuando el matrimonio se quiere de verdad. La unidad de vosotros es la raíz de todo lo demás. Con el paso de los años procurar querer el bien del otro y así tener la fuerza para dar más vida para otras actividades estupendas”.
A manera de despedida el Padre nos pidió estar contentos por la familia que tenemos, por pasar momentos con personas simpáticas, por sabernos en la presencia del Señor, por el bien de los demás, por todo lo bueno. Que demos muchas gracias a Dios porque con cada acción de gracias, la alegría crece. Estar contentos con la cruz que de allí viene la fuerza.
Antes de concluir, monseñor Ocáriz pidió oraciones por el Papa. “Que siempre recemos mucho por el Papa Francisco. Cuenta con la oración de vosotros, y pedid también por el arzobispo de esta arquidiócesis”.
En el Centro Cultural Wayrana
Cerca a las 3:30 pm. el padre se reunió en el Centro Cultural Wayrana con un grupo de mujeres, que le contaron algunas iniciativas que vienen impulsando en la zona.
A las 4:00 pm. partió al aeropuerto de vuelta a la ciudad de Lima.