El inicio de esta iniciativa fue una agradable coincidencia. A inicios del año 2023 a mi hija y a su grupo de estudio del Colegio Montealto, le pidieron definir un tema para la feria de ciencias de setiembre. La motivación adicional para ellas era, si el proyecto calificaba, ir al concurso en ADECOPA.
Conversando en cada familia, los papás propusimos a las jóvenes diversos proyectos y allí vimos que, ellas realmente dudaban de las posibilidades —sin tener una idea clara de cada tema— en buena parte, porque todavía sus pasos eran incipientes dentro de lo que es ciencias.
Conversando entre papás sobre cómo dar una mayor perspectiva a nuestras hijas, se nos ocurrió organizar un plan de visitas a laboratorios de ciencia e investigación en Lima, así como a centros donde se desarrollan labores profesionales especializadas, con el fin que ellas por sí mismas vean la amplitud de posibilidades. Inicialmente pensábamos en llevar al grupo de mi hija, que son tres, pero luego pensamos en compartir la experiencia con otras compañeras.
Pensando en cómo organizarlo, decidimos apoyarnos en el Club Familiar Sembrando. Planificamos entonces visitas en las que participaran padres e hijas conjuntamente, como es el objetivo central del Club. Se contrataría a una movilidad para las chicas junto a las mamás, y por otro lado, los papás irían en su propia movilidad.
Nos pusimos en contacto con amigos de universidades, laboratorios, centros de ciencia, etc., quedando sorprendidos por su respuesta positiva
Nos pusimos en contacto con amigos de universidades, laboratorios, centros de ciencia, etc., quedando sorprendidos por su respuesta positiva, aunque pusimos unas condiciones. La primera: Quien fuera guía de esta visita, sea un académico vinculado con cada proyecto, para que nuestras hijas pudieran conocer, modelos de profesionales jóvenes, que dedican su tiempo libre a ampliar sus conocimientos para poder servir mejor a la sociedad.
La segunda: que fuera un sábado por la tarde. Aunque estos centros por lo general no están activos en ese turno, dada la trascendencia que podría generar esta visita, aceptaron hacerlo. La tercera: Permitir ser acompañadas por sus padres y mostrar apertura ante su participación.
Un plan de visitas
Diseñamos un plan de visitas de siete sábados entre los meses de junio a octubre. Fuimos a la Facultad de Zootecnia de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM); al Centro de Investigación en Psiquiatría del Hospital Nacional Hipólito Unanue; al laboratorio de Bioingeniería de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC); a la colección de vestimentas del Perú del Museo del Banco Central de Reserva del Perú (MUCEN); a los laboratorios de economía y energías renovables de la Universidad de Piura (UDEP) y a Palacio de Gobierno.
La convocatoria a los padres fue un éxito. Inicialmente contratamos una movilidad para 11, pero conforme iban confirmando fue necesario contratar otra para 15. La participación de las niñas en cada centro académico fue notable; hicieron preguntas que nos sorprendieron a todos. Ellas podían apreciar en directo, muchas cosas que a veces solo imaginaban o no tenían ni idea que se podía hacer en el Perú.

A muchos papás les sorprendió gratamente, la buena actitud de sus hijas, sumándose a sus consultas. Algunos papás también llevamos a nuestros hijos pequeños para acompañar a sus hermanas durante las visitas, quienes lograban confundirse con ellas en cada lugar, pero atentos a cada nueva situación. Cada vez era más natural estar en familia, también aprendiendo.
Impacto y testimonios
La Doctora Gladys Carrión de la UNALM comentaba sobre su experiencia recibiendo a las alumnas: “En mis varios años de docencia universitaria en la UNALM, es la primera vez que veo cómo un grupo de niñas de nivel primario en este caso del Club Familiar Sembrando, alentadas por sus padres, quieran visitar un centro universitario y con el interés de conocer labores de investigación. Felicito a los padres de familia que están allí, invirtiendo su tiempo y energías en una formación integral y humanista de sus niñas. Más aun, cuando el actual contexto de nuestra sociedad nos plantea un nuevo modelo educativo basado en la necesidad de introducir estándares básicos de calidad, entendiendo calidad como un medio para formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, espiritual y religiosa, promoviendo la formación de su identidad y autoestima. En este sentido calidad en educación implica una formación no solo en conocimientos sino también humanista cuyo resultado será lograr personas buenas que puedan contribuir al desarrollo de su sociedad, transmitiendo y compartiendo sus valores ganados, como dice el lema de la UNALM —Colere cupio Hominum et Agrum— (Quiero cultivar al hombre y al campo)”.
Tuvimos principalmente participación de alumnas del sexto grado de primaria del Colegio Montealto, pero también las acompañaron amigas de otros colegios: San Agustín, Aleph y Santa Úrsula. Mientras se hiciera en familia, y en amistad, la procedencia no es un límite.
Tuvimos principalmente participación de alumnas del sexto grado de primaria del Colegio Montealto, pero también las acompañaron amigas de otros colegios: San Agustín, Aleph y Santa Úrsula. Mientras se hiciera en familia, y en amistad, la procedencia no es un límite.
Rossy Carol Sosa, mamá de Angélica Carrión, del Colegio San Agustín, nos dice cómo recibió su hija la experiencia en estas visitas “Angélica vivió una experiencia inolvidable, que combinó el compartir gratos momentos con amigas de su edad y conocer ambientes de educación superior y de cultura; espacios donde se ha podido expresar, escuchar y cooperar; así como conocer y aprender sobre medicina, tecnología, arte, cultura e historia”.

fue importante que los padres motivaran a sus hijas a participar de estas actividades, luego ellas apreciaron que estas experiencias de conocimiento también pueden ser divertidas y provechosas, agregando elementos de discernimiento para futuras decisiones de vocación profesional
Manuel Figuerola, también promotor del Club Familiar Sembrando menciona que “fue importante que los padres motivaran a sus hijas a participar de estas actividades, luego ellas apreciaron que estas experiencias de conocimiento también pueden ser divertidas y provechosas, agregando elementos de discernimiento para futuras decisiones de vocación profesional”.
Con la buena experiencia de las primeras visitas, esperamos en los próximos meses, ampliar las áreas de conocimiento a otras más. Algunos a veces me decían, pero “son chicas muy pequeñas”, o en un tono un poco más displicente “son de sexto grado de primaria…”, yo les replicaba, que estas chicas de sexto grado reciben de la sociedad cosas mucho más complejas que deben procesar paralelamente a su desarrollo; procuremos como decía el Papa Benedicto XVI “vencer al mal con abundancia de bien”, no importa que haya cosas que las rebasen, lo significativo es dejar sanas inquietudes y buenos ejemplos.