Dora Cavagnaro: Rumbo al centenario de vida

Dora Cavagnaro tiene 99 años y es agregada. ¿Cómo suele ser la vida de una persona del Opus Dei a esa edad? ¿Cómo se puede procurar una vejez feliz? Algunas que la visitan con frecuencia nos dan detalles.

Dora mantiene una memoria inigualable. Nos tiene muy presentes a todas y en el detalle tan bonito de recordar los cumpleaños de quienes están próximas a celebrar, nos da una muestra del cariño que nos tiene. Acordarse de los cumpleaños es una sana costumbre en una familia, y Dora no deja de sorprendernos, porque jamás se olvida de ninguna.

De Tacna a Lima

Ella nació en Tacna, pero su familia vivía entre esa ciudad y Lima, donde Dora con sus hermanas terminó estableciéndose por su trabajo profesional. En la celebración de su cumpleaños, en febrero último, nos contó cómo conoció el Opus Dei, cuando trabajaba en el Banco Internacional en Lima, donde se desempeñaba como secretaria de la gerencia.

Parte de su trabajo era leer los periódicos para extraer las noticias más importantes del día para el directorio del banco. Uno de esos días, leyó un aviso sobre el Opus Dei y decidió ir a conocer.

Aquel día fue con su hermana y una amiga y recordaba que Isabel Sancho, una de las primeras numerarias que vino al Perú, fue quien le abrió la puerta, quedó impactada con la alegría de aquellas mujeres.

Cuando volvieron en otra oportunidad al Centro cultural Montemar, les explicaron la vocación de la santidad en medio del mundo y cómo se podría ser parte del Opus Dei: numerarias, numerarias auxiliares, supernumerarias y oblatas, ella pensó en ser oblata, como se llamaba en ese entonces a las agregadas.

Dora junto a Julia Villanueva y Cecilia Fajardo, primeras agregadas de Perú

Preparando el centenario de vida

El 2 de febrero, día de su cumpleaños, estuvimos en su casa que decoramos como para una ¡celebración de un centenario, como si cumpliera 100 años! Almorzamos pollo a la brasa, pues es su comida favorita y una torta con las velas que ella apagó sin ayuda.

En su tarjeta de cumpleaños, se recordó la vez que yendo en su escarabajo Volkswagen, tuvo un choque y se le cayó la peluca. Allí tuvo que improvisar nada más, pues siempre ha buscado cuidar su aspecto externo.

El Opus Dei es familia

Dora es muy cariñosa con todas las personas, siempre nos recuerda que quienes somos de la Obra somos su familia, reza por cada una y nuestras necesidades, valora mucho el espíritu de servicio así como la delicadeza en el trato personal.

Pequeños detalles que la hacen descubrir cada día la maravilla del espíritu del Opus Dei en la vida cotidiana.

Agradece a la Obra todo. Especialmente, a sus hermanas numerarias y agregadas por las muestras de afecto y cariño hacia ella. Pequeños detalles que la hacen descubrir cada día la maravilla del espíritu del Opus Dei en la vida cotidiana.

Del Centro cultural Alcabor, solemos visitarla en su casa con jóvenes de San Rafael, algunas sobrinas y amigas. Ella vive con una enfermera que la ayuda. Se emociona contando a quienes la visitamos que es el Opus Dei e historias de la Obra en el Perú.

Dora acompañada de Alma Rosa y sus técnicas Janina (quien toma la foto) y Miriam (de verde)

La Obra es una comunión de generaciones

El Prelado del Opus Dei nos decía en una reciente carta sobre la virtud de la obediencia (2024) que la Obra es una comunión de personas, de voluntades, de iniciativas personales y de generaciones. Eso se ve reflejado en la vida de Dora pues es fácil hacer amistad con ella, tengas la edad que tengas.

La diferencia de edad en Dora no es un obstáculo para entablar amistad. En la pandemia, en tiempos de incertidumbre, las chicas del club Alki, la llamaban todos los jueves y le contaban sobre sus estudios y ella aprovechaba de hablar de Dios y de querer a su familia, ayudándolas a poner su esperanza en las cosas de arriba.

También procuraba estar cerca de las nietas de sus amigas, a quienes ha llevado al centro Alcabor así como de sus amigas del grupo del rosario de su parroquia, algunas de las cuales fallecieron en pandemia y por quienes procuraba rezar, pues en esas circunstancias se hacía difícil poder recibir los sacramentos.

Compartiendo con las niñas del club de Alcabor

Ya finalizando la pandemia, cuando se empezó a salir de las casas, una de las niñas visitó a Dora con toda su familia en agradecimiento a los consejos que recibió de ella. Dora es una persona que a lo largo de su vida ha sabido cultivar la amistad y se le ilumina el rostro al recordar con cariño a otras jóvenes que se fueron a estudiar a España, con quienes hasta ahora mantiene comunicación y está pendiente de cada una.

Uno se puede preguntar: ¿Cómo hace Dora para vivir a su edad el plan de vida cada día? A los 99 años suele ir a misa a su parroquia cercana, en Magdalena del Mar y hace apostolado con quienes se encuentra en misa. Suele rezar el santo rosario ya sea en la parroquia con algunas señoras o en casa, donde tiene una gruta en honor a la Virgen en su jardín.

Con las agregadas de su grupo de Alcabor
Damos gracias a Dios por la vocación al Opus Dei de Dora, quien, a su edad, es una fuente de comprensión, sabiduría, experiencia y serenidad, ¡Realmente tenemos un gran tesoro en casa!

Damos gracias a Dios por la vocación al Opus Dei de Dora, quien a su edad, es una fuente de comprensión, sabiduría, experiencia y serenidad que nos permite aprender de ella y valorar su existencia a la luz de lo vivido, y siempre con la esperanza de cuidarla lo mejor posible hasta el final, como lo que somos en la Obra, una familia. ¡Realmente tenemos un gran tesoro en casa!

Trudy Sánchez y Karim Rouillon