Cosas de familia

Con ocasión del 90 aniversario del 14 de febrero de 1930, la profesora Mariela García del Instituto de Ciencias de la Familia (ICF) de la Universidad de Piura publicó el siguiente artículo en el Diario “El Tiempo” de Piura.

Hoy se celebran 90 años de la incorporación de mujeres en la Obra de Dios (Opus Dei). Este hecho sucedido casi un siglo atrás evidencia, al menos, dos cosas: la fidelidad y la fe de su Fundador para secundar el querer de Dios y su visionaria perspectiva para no excluir a la mujer de estos planes humanos y divinos.

...encontrar a Dios y servir a los demás a través del trabajo

La historiadora Inmaculada Alva, en su conferencia «Mujeres que rompieron barreras”, recuerda cómo a las primeras mujeres del Opus Dei les atrajo el mensaje de San Josemaría de encontrar a Dios y servir a los demás a través del trabajo. La vocación profesional humana y divina se fundían como una sólida unidad en estas mujeres de vanguardia.

Propios y extraños conocemos, en un mayor o menor grado, lo que del Opus Dei se ha dicho, bueno y no tan bueno. Entre las cosas que más suscitaron mi atención cuando, décadas atrás, conocí el espíritu de la Obra, fue que se decía que era una gran familia. El grato ambiente de cariño, vivido con naturalidad, la formación humana y doctrinal que beneficia no solo a sus miembros, el cuidado de las cosas pequeñas, el sentido de lucha, la visión trascendente del trabajo profesional dentro y fuera del hogar y la variedad reinante de perfiles y opiniones, la asemejan a cualquier otra familia humana. Ni más ni menos.

Además, hay familiares y amigos cercanos (cooperadores), cristianos, no católicos, personas de otras religiones, o quienes no profesen ninguna, que ayudan en la tarea de promoción humana y social en las diversas labores apostólicas de la Obra. Ya se ve que esto de la inclusión no es moda reciente.

Como en tantas familias, se entretejen circunstancias excepcionales: hijos maduros y aquellos que nos enseñan que cada fruto tiene su tiempo, rupturas salvadas y definitivas, tiempos de escasez, gozo, sacrificio, personalidades, modos de ser y de actuar únicos; irrepetibles maneras de experimentar y manifestar la alegría, distinta capacidad para comprender, para servir, para comunicar y para querer.

Cuando he escuchado comentarios poco positivos acerca del Opus Dei he respondido breve y serenamente: son cosas de familia. Cada miembro es responsable y autónomo de la percepción que genera su actuación y sus decisiones. Errar es humano, pero esto no excluye el bien producido y sus resultados, aunque muchos los desconoceremos.

Con sus más y sus menos, estoy segura de que no cambiaríamos por nada lo vivido en nuestras familias, menos por nadie. It´s ok not to be totally ok; basta con ser lo suficientemente felices y no perderse en el maremágnum de anhelar ser felices siempre; eso dejémoslo para Facebook, Instagram y Twitter.

En estos tiempos de guerra, qué acertada expresión la de la Madre Teresa de Calcuta, “¿qué puedes hacer para promover la paz mundial? Ve a casa y ama a tu familia”. Como siempre, la pelota está en nuestra cancha. ¡Feliz día del amor a todas las familias!

Publicado en el diario “El Tiempo” de Piura el viernes 14 de febrero de 2020.