El 10 de febrero de este año, casi cincuenta años después del aniversario de bodas de mis padres, contraje matrimonio con Jimena, en la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, en Lima, advocación mariana estrechamente asociada a mi familia y de quien era devoto san Josemaría.
Fue realmente emocionante escuchar y recordar en la homilía del Padre Miguel Arce, quien nos casó, aquel diálogo bonito y educador entre mi mamá Carito, y el fundador del Opus Dei en la tertulia de san Vicente de Cañete.
Un diálogo que ha dado la vuelta al mundo
Padre, hace cuatro años que frecuento la Obra y desde ese tiempo he aprendido a querer mucho al Señor, lo mismo que a María Santísima y a usted Padre y a la Obra.
— Dios te lo pague. Muchas gracias, hija mía.
— Gracias a usted, Padre. Hoy me caso y …(aplausos)
— ¿Dónde está tu marido…futuro?
— Descansando Padre, porque hoy llegó de viaje.
— Bueno, pues dile que os quiero ya mucho, y que mañana, en la Santa Misa, os dedicaré un memento, un recuerdo especial, recogido, cuando esté el Señor sobre el altar, para que os haga muy felices, para que os queráis mucho y seáis muy dichosos.
— Muchas gracias, Padre.
— Te añadiré lo que aconsejo siempre a todos, yo me repito mucho, hijas mías, porque la verdad es siempre la misma. Has de querer desde ahora los defectos de tu marido, siempre que no sean ofensa a Dios. Y él debe querer los defectos tuyos.
— Si no, no lo amas bastante, ni él a ti.
— Gracias Padre.
— ¿De acuerdo? (..) Seguro que, si no te diera vergüenza, me explicarías que tu novio no tiene defectos. ¡Bueno! ¡Enhorabuena! Enhorabuena por los dos.
— Hoy sí que va a ser el día más feliz de mi vida, Padre.
— Enhorabuena, hija mía.
Este diálogo de san Josemaría con mi mamá ya ha dado la vuelta al mundo. Está grabado para siempre en la tertulia de Valle Grande, un 13 de julio de 1974, el mismo día contrajeron matrimonio mis padres, quien este año habrían cumplido sus bodas de oro matrimoniales.
Mi mamá me contó que no podía dejar pasar la oportunidad de conocer a un santo, ella estaba convencida que Nuestro Padre lo era. Era su única oportunidad, luego de casarse viajaba con mi papá al exterior.
Mi mamá me contó que no podía dejar pasar la oportunidad de conocer a un santo, ella estaba convencida que Nuestro Padre lo era. Con nervios, pero muy segura que tenía que conocerlo decide ir a Cañete, más o menos a dos horas de distancia de donde se casaría esa misma noche. Era su única oportunidad, luego de casarse viajaba con mi papá al exterior.

Al entrar a la tertulia, muy sorprendidas algunas numerarias amigas de mi mamá le pidieron que le haga una pregunta a nuestro Padre, sin estar preparada para ese momento, y sucedió lo que conocemos.
Algunos recuerdos entrañables de mi madre
Pasaron los años y la gente le preguntaba que impresiones tuvo al conocerlo, más allá de la conversación que de por sí ya había mucho que decir, recuerdo que ella solía comentar: “Con qué cariño trataba y besaba el rosario” “Siendo alguien tan importante no dejaba de transmitir sencillez, alegría, como un niño” …al parecer mi mamá presenció lo que Nuestro Padre predicó en Es Cristo que Pasa, 143.
Mi mamá solía invitarnos a mis hermanos y a mí a rezar el Rosario en familia desde pequeños. Fue su mejor aliado. El último compartir de mi mamá fue rezarlo con su esposo, nietos e hijos haciéndonos acordar lo importante y maravilloso que es.

No puedo definir en una sola palabra la personalidad de Carito, como se le conocía familiarmente a mi madre. Ella fue una madre muy amorosa y entregada, una esposa ejemplar, una hermana bondadosa, una abuela cariñosa y una suegra con empatía. Perseverante, optimista y de mucha fe. Con el tiempo, mis hermanos mayores se fueron casando y pudo conocer a la mayoría de sus trece nietos, hasta que una enfermedad se la llevó al cielo unos años atrás.

¿Qué tenía mi madre que la hacía ser tan especial? Pienso que tenía ángel y carácter. Estando a su lado nunca te aburrías. Era una gran conversadora. Era atenta, dedicada, sabía hacerse querer por los demás y conseguía llegar a los corazones más difíciles a quienes conquistaba con la misma sonrisa, con la que siempre será recordada en la tertulia de Valle Grande al decirle a san Josemaría: — Hoy sí que va a ser el día más feliz de mi vida, Padre.
¿Qué tenía mi madre que la hacía ser tan especial? Pienso que tenía ángel y carácter. Estando a su lado nunca te aburrías. Era una gran conversadora. Era atenta, dedicada, sabía hacerse querer por los demás y conseguía llegar a los corazones más difíciles a quienes conquistaba con la misma sonrisa, con la que siempre será recordada en la tertulia de Valle Grande al decirle a san Josemaría: — Hoy sí que va a ser el día más feliz de mi vida, Padre.

En el año 2010, nuevamente en Cañete, en medio del viaje de don Javier Echevarría, segundo sucesor de san Josemaría, mi padre Fernando le hizo una pregunta, pero antes de contestarle ¡Con qué cariño don Javier recordó el episodio de la pregunta de mi madre!
Como familia, ahora que nuestra madre está ausente, es conmovedor comprobar a tanta gente que la conoció a través de la tertulia; u, otras más, quienes están enormemente agradecidas por su amistad. Mi papá volvió a contraer nupcias en el año 2023 con una persona a quien conoció en la parroquia que frecuentaba. Pienso que, fue un detalle de mi mamá desde el cielo, mandar una nueva compañía a mi padre.
Como familia, ahora que nuestra madre está ausente, es conmovedor comprobar a tanta gente que la conoció a través de la tertulia; u, otras más, quienes están enormemente agradecidas por su amistad. Nos sorprende y alegra. Mi papá, Fernando volvió a contraer nupcias en el año 2023 con una persona a quien conoció en la parroquia que frecuentaba. Pienso que, fue un detalle de mi mamá desde el cielo, mandar una nueva compañía a mi padre.
Un recuerdo entrañable para las futuras generaciones
Por mi parte, con el tiempo, pedí la admisión como supernumerario. Y algo que más valoro de la Obra, es ese ambiente de hogar que se respira en los centros. En Lima, Nueva York, Washington D.C. o Madrid, se respira un aire de familia difícil de describir. Ahora voy entendiendo mejor, cuando san Josemaría dice que católico significa universal y cuando mi mamá me decía que el Opus Dei es una familia. En la Obra nos enseñan y ayudan a vivir como los primeros cristianos que servían a Cristo en el medio del mundo con entusiasmo, teniendo muy presente que son hijos de Dios y ¡todo lo que eso significa!
El tiempo nos va dando una perspectiva de los acontecimientos. ¡Quién lo diría! Que un encuentro entrañable de mi madre haya pasado ya no sólo a nuestra historia familiar, sino a la historia de la Obra.
El tiempo nos va dando una perspectiva de los acontecimientos. ¡Quién lo diría! Que un encuentro entrañable de mi madre haya pasado ya no sólo a nuestra historia familiar, sino a la historia de la Obra.
Hace unos años, coincidí por un tema de intercambio en China con un grupo de estudiantes, quienes descubrieron que mi madre era Carito y conocían la historia de la pregunta a Nuestro Padre.
Más adelante un primo mío, ahijado de mi madre, se encontraba en un Congreso en Florida, Estados Unidos, con un grupo de extranjeros, quienes le comentaron de un video que recientemente habían visto de san Josemaría en Cañete contestando a una señorita que se casaba ese día, para sorpresa de ellos hablaban con su ahijado.
Será un recuerdo alegre para las futuras generaciones de matrimonios que se apoyarán en esa pregunta de mi mamá. ¡Gracias, mamá, por tu pregunta! ¡Gracias, Padre por su respuesta!