Bodas de Oro de monseñor Juan Antonio Ugarte

El último sábado 26 de agosto, con una misa solemne en la Parroquia san Josemaría, conmemoró sus cincuenta años de ordenación sacerdotal monseñor Juan Antonio Ugarte Pérez, arzobispo emérito del Cusco, quien recibió por este motivo la Bendición Apostólica del Papa Francisco.

Junto a monseñor Juan Antonio Ugarte participaron de la Solemne Eucaristía, el cardenal Juan Luis Cipriani; el nuncio de Su Santidad, Nicola Girasoli; el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, monseñor Salvador Piñeiro, el obispo de la Prelatura de Yauyos, monseñor Ricardo García, entre otros sacerdotes y obispos.

La ceremonia se realizó en la parroquia San Josemaría, en el distrito de San Borja. Entre el numeroso público se pudo notar la presencia de familiares, compañeros de promoción 1955 del Colegio Maristas, y 1961 de la Universidad Nacional de Ingeniería, profesores y exalumnos de la Universidad de Piura, así como amigos personales.

Fue el consejero de la Nunciatura Apostólica en el Perú, monseñor Grzegorz Piotr Bielaszka, quien tuvo a cargo la lectura del quirógrafo enviado por el Papa Francisco en la cual felicita y concede la Bendición Apostólica a monseñor Juan Antonio Ugarte y a todos los que aprecia.

En su homilía, monseñor Ugarte agradeció a Dios el don de la vida, haber nacido en una familia, el bautismo y la confirmación, la vocación divina al Opus Dei, al ser uno de los primeros en el Perú.

Comentando la actitud de san Pedro, que lloró tras haber negado a Cristo, dijo que el Señor espera que luchemos por ser fieles; y si alguna vez tenemos la desgracia de caer, hay que volver a empezar. “Comenzar y recomenzar”, como decía san Josemaría.

Finalmente agradeció a todos por haberlo acompañado en esta conmemoración.

Monseñor Ugarte fue ordenado sacerdote en España en 1967, por el entonces obispo de Segovia, Monseñor Daniel Llorente, junto con otros 22 fieles del Opus Dei procedentes de diversas naciones.

A poco de retornar a Lima ofició su primera misa solemne en la capilla de su colegio Maristas, de San Isidro, y en octubre partió a Piura para dar clases de Química General en la Facultad de Ingeniería de la naciente Universidad de Piura (UDEP), además de integrar la plana de capellanes.

Retorna a Lima para atender a varios centros del Opus Dei y en 1976 vuelve a Piura como profesor de Teología hasta que en 1983 fue nombrado obispo auxiliar de Abancay y después del Cusco. Posteriormente será Obispo de Cañete hasta que en noviembre de 2003 es nombrado Arzobispo del Cusco, cargo que desempeñó por cerca de once años.

Al término de la Misa pudo departir con los presentes en una de las instalaciones de la parroquia. Entre ellos se notó la presencia de los embajadores Carlos Higueras y Alberto Montagne, antiguos compañeros de estudios.

La promoción 1955 del colegio Maristas que integró monseñor Ugarte se llamó “Marcelino Champagnat” porque fue el año de su beatificación. Posteriormente sería canonizado. Cuando era obispo de Abancay, monseñor Ugarte envió una carta postulatoria para su canonización y asistió a ella.

También departió con sus antiguos compañeros de estudios de la UNI, graduados de ingenieros químicos industriales en 1961.

En la Misa también concelebraron monseñor Adriano Tomasi y monseñor Raúl Chau, obispos auxiliares de Lima; monseñor José María Ortega, obispo Prelado de Juli, así como el vicario regional de la Prelatura del Opus Dei en el Perú, padre Emilio Arizmendi, y buen número de sacerdotes de Lima y de distintos lugares del país.

A continuación el texto del quirógrafo enviado por el Santo Padre a monseñor Ugarte:

Al Venerable Hermano

Juan Antonio Ugarte Pérez,

del clero de la Prelatura personal de la Santa Cruz y Opus Dei, Arzobispo Metropolitano emérito del Cuzco, que está celebrando el quincuagésimo aniversario de su Ordenación sacerdotal, le felicitamos por la prudencia, afabilidad y piedad, además, por la fructífera cura pastoral de vocaciones sacerdotales y de vida consagrada, concediendo de corazón a él mismo y a todos a los que aprecia, con la protección de Nuestra Señora de la Merced y con la intercesión de san Josemaría, la Bendición Apostólica, agente principal de los favores celestiales y garantía de la comunión fraterna, pidiéndole también preces por Nosotros.

Dado en el Vaticano, el día 18 de agosto, del año 2017

Francisco