"En la sencillez de tu labor ordinaria, en los detalles monótonos de cada día, has de descubrir el secreto –para tantos escondido– de la grandeza y de la novedad: el Amor". San Josemaría
"En la sencillez de tu labor ordinaria, en los detalles monótonos de cada día, has de descubrir el secreto –para tantos escondido– de la grandeza y de la novedad: el Amor".
Como Jesús con Natanael queremos acompañar a quienes están lejos y quizá solos. Nuestra oración, el ofrecimiento del dolor que nos genera la distancia y la «imaginación de la caridad» pueden llenar de gozo y de paz los corazones de quienes amamos.
A partir del desarrollo histórico del trabajo, esta entrega reflexiona sobre su dignidad y relevancia en la vida humana. A la luz de la enseñanza de san Josemaría, propone el trabajo como lugar de encuentro con Dios y medio de santificación.
Comentario de san Agustín de Hipona al texto evangélico que narra la tempestad en la barca y el miedo de los Apóstoles (Mt 8,23-27).
El fragmento que se recoge a continuación pertenece a una de las homilías sobre las dos pescas milagrosas que narra el Evangelio, y que san Agustín interpreta como figuras de la Iglesia en el tiempo presente y en la vida eterna.
Esta práctica es una profunda expresión de fe y amor hacia Cristo en la Eucaristía. En medio del ajetreo cotidiano, nos ofrece una oportunidad de encontrarnos personalmente con Dios, descansar en su presencia y hallar en él consuelo y guía para nuestra vida diaria.
Vivir como Cristo, tanto en el matrimonio como en el celibato, lleva a acoger un estilo de vida nuevo que nos regala el Espíritu Santo: un amor fecundo, un corazón limpio y una preferencia por las riquezas de Dios y el cuidado de los más necesitados, al estilo del Evangelio.
¿Cómo amar a Cristo, una persona viva a quien no vemos? ¿Y cómo amar a los demás como Él nos amó? En el matrimonio y en el celibato, el Espíritu Santo transforma nuestros sentidos para asemejar nuestro corazón al suyo.
Este artículo explica el culto que los católicos ofrecen a la Madre de Dios, de origen muy remoto en la Iglesia y muy vivo en la actualidad. También narra cómo se vive la devoción a la Virgen en el Opus Dei.
La Semana Santa es el centro del año litúrgico: revivimos en estos días los momentos decisivos de nuestra redención. La Iglesia nos lleva de la mano, con su sabiduría y su creatividad, del Domingo de Ramos a la Cruz y a la Resurrección.
En Cesarea, Pedro no entendió que seguir a Jesús implica entrega y sacrificio. En el Tabor, sin embargo, empezó a comprender que la gloria de Cristo pasa por el sufrimiento, y que la cruz no es el final, sino el paso hacia la resurrección.
Trabajar por dentro, rezar, acompañar y velar por las personas a las que queremos, lejanas quizá, pero muy cerca de nuestro corazón cristiano. Y por todos. Es un programa de vida espiritual espléndido, en especial en circunstancias difíciles.
Un grupo de médicos, filósofos, sacerdotes y educadores abordan los rasgos de un carácter maduro. Ahora en audiolibro, el texto está pensado de manera particular para los que atraviesan momentos cruciales del desarrollo de la personalidad, por encontrarse entre los 15 y 30 años (adolescentes y adultos jóvenes), y para quienes de un modo u otro están implicados en su formación.
En este sermón, san Agustín habla de la Madre de Dios, presentándola ante todo como colaboradora de Cristo en la Redención.
Se recogen algunos párrafos de un sermón de san Agustín sobre las excelencias de la virtud de la caridad, según la doctrina del apóstol san Pablo.
En el corazón del sacerdote late un profundo anhelo de fidelidad a Dios y servicio a los demás. Quienes descubren su llamada a vivir el espíritu del Opus Dei hallan en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz una ayuda en su camino de santidad, en plena unión con su obispo y el presbiterio.
Las luces se apagan, el silencio envuelve la sala y comienza la película. Este libro propone 23 escenas para adentrarse en los evangelios junto a Jesús, María, los apóstoles y otros personajes, echando a volar la imaginación para cultivar en nosotros los mismos sentimientos de Cristo (cfr. Flp 2,5). Una mirada nueva a la vida de Jesús, con la ayuda del lenguaje del cine y san Josemaría. Disponible gratis en digital y a la venta en papel.
Publicamos, en un libro electrónico, las 129 catequesis de la teología del cuerpo de san Juan Pablo II junto a una entrevista a Juan José Pérez-Soba, teólogo y profesor experto durante décadas en esta materia.
El tiempo de Pascua, estallido de alegría, se extiende desde la vigilia Pascual hasta el domingo de Pentecostés. En estos cincuenta días la Iglesia nos envuelve en su alegría por la victoria del Señor sobre la muerte. Cristo vive, y viene a nuestro encuentro.
El día de guardia es una costumbre en el Opus Dei que consiste en dedicar un día de la semana a vivir con especial intensidad la fraternidad cristiana, teniendo presentes a los demás en la oración, la mortificación y los pequeños detalles de caridad.
La fiesta de San José pone ante nuestra mirada la belleza de una vida fiel. José se fiaba de Dios: por eso pudo ser su hombre de confianza en la tierra para cuidar de María y de Jesús, y es desde el cielo un padre bueno que cuida de nuestra fidelidad.
El camino por el que se llega a conocer la vocación es siempre algo íntimo y único. Sin embargo, hay algunas disposiciones y actitudes que pueden ayudarnos a encontrar una respuesta a una cuestión fundamental: ¿Quién soy yo para Jesús?
El 28 de agosto se celebra la fiesta de san Agustín de Hipona (354-430), quien nació en Tagaste (Numidia). El llamado «Doctor de la Gracia» fue uno de los más grandes pensadores del cristianismo en el primer milenio. El Papa León XIV, en sus primeras palabras, comentó: «Soy hijo de san Agustín, agustiniano, que dijo: «Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo». En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia la patria que Dios nos ha preparado».
Párrafos de un sermón de San Agustín sobre la curación de los ciegos de Jericó (Mateo 20, 29-34)
En el fragmento del sermón que recogemos, san Agustín explica a los fieles la misión ministerial de los obispos, ordenados para servir al pueblo cristiano.
El trabajo humano, además de cooperar al proyecto divino de la creación, participa también en la redención: asumido por Cristo, puede ser medio de santificación y transformación del mundo cuando se vive con caridad y espíritu sacerdotal. Así, el trabajo cotidiano se convierte en ofrenda eucarística y camino hacia Dios.
Esta entrega presenta la visión de san Josemaría sobre el trabajo como participación en la obra creadora de Dios, en continuidad con la tradición bíblica y el Magisterio. Lejos de ser una tarea meramente instrumental y extrínseca, el trabajo es una colaboración activa en el perfeccionamiento del mundo creado.
La costumbre del agua bendita es un signo sacramental que recuerda el Bautismo y ayuda a la santificación de la vida cotidiana. Al santiguarse con ella al entrar en la iglesia o al finalizar el día, el cristiano expresa su deseo de purificación y protección espiritual, confiando en la gracia de Dios.
La tertulia es ese momento del día o de la semana en el que las personas del Opus Dei experimentan la común pertenencia al pueblo de Dios que es la Iglesia y a esa parte que es la Obra: les recuerdan que forman parte de una familia y les hace ganar en deseos de llegar a todas las almas.
San Josemaría enseñó que el trabajo es una vocación divina y un medio de santificación personal y apostolado. Inspirado en el misterio de la Encarnación y en las páginas de la Sagrada Escritura, promovió una visión cristológica del trabajo, integrándolo en la vida espiritual sin separar lo secular de lo sagrado.
La Iglesia nos invita durante la Cuaresma a que consideremos en nuestra oración la necesidad de convertirnos, de redirigir nuestros pasos hacia el Señor. Texto sobre la Cuaresma, perteneciente al ciclo sobre el Año litúrgico.