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Santificar el trabajo

Amamos ese trabajo humano que Jesús abrazó como condición de vida, cultivó y santificó. Vemos en el trabajo un signo del amor de Dios a sus criaturas y del amor de los hombres entre sí y a Dios: un medio de perfección, un camino de santidad.

Un tío, un padre

​El recuerdo de sobrinas y sobrinas nietas de don Álvaro

Noticias

La vida de José Ignacio es un milagro

La familia Ureta Wilson transformó su tristeza en alegría. Todo gracias a la intercesión del próximo beato, don Álvaro del Portillo.

Una medalla, 20 cartas y la sonrisa, para siempre

​Miguel Liniers. Del Portillo. Es uno de los sobrinos de ​don Álvaro. Vive en Madrid y guarda en su casa muchos "tesoros" de familia en forma de cartas de san Josemaría y de don Álvaro, fotografías personales...

Noticias

Bienvenidos a casa

​Donde caben dos caben tres. O cuatro, o cinco, o los que hagan falta. 400 familias han abierto las puertas de su casa para acoger a miles de personas que vendrán de 70 países -China, Italia, Taiwán, Rusia, Kazajstán, Filipinas, Nigeria, Congo, Kenia, Australia, etc.- el 27 de septiembre a Valdebebas.

Noticias

Actos de la Beatificación en Madrid y Roma

Programa de actos con motivo de la beatificación de Mons. Álvaro del Portillo (27 de septiembre, Madrid).

Noticias

“Quisiera descubrir en la beatificación qué espera Dios de mí”

Yesenia, empleada de hogar de El Salvador,

Quiero honrar a un gran sacerdote

​Andrew Gicharu, que vendrá a la beatificación de Álvaro del Portillo desde Nairobi, tiene una discapacidad física desde que sufrió un accidente jugando a rugby.

"Me impresionó su llamada para ayudar a la gente sin recursos"

​Peter Millan viajará a la Beatificación desde Cebú, Filipinas

San Josemaría habla sobre los trabajos del Hogar

¡Es una cosa de primera importancia el trabajo en el hogar! Por lo demás, todos los trabajos pueden tener la misma calidad sobrenatural: no hay tareas grandes o pequeñas; todas son grandes, si se hacen por amor. Las que se tienen como tareas grandes se empequeñecen, cuando se pierde el sentido cristiano de la vida. Conversaciones, 109.

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