Mercedes y Concha, España: «Siempre hemos tenido el apoyo para cuidar de nuestros hermanos»
Mercedes y Concha son hermanas y las dos son numerarias auxiliares. Tras muchos años de trabajo en la administración de casas del Opus Dei, ahora se dedican al cuidado de sus hermanos, aquejados de paraplejia espástica, y a sacar adelante actividades de apostolado en lugares de la costa levantina como Gandía o Alzira. Se recoge a continuación una conversación entre las dos hermanas.
Kele, Argentina: «Es una regalo de Dios disfrutar lo que uno eligió»
Kele estudió Técnica Auxiliar en Gastronomía y Nutrición. Al conocer el Opus Dei, afirma, “fue todo un descubrimiento, porque no conocía nada y no sabía que, con total naturalidad, podía meter a Dios en mis cosas”, incluso en “las salidas que hacía con mis amigas.”
Mariana, Argentina: «Conocí el Opus Dei por una persona que no siguió en la Obra»
Mariana es de la provincia de Buenos Aires, pero ha vivido durante 13 años en tres países de Europa: “conocí una gran cantidad de personas con mentalidades y formas de ser muy diversas”, asegura. “Esto me permitió aprender sobre otros modos de vivir y expandir mi perspectiva.” La propia elección de vida como numeraria auxiliar en el Opus Dei le ha permitido conocer a más personas y dar un lugar en su corazón a muchas más.
Ale, Bolivia: «Pensé en esos momentos en los que había sido feliz, y recordé mis años en el Opus Dei»
Ale es boliviana, madre de dos hijos, psicoterapeuta y médica. Ha dedicado gran parte de su vida al servicio social. Inspirada por la enseñanza de san Josemaría, comprendió que la pobreza no solo es material, sino también la falta de amor y de Dios. Junto con su marido decidió dedicarse a la rehabilitación social. Cuando éste murió en un accidente, Ale se dio cuenta de que debía continuar, apoyada en su fe.
Pedro, Argentina: «Fui numerario y no cambiaría nada de mi camino»
Pedro es arquitecto, con una especialización en ONG’s. Ahora estudia una maestría en Economía Urbana. El próximo mes de mayo se casará con Ine. El camino de su discernimiento vocacional le acercó al Opus Dei, institución a la que perteneció durante unos años, y que recuerda con agradecimiento: “No me arrepiento de ser lo que soy hoy, y hoy soy lo que soy por todo el camino que tuve”, asegura.
Lidia, Bolivia: «Pedí ser de la Obra y me dijeron que no»
Yo me llamo Juana Lidia Quispe Maita, soy de la comunidad de Copachilaia. En mi comunidad se ve el lago Titicaca que está aquí, a 4000 metros sobre el nivel del mar, y soy numeraria auxiliar del Opus Dei. Estoy aquí cuidando a mi madre, que está sola, acompañándola y ayudándola en lo que haga falta. Y de cuando en cuando voy a la ciudad.
Pilar, Toledo: «En Psiquiatría nuestra radiografía es la mirada»
Pilar decidió estudiar Psiquiatría porque quería cambiar el mundo. Trabaja en el Hospital Nacional de tetrapléjicos y parapléjicos agudos de Toledo, donde llegan pacientes que de un día para otro han perdido la movilidad a causa de un accidente. ¿Cómo sostener a quién pasa por un duelo así?
«Más cerca de la verdad, más cerca de Dios»
Cecilia nació en el seno de una familia católica de Ontario (Canadá). La fe que recibió en su infancia procede, en cierta medida, de su bisabuelo (el intelectual inglés Malcolm Muggeridge) y su incansable búsqueda de la verdad. El legado que Malcolm y su esposa Kitty dejaron a su familia fue este espíritu de indagación y dedicación. En su vocación al Opus Dei como numeraria auxiliar, Cecilia busca, a través de su trabajo profesional, que las personas se sepan amadas por Dios y se acerquen a Él.
Malina, Malasia: “Ver a mis amigas comulgar fue el comienzo de mi viaje”
Malina aprendió a llevarse bien con musulmanes, ateos y cristianos en su propia familia. “Mi familia es un ejemplo de la mezcla de culturas y religiones que existen en mi país, Malasia”, cuenta. Su padre es ateo, su madre es católica y sus hermanas se convirtieron al islam. Ella decidió bautizarse a los 16 años. Ese fue el comienzo de una búsqueda que la llevaría al Opus Dei como numeraria auxiliar.
El “choque de culturas” de un matrimonio imperfecto y feliz
Juan no era creyente cuando empezó a ser novio de Lourdes. Sin embargo, el cariño, junto al respeto y la admiración por la formación cristiana que ella tenía le llevó poco a poco a acercarse a Dios. En este vídeo cuentan su testimonio con sus alegrías y dificultades.









