Los chicos del coro
El coro de la ceremonia de la beatificación de Álvaro del Portillo también nos deja una melodía de buenas historias. Por ejemplo, la de Luis y Kika, un matrimonio de Valencia, padres de trece hijos, que lleva muchos años "dando la nota".
"Le pido por los imposibles que tengo entre manos"
Joaquín Romero recuerda a don Álvaro como una persona "que conseguía imposibles". Joaquín, que padece esclerosis múltiple, reza cada día la oración por la intercesión del beato Álvaro y le pide mantener el optimismo y la afabilidad de una sonrisa aún viendo la evolución de su enfermedad. A veces esos imposibles son los amigos que están muy alejados de Dios.
Viajeros libres: historias de la beatificación
La Tierra: un mundo sin fronteras, una casa para todos, sin superioridad de razas, sin desequilibrios Norte-Sur, sin barreras generacionales ni físicas, en perfecta ecología humana. Utópico, ¿no? Pues en Valdebebas lo vivimos este fin de semana, en la Beatificación de Álvaro del Portillo. Y así lo cuentan las personas a las que nos acercamos. Bueno, cada cual lo hace a su manera pero todos dicen ¡Gracias! con la misma alegría desbordante y contagiosa.
"Para mí don Álvaro es una gran sonrisa y una gran paz"
Me llamo Francien, soy de Holanda y trabajo como empleada de hogar.
“Don Álvaro es un gigante espiritual a la vez que un padre muy cercano y amigo”
Me llamo Alex Havard, soy periodista, francés, y trabajo en Moscú.
"Ir a la beatificación es ya un milagro: ¡nos tocó un viaje de avión en una rifa!"
Me llamo Rhonda Wood, soy franco-canadiense y tengo 61 años. Soy miembro del Opus Dei desde hace 20 años. Trabajo como funcionaria del gobierno y soy presidenta de una asociación caritativa en Toronto.
“Recuerdo el carácter cálido y sereno de don Álvaro”
Austine Omeno Odhiamo, soy keniano y vivo en Nairobi. Trabajo en el Eastlands Project, una iniciativa del Opus Dei en Kenia para dar formación a empresarios de modo que puedan gestionar mejor su empresa.
Un soplo de aire fresco en la beatificación de Álvaro del Portillo
De las regiones septentrionales de Europa llegaron a Madrid -como un ciclón alegre e inofensivo- un grupo de sesenta rusos. Hablamos con Dasha y Polina. También con Lilia, que, aunque vive en Moscú, es ucraniana y ha pasado la última temporada en Madrid ampliando estudios.
“Don Álvaro es mi copiloto”
Me llamo Rosa Falero, tengo 50 años, soy uruguaya, de Montevideo, estoy casada con Roberto hace veinticuatro años y tenemos 7 hijos. Trabajo como madre primero, luego comparto la profesión de arquitecta en una oficina pública y en el Estudio que tenemos en casa.
“Tengo muchas ganas de vivir el encuentro internacional que será la beatificación de don Álvaro”
Me llamo Nikolina Bradic, soy croata y tengo 19 años. Estudio y vivo en Zagreb.