Una pizza italiana

Biografía de MONTSE GRASSES. SIN MIEDO A LA VIDA, SIN MIEDO A LA MUERTE. (1941-1959) por José Miguel Cejas. EDICIONES RIALP MADRID

¿Cómo se podía ir Montse de Italia sin saborear una "pizza"? En Castelgandolfo le esperaba, a la hora de la comida, un suculento plato de esa "comida nacional" italiana. Pero, ¡ay!, no tenía ningún apetito, y por mucho que fuera el cariño con el que se lo ofrecían, tomar aquel plato le suponía un verdadero tormento.

Se calló. Hizo como siempre: disimuló entre bromas su falta de ganas y penosamente, poco a poco, se lo tomó...

"Se le dijo que lo dejara -cuenta Pepa- pero continuó hasta el final. Y aunque tenía siempre mucha sed, nunca pedía agua..."

Pusieron todos los medios para que descansara; pero, a pesar de sus bromas y de sus chistes, sus ojeras y su rostro delataban que la enfermedad, en aquellos pocos días, se había ido agravando. Intentaron alegrarla con cosas que le gustasen. ¿Qué hacer? Cuando hay cariño es fácil acertar. "En Roma tenían un aparato de televisión -cuenta Pepa, evocando tiempos en los que en España esos aparatos no eran muy comunes todavía- y Montse se divirtió mucho con algunos de los programas; en especial con uno que se llamaba 'Musichiere'".