¿Por qué pones tus ojos en la tierra.?

Biografía de MONTSE GRASSES. SIN MIEDO A LA VIDA, SIN MIEDO A LA MUERTE. (1941-1959) por José Miguel Cejas. EDICIONES RIALP MADRID

"Siempre le he dado gracias a Dios -sigue contando la madre de Montse- por la gran confianza que nos teníamos y muchas veces he meditado en lo importante que es que los padres se hagan realmente amigos de sus hijos para llegar a tiempo en sus pequeños y grandes problemas...

Aunque ella, verdaderamente, no tuvo especiales problemas. Tuvo una infancia muy feliz. Salvo las enfermedades, todos los recuerdos que conservo de los primeros años de su vida son recuerdos llenos de alegría, como esta fotografía de 1949 en la que aparece junto a un payaso en un festival infantil del Ideal Pavillón":

"El Ideal Pavillón -explica Manolita- era una colonia de viviendas en Vallvidrera, donde se organizaban de vez en cuando algunas fiestas para niños. Montse participó en varias. Recuerdo que una vez escenificó, junto con otros niños, una pieza de Llongueras que se llamaba 'El General Bum-Bum', en la que salían desfilando como soldaditos.

El General Bum-Bum

Davant del seus soldats

fa tremolar la terra...

¡Ram, ram, pataplam!¡

Cómo disfrutaba en aquellos veranos en Vallvidrera! Recuerdo que allí le cortaron por primera vez la trenza. La tengo guardada y es preciosa, de un rubio muy bonito...

También recuerdo otro festival en el que salió a recitar una poesía que encontré en uno de sus libros de colegiala: 'Las golondrinas'... La grabamos en película, porque después de casarnos nos compramos una maquinita de filmar en dieciséis milímetros, y como no teníamos dinero para hacer películas habitualmente, nos hicimos el siguiente planteamiento: vamos a comprar un rollo cada año y filmamos a los niños cada Domingo de Ramos y en las fiestas importantes. Y así lo hacíamos... Estuvo muy graciosa en aquel festival, haciendo de broma unos melindres y unos gestos muy repipis, muy poco suyos, porque ella era todo lo contrario: espontánea y alegre...

Recuerdo que se adelantó hacia el público, cruzó los brazos delante del pecho -igual que cuando se nos fue- y mirando al cielo, dijo:

Golondrina,

Golondrina...

¿Por qué pones tus ojos en la tierra

si tienes tu morada en el cielo?...

'Por qué pones tus ojos en la tierra si tienes tu morada en el cielo'... No recuerdo más versos de aquella poesía, es una pena, pero de éstos me acuerdo perfectamente. Lo mismo que de aquellas fiestas de Pascua y de aquellos domingos de Ramos...

En casa hemos celebrado siempre mucho el domingo de Ramos. A los pequeños... ¡qué ilusión les hacía! El día anterior cada madrina les iba trayendo una palma a cada una de sus ahijadas y un palmón a los chicos, y las dejábamos todas preparadas en el recibidor; y el domingo por la mañana los primeros que salíamos de todo el barrio con nuestras palmas éramos nosotros. Las chicas se ponían su mejor vestido y los mayores, como Enrique, iban con bombachos, como se estilaba en aquella época...

Al acabar la Semana Santa, durante la Pascua, en Cataluña se suele tomar un postre típico que se llama la `mona de Pascua' que regala el padrino. Los niños la esperaban con especial ilusión. Como lo sabíamos, los animábamos a que alguna la diesen a personas necesitadas. Era un modo concreto, que nos parecía muy adecuado a su edad, de ayudarles a vivir la virtud de la caridad y a ser generosos en algo que les costase... Lo mismo hacíamos con los regalos de Reyes.

De todos modos, por lo que respecta a la mona de Pascua, los dejábamos en plena libertad; cada cual la podía dar o no; aunque los animábamos mucho a ser desprendidos. Por eso, los llevábamos algunas veces al Asilo de San Juan de Dios para que acompañaran a los niños enfermos o al Asilo de San Rafael para niñas. Cuando nació Enrique habíamos suscrito una pequeña cuota a su nombre en el de San Juan de Dios y, al nacer Montse, hicimos lo mismo en el de San Rafael".

"Esta fotografía que viene ahora es de esa misma época: nos la hicimos en agosto del 49, mientras paseábamos por una calle de Barcelona. Quizá fuese a la salida de Misa; o no, porque están sólo dos, Enrique y Montse, y a Manuel y a mí nos encantaba ir a Misa, los domingos por la mañana, con todos los niños juntos..."