Suspenso en Física. La Dictadura de Primo de Rivera

Biografía de ISIDORO ZORZANO LEDESMA. Ingeniero Industrial. (Buenos Aires, 1902-Madrid, 1943) por José Miguel Pero Sanz.

Zorzano pasa cómodamente todos los exámenes... hasta llegar el de Física Industrial. Entre alumnos de segundo año y estudiantes de cursos superiores, que tienen pendiente esta materia, son setenta y cuatro los admitidos a examen; pero sólo se presentan treinta y nueve, de los que son suspendidos once. Isidoro es uno de ellos.

¿Habrá dedicado excesivo tiempo a tertulias y excursiones? Aunque sea parte interesada, Calixto García no lo entiende así: a la vuelta de veinticinco años, todavía recordará el suspenso que recibieron —Isidoro y él— «al examinarnos a la vez de la asignatura de Física en el segundo curso; calificación absolutamente injusta para los dos, pero mucho más para Isidoro, que iba perfectamente preparado, como en todas las asignaturas». Calixto salió del examen «echando chispas y tacos contra el profesor». Zorzano, en cambio, más ecuánime, «al conocer su calificación no reaccionó de un modo violento, como hubiera sido lógico [...], limitándose a mostrar su sentimiento por ello, pero sin hacer reproches de ninguna clase para el profesor que tan injustamente le había tratado»... en opinión del condiscípulo.

Con lamentaciones no se arregla nada. Lo que se impone es prepararse a fondo para la convocatoria de septiembre. Eso hace Isidoro a lo largo de este verano (1923), que será crucial para el futuro de España.

Hace tiempo que viene resultando insostenible la progresiva descomposición de la realidad social. En cuanto al orden público, se multiplican los desmanes. En el mes de junio el Arzobispo de Zaragoza, Cardenal Juan Soldevila, ha sido asesinado a tiros cuando, en automóvil, se dirigía al Terminillo. Algún día en Barcelona se han de practicar veintiuna autopsias a otras tantas personas muertas violentamente en la vía pública. Los regionalismos catalán y vasco adquieren tintes independentistas. La economía, con crecientes desigualdades, no lleva camino de levantar cabeza. Alfonso XIII medita seriamente su posible abdicación.

Así las cosas, el día en que Isidoro alcanza su mayoría de edad (el 13 de septiembre) el Capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, declara el estado de guerra en su región y publica un manifiesto de levantamiento, para libertar —dice— a España de «de un fin trágico y deshonroso». El Rey acepta la renuncia del gobierno, y el General es nombrado presidente del Directorio militar, cuyos propósitos serán restablecer el orden público, defender la unidad nacional, liquidar el sistema de partidos y resolver cuanto antes la guerra de Marruecos.

Los acontecimientos suponen una experiencia que registrará la mente reflexiva de Zorzano, quien por estos días da los últimos toques al estudio de su examen pendiente. Convocado para los días 24, 27 y 29, Isidoro es el primero en presentarse, el día 24, y supera la prueba con cierto margen.