8. Esperando el fin de la guerra

“El Fundador del Opus Dei”, biografía escrita por Andrés Vázquez de Prada

Las fechas corrían veloces para el Padre, pero el esperado acontecimiento del fin de la guerra se retrasaba. Se le veía inquieto por la situación creada en los últimos meses, en que ni podía ir al frente a visitar a su gente, ni sus hijos disfrutaban de permiso para presentarse en Burgos.

Se habla mucho —escribía a Ricardo— de que la guerra está para acabarse de un momento a otro; pero, si se prolonga, soy partidario de poner casa aquí o en el Congo; pero, ¡ponerla! Tal como estamos, se gasta un dineral y no se puede hacer el trabajo. Pienso que es un accidente el lugar: si no en Burgos, aunque sea en Belchite. Se pasa de la raya esto de vivir un año en hoteles.

Hoy comienzo una novena de oración y sacrificio (poquito sacrificio), para obtener del Señor luces inmediatas, medios: porque hay que acabar con esta interinidad que esteriliza muchos esfuerzos... y sale cara. Ayúdame |# 286|.

A Burgos llegaban noticias sobre el derrotismo que reinaba en la zona republicana. Esto no le servía al Padre de mucho consuelo, cuando consideraba los padecimientos de la población de Madrid, y de todos los de su familia, después de dos años de cerco. Tampoco podía imaginarse el hambre cruel que pasaban en la actualidad. Porque desde que salieron de Madrid en 1937 para pasarse por los Pirineos, la situación había empeorado considerablemente. Ahora Isidoro y Santi, como dos mendigos, iban de cuartel en cuartel, haciendo cola en los repartos de rancho. Afortunadamente José María González Barredo se las ingeniaba para conseguir en las oficinas militares unos vales, para soldados de tránsito en Madrid; y gracias a eso podía llevar algún panecillo a casa. Mientras por otro lado, Carmen, que también arrastraba una vida dura, hacía horas de cola para obtener una miserable ración de comestibles |# 287|.

Si en el mes de octubre estuvo el Padre bien acompañado, en diciembre se hallaba solo con Paco Botella. José María Albareda residía ahora en Vitoria; y Álvaro se había ido a Fuentes Blancas, cerca de Burgos, a hacer unos cursillos de Alféreces Provisionales. También seguían otros cursos similares Vicente y Eduardo. En cuanto a Pedro Casciaro, al ser nombrado el general Orgaz Jefe del Ejército de Levante, se había trasladado con el Cuartel General a Calatayud, provincia de Zaragoza.

Tan pronto se enteró el hotelero de que en aquel cuarto del hotel Sabadell no dormirían más que dos señores, sin hacer indagaciones, ni dar aviso, puso inmediatamente a otros dos huéspedes en las dos camas vacías. En vista de lo cual, a la mañana siguiente, que era la del 10 de diciembre, escribía el Padre a José María Albareda —son sus palabras— una carta breve, pero muy divertida. He aquí el meollo de la situación:

Vino Paco, le conté lo que había, y se indignó... Realmente no había motivo, pero yo también tenía una rabieta soberana.

Mi rabieta procedía de pensar que, si se hubiera enviado a su tiempo, cuando yo lo dije, a Ávila, el montón de cosas que de momento no necesitamos, ahora tendría más libertad de movimientos. Porque, ¿dónde voy con tanta impedimenta de libros, ropa y —como diría Juan— marranaditas?

Nos acostamos antes de que vinieran los huéspedes y nos hemos levantado a las siete: no sé, por tanto, qué cara tienen.

Esto no podía seguir así: ni trabajar, ni llevar nuestra correspondencia, ni tener con libertad una visita, ni dejar confiadamente los papeles de nuestros negocios en la habitación..., ni un minuto de esa bendita soledad que tanta falta hace para tener en marcha la vida interior... Además: cada día gente distinta. ¡Imposible! |# 288|.

Ante lo insostenible de la situación, una semana antes de la Navidad se mudaron con todos sus bártulos a una casa de huéspedes, un tercer piso de la calle Concepción, número 9; vivienda vieja y sin ninguna comodidad. La zona de que disponían era un cuartito de estar, el dormitorio del Padre y una alcoba con la cama de Paco. Pagaban cinco pesetas al día, más veinticinco céntimos para el carbón del brasero de una mesa camilla. La decoración era horrenda. Lo peor era la inexistencia de un cuarto de aseo. Por las mañanas tenían que utilizar el grifo de la cocina, después de un arreglo de horario con la patrona, mujer de trato áspero y nombre excepcional. (Se llamaba María de la Iglesia, aunque, para abreviar, la conocían como María de la I.).

En vísperas de Navidad se dedicó el Padre a felicitar las Pascuas a sus hijos:

Jesús te me guarde, Juanito.

[...] Hoy escribo a toda la familia. Pocas cartas, porque somos pocos. Me acongoja pensar que por mi culpa. ¡Oh, qué buen ejemplo quiero —eficazmente— dar siempre! Ayúdame a pedir perdón al Señor, por todos los que di malos, hasta ahora.

No te olvides de nuestra gente de la zona roja. ¿Quieres creer que me dan envidia, en su plan de catacumbas? No sabemos nada.

¡Felices Pascuas!

Mi bendición

Mariano |# 289|.

Y, en la carta a Ricardo, con toda sencillez, echaba una rápida ojeada a su vida interior:

Ya estoy optimista, contento, lleno de confianza. ¡Es tan bueno!

En estos días, ayúdame a pedirle: perseverancia, alegría, paz, espíritu de sangre, hambre de almas, unión...: para todos.

¡Ay, Ricardo, qué bien andaría la cosa si tú y yo —¡y yo!— le diéramos todo lo que nos pide!

Oración, oración y oración: es la mejor artillería |# 290|.

En la mesa camilla, al calor del brasero de María de la I., continuaba ampliando el Padre las Consideraciones espirituales, escribiendo cartas o pasando a máquina notas, hojas de noticias o el relato manuscrito de Álvaro: "De Madrid a Burgos, por Guadalajara", al que puso un hermoso prólogo:

Aventuras que apenas llenan cinco meses, pero que tienen el jugo y la plenitud de tres vidas jóvenes, que pusieron empeño en salir del infierno de la España roja, para mejor servir en este lado Nacional los designios de Dios.

Alguna palabra de miliciano marxista se escapa, en el curso de la relación. La dejaremos, como autenticidad del relato.

Que la fe sobrenatural, que acompañó firme a los protagonistas, se meta en el corazón de quienes esto lean.

Y todos habremos salido ganando.

Burgos, enero de 1939 |# 291|.

Cuando el Padre releía ese diario de evasión, al tocar constantemente la ayuda sobrenatural que habían recibido sus hijos, se pasmaba. Hacía oración. Le venían lágrimas de arrepentimiento: le he dicho al Señor —escribía a Álvaro y Vicente— que no consienta que yo deshaga con mis malos ejemplos —¡pecador!— lo que Él tan hermosamente ha hecho en vosotros |# 292|.

Se cumplía justamente un año desde su llegada a Burgos cuando, con fecha 9 de enero de 1939, escribía otra Carta Circular a sus hijos, haciendo balance de su actuación y del fruto apostólico.

Pero, antes —les dice—, quiero anticiparos en una palabra el resumen de mi pensamiento, después de bien considerar las cosas en la presencia del Señor. Y esta palabra, que debe ser característica de vuestro ánimo para la recuperación de nuestras actividades ordinarias de apostolado, es Optimismo.

Es verdad que la revolución comunista destruyó nuestro hogar y aventó los medios materiales, que habíamos logrado al cabo de tantos esfuerzos.

Verdad es también que, en apariencia, ha sufrido nuestra empresa sobrenatural la paralización de estos años de guerra. Y que la guerra ha sido la ocasión de la pérdida de algunos de vuestros hermanos...

A todo esto, os digo: que —si no nos apartamos del camino— los medios materiales nunca serán un problema que no podamos resolver fácilmente, con nuestro propio esfuerzo: que esta Obra de Dios se mueve, vive, tiene actividades fecundas, como el trigo que se sembró germina bajo la tierra helada: y que, los que flaquearon, quizá estaban perdidos antes de estos sucesos nacionales |# 293|.

Señala luego la buena acogida de la Obra por las autoridades eclesiásticas y los avances en el apostolado:

¿Qué ha hecho el Señor, qué hemos hecho con su ayuda, durante el año que ha transcurrido? Se ha mejorado la disciplina de todos vosotros, innegablemente. Se está en contacto con toda la gente de San Rafael, que responde de ordinario mejor de lo que podíamos esperar. Se han hecho amistades que han de servir, sin prisa, a su hora, para la formación de centros de S. Gabriel. Los Prelados acogen con cariño la labor nuestra que pueden conocer. Y mil cosas pequeñas: petición de libros, hojas mensuales, ornamentos y objetos para el Oratorio. Y más: mayores posibilidades de proselitismo; conocimiento del ambiente de ciertas poblaciones, que facilitará la labor de S. Gabriel; amistad —con algunos honda— con bastantes catedráticos, a quienes antes no se trataba.

Les declara a continuación los medios: ¿Medios? Vida interior: Él y nosotros; y cómo obtenerlos:

Tendremos medios y no habrá obstáculo, si cada uno hace de sí a Dios en la Obra un perfecto, real, operativo y eficaz entregamiento.

Hay entregamiento, cuando se viven las Normas; cuando fomentamos la piedad recia, la mortificación diaria, la penitencia; cuando procuramos no perder el hábito del trabajo profesional, del estudio; cuando tenemos hambre de conocer cada día mejor el espíritu de nuestro apostolado; cuando la discreción —ni misterio, ni secreteo— es compañera de nuestro trabajo... Y, sobre todo, cuando de continuo os sentís unidos, por una especial Comunión de los Santos, a todos los que forman vuestra familia sobrenatural.

Finalmente, les pide un recuerdo lleno de cariño para los que continúan en zona republicana:

Y me despido con palabras de San Pablo a los de Filipo, que parecen escritas para vosotros y para mí: "Doy gracias a Dios cada vez que me acuerdo de vosotros, rogando siempre con gozo por todos vosotros, en todas mis oraciones, al ver la parte que tomáis en el Evangelio de Cristo desde el primer día hasta el presente, porque yo tengo una firme confianza, que quien ha empezado en vosotros la buena obra, la llevará a cabo..." (I, 3-6) |# 294|.

¿Qué amarguras, qué obstáculos podían detenerlos si estaban bien unidos, Padre y hermanos, plenamente por Cristo, con Cristo y en Cristo? Y, sin embargo, para el Fundador era una auténtica necesidad física tener a su lado un par de hijos suyos que colaborasen con él para hacer la Obra. Ya antes de mudarse a la pensión, cuando corría el riesgo de quedarse solo en Burgos, esperaba que algunos de ellos fueran destinados allí; y si fueran Juan y Álvaro a Valladolid, yo me iría también, aseguraba |# 295|. Conocía a fondo a cada uno de sus hijos y buscaba en ellos apoyo. Nada tiene, por tanto, de sorprendente que sintiera llegado el momento de escoger a uno de ellos para formarle en las tareas de gobierno. En cambio, es en extremo conmovedor el ver, por entre la correspondencia de esos primeros meses de 1939, cómo asoma la mano de Dios, que conduce, ágil y certeramente, la voluntad del Fundador al encuentro de un firme apoyo filial |# 296|.

Mientras Álvaro estuvo en Fuentes Blancas y, más tarde, en Cigales, un pueblecito de Valladolid, se escapaba con frecuencia a Burgos para ver al Padre. De paseo por la ribera del Arlanzón, o arrimados a la camilla del cuarto, reanudaban aquellas largas conversaciones sobre la Obra, de colchoneta a colchoneta, mantenidas en las largas noches del Consulado de Honduras. Buscaba el Padre su compañía:

Burgos — 19-I-939

Jesús te me guarde.

Mi muy querido Álvaro: Casi no puedo coger la pluma, porque tengo las manos heladas. Pero me he propuesto escribirte y lo hago.

[...] No sé qué decirte por carta: en cambio, cuando te vea, te diré muchas cosas que te gustarán. ¡Hay tantas cosas grandes por hacer! No es posible poner obstáculos, con puerilidades, impropias de hombres hechos y derechos. Te aseguro que de ti y de mí espera Jesús muchos y buenos servicios. Se los haremos, sin dudar |# 297|.

A Álvaro le bautizó Saxum, esto es, Roca |# 298|. Lo de roca era algo más que epíteto feliz. Era una palabra con alma, cuyo sentido desmenuzaba, saboreaba y reconocía el Padre, como se lee en carta de marzo:

Jesús te me guarde, Saxum.

Y sí que lo eres. Veo que el Señor te presta fortaleza, y hace operativa mi palabra: saxum! Agradéceselo y séle fiel, a pesar de... tantas cosas.

[...] ¡Si vieras, qué ganas más grandes tengo de ser santo, y de haceros santos! Te abrazo y te bendigo.

Mariano |# 299|.

* * *

Si la decisión de salir de Madrid en 1937 le costó sangre, y no podía evitar que le siguiera dando vuelcos el corazón, ¿qué no sentiría al avecinarse el regreso? Le comía la impaciencia. Se le adelantaban la imaginación y el deseo. Y hasta se le escapaba algún que otro: ¡Qué harto estoy de Burgos! |# 300|.

Esto se acaba, repetía esperanzado, de tiempo atrás. Porque Madrid se había convertido para él en una atrayente obsesión, en la puerta de entrada al futuro prometido: ¡Madrid!: incógnita, que miro con optimismo, porque todo lo mueve mi Padre-Dios. Fiat. Aun viviendo esta certeza, sospechaba que allí, en la capital, se iba a encontrar con un verdadero desastre, humanamente hablando |# 301|.

Doña Dolores, como todo el mundo, estaba ya harta de la guerra. Así lo daba a entender Isidoro en la primavera de 1938: la abuela «está un poco disgustada y nerviosa con la tardanza del abuelo en venir» |# 302|. ¿Qué no sentiría ahora? Pero don Josemaría, en ese duro período de separación, estuvo siempre unido a los suyos y los tenía a todos presentes a diario en su misa y oraciones. Es más, previendo la instalación de una nueva residencia en Madrid, escribía a Paco Botella:

Pienso en todos: en los de la zona roja, de modo especialísimo. Cuando escribas a los demás —a todos— di que pidan al Señor que nos conserve a la abuela: veo, con luz meridiana, que la necesitamos |# 303|.

Y con la misma fecha de esta carta —13 de febrero, víspera del aniversario de la fundación de mujeres— hacía llegar desde Vitoria el latido de su corazón a todos sus hijos:

Para Álvaro y Vicente.13 de febrero — 1939.

Jesús bendiga y me guarde a mis hijos.

¡Criotes! Hoy, vísperas de uno de los días de acción de gracias —quizá pase inadvertido, para casi todos—, me acuerdo de cada uno con más intenso pensar y querer: siento en mis entrañas ansias de pediros perdón, por los malos ejemplos que he podido daros y las flaquezas y miserias de este abuelo, que os hayan podido escandalizar. Pasaré la noche entera junto al Señor, en la capilla de Palacio, y... no queráis saber las locuras que nos vamos a decir y lo que he de murmurar de todos vosotros.

¡Vicentín!: pide por tu Padre.

Saxum!: confío en la fortaleza de mi roca.

Os bendice

Mariano |# 304|.

Las locuras que nos vamos a decir... Nunca mejor descrita su avidez de enamorado en conversación con el Señor: de tú a Tú, como explica a Ricardo en carta de la misma fecha:

¡Jesús te me guarde!

Tengo necesidad de escribiros a todos, hoy, vísperas de un día de acción de gracias... ¿Quién se acordará? Pasaré la noche entera junto al Señor, en la capilla de este Palacio Episcopal, ya que ha sido tan bueno Él, que... se me ha puesto a tiro. ¡Ojalá le dé en el Corazón! |# 305|.

Con esa fecha concluía también la campaña de Cataluña. El presidente de la República, Manuel Azaña, y la mayor parte de las autoridades civiles, habían abandonado España poco antes. El ejército republicano de Cataluña había repasado la frontera y estaba internado en los campos franceses de refugiados. Comenzaban los tanteos oficiales para la rendición.

Previendo la entrada en Madrid, el Padre había hecho con tiempo sus preparativos. En el palacio episcopal de Ávila tenía ya depositadas cajas de libros y un baúl con objetos y ornamentos litúrgicos |# 306|. Con un año de anticipo había obtenido permiso de las autoridades eclesiásticas para entrar en Madrid "inmediatamente" después de su liberación; asunto que le arregló el Vicario General, don Casimiro Morcillo |# 307|. Por lo que hace a los salvoconductos militares, su encuentro con Enrique Giménez-Arnau, compañero de la Facultad de Derecho en Zaragoza, y con José Lorente, Subsecretario del Interior, facilitaron la obtención de salvoconductos para él y para Paco, Álvaro y José María Albareda. Los de Ricardo y Juan se los proporcionó el general Martín Moreno |# 308|.

Y no se olvidó del hambre madrileña. Compró unas cestas de mimbre y las fue llenando de latas de conserva |# 309|.

________________________________________

NOTAS:

1. Comenzó el Cuaderno (VIII duplicado) el 11 de diciembre de 1937. Lo cerró el 23 de enero de 1939. En Madrid, al terminar la guerra, encontró el Cuaderno VIII antiguo, donde siguió escribiendo catalinas a partir del 13 de abril de 1939. Cfr. Apuntes, nota 1034.

2. Apuntes, n. 1396.

3. Ibidem, n. 1397.

4. Ibidem, n. 1398, del 11-XII-1937.

5. Ibidem, n. 1400, del 12-XII-1937.

6. Ibidem, n. 1403, del 13-XII-1937. El afecto que se tenían don Pedro y don Josemaría era al margen de sus respectivas fundaciones. Don Pedro no ha influido en la Obra de Dios —se lee en los Apuntes—: lo encontré, cuando llevaba mucho tiempo trabajando. Es verdad que no ha sido el director de mi alma: hace años que lo es el Padre Sánchez. Sin embargo, Dios nos unió de tal manera que fue mi amigo, mi hermano y mi hijo. Yo, para él, también era hermano e hijo [...]. Tuvimos, el uno para el otro, afecto de hermano y de hijo (cfr. Apuntes, n. 1510, del 25-I-1938, y nota 1140, escrita por Mons. Álvaro del Portillo).

7. El Conde de Aguilar de Inestrillas, también marqués de Miravalles, era don Agustín Carvajal de Quesada y Fernández de Córdoba, casado con doña Mercedes Guzmán O'Farrill, hermanastra de don Alejandro Guzmán y prima de Mercedes Reyna O’Farrill, una de las primeras Damas Apostólicas, fallecida en enero de 1929.

8. El Conde de Mirasol era don Rafael Gordon y de Arístegui, casado con doña María Rodríguez-Casanova y García San Miguel, hermana de la Fundadora de las Damas Apostólicas.

9. La marquesa de Guevara era doña María del Perpetuo Socorro Travesedo y García Sancho, casada con don Florentín Rodríguez-Casanova y García San Miguel, hermano de la Fundadora de las Damas Apostólicas.

10. La Condesa de Vallellano era doña María de la Concepción Guzmán O’Farrill, hermanastra de don Alejandro Guzmán y prima de Mercedes Reyna O’Farrill, casada con don Fernando Suárez de Tangil y de Angulo, Marqués de Covarrubias de Leyva.

11. Era Marqués de los Álamos del Guadalete don José Ramón de Goytia y Machimbarrena, que tenía su domicilio en la calle de Covarrubias 1, de Madrid, junto al Patronato de Enfermos. De esa época data la amistad del Fundador con este matrimonio.

12. Cfr. Apuntes, n. 192, del 20-IV-1931.

13. Cfr. ibidem, n. 1410, del 15-XII-1937.

14. Cfr. ibidem, n. 1406, del 13-XII-1937.

15. Víctor Pradera era un político tradicionalista que había sido condenado a muerte por el Tribunal Popular de San Sebastián, por ser monárquico y favorable al alzamiento. La sentencia se dictó el 5-IX-1936, y fue fusilado al día siguiente. Cfr. Gonzalo Redondo, Historia de la..., Tomo II, ob. cit., pp. 44-45.

16. Apuntes, nn. 1411 y 1412.

17. "Arroja tus cuidados en el Señor, y Él te alimentará" (Sal. 54, 23).

18. Cfr. Apuntes, n. 1428, del 20-XII-1937; cfr. también nota 1065.

19. Ibidem, n. 1414.

20. Ibidem, n. 1425, del 19-XII-1937.

21. El P. Carmelo Ballester Nieto era provincial de los PP. Paúles. Poco después fue nombrado Obispo de León, y trasladado luego a Vitoria. Don Josemaría tuvo ocasión de verle por vez primera cuatro días más tarde, cuando apareció en palacio el 23 de diciembre de 1937. Apreció mucho el regalo de ese Nuevo Testamento; después de leerlo escribe en una catalina: hermosa edición que monseñor me ha regalado: gozo, y beso el libro, con agradecimiento a Dios Nuestro Señor y al bendito Padre Paúl (Apuntes, n. 1423, del 19-XII-1937).

22. Carta, en EF-371217-1.

23. Carta, desde Pamplona, en EF-371217-2.

24. Apuntes, nn. 1419-1421.

25. Ibidem, n. 1426, del 19-XII-1937.

26. Ibidem, n. 1423, del 19-XII-1937; cfr. también n. 1422, del 19-XII-1937, y n. 1444, del 23-XII-1937.

27. Ibidem, n. 1437, del 22-XII-1937, y n. 1431, del 20-XII-1937.

28. Ibidem, n. 1439, del 22-XII-1937.

29. Ibidem, n. 1444, del 23-XII-1937.

30. Ibidem, n. 1441. Cfr. Camino, n. 438.

31. Apuntes, n. 1429, del 20-XII-1937.

32. Ibidem, nn. 1433 y 1434, del 21-XII-1937.

33. Mons. Antoniutti había llegado a España en los días finales de julio de 1937 como Delegado de la Santa Sede para una misión de información en la España nacional. El 7 de septiembre de 1937 había sido nombrado por Pío XI Encargado de Negocios de la Santa Sede ante el Gobierno Nacional de Salamanca (Delegado Apostólico). En mayo de 1938 se elevó esa representación a la categoría de nunciatura. Cfr. Gonzalo Redondo, Historia de la..., Tomo II, ob. cit., pp. 339-341 y 470-472; y Fernando de Meer Lecha-Marzo, Algunos aspectos..., ob. cit., pp. 120-121.

34. Cfr. Apuntes, n. 1447, del 24-XII-1937.

35. Ibidem, n. 1445, del 23-XII-1937.

36. Carta de Isidoro al Fundador, del 7-XII-1937, en IZL, D-1213, 293.

37. Apuntes, n. 1454. Tan rápida fue la gestión del cáliz que en los primeros días del mes de febrero estaba ya en manos del Fundador. Cfr. Carta a Pedro Casciaro Ramírez y a José Luis Fernández del Amo, desde Burgos, en EF-380207-1.

38. Apuntes, n. 1455, del 29-XII-1937, y n. 1449, del 24-XII-1937.

39. Ibidem, n. 1465.

40. Ibidem, n. 1457, del 30-XII-1937, y n. 1466, del 5-I-1938. Al despedirse, ante las instancias del Prelado, tuvo que aceptar 100 pts. por no ofenderle.

41. En la correspondencia de este período aparecen mencionados Pepe Isasa Navarro y Jacinto Valentín Gamazo, muertos en el frente; y cartas dirigidas a José Arroyo López, Miguel Sotomayor y Muro, Enrique Alonso-Martínez Saumell, Joaquín Vega de Seoane, etc.

42. Carta, desde Pamplona, en EF-371231-3. Eso mismo dice a Isidoro Zorzano, en tarjeta del 29 de diciembre, en inglés, con ayuda de mano ajena, y sin pleno dominio de la lengua; ya ha dado con todos sus hijos (All my children are very well). Piensa poner pronto casa en Burgos, ciudad en la que murió su abuela Florencia (In a short time I shall have a proper house, I think in the town where my grandmother Florencia was died). Y sueña con instalar allí un espléndido oratorio (In my new house, Sir Emmanuel will have a magnificent room). Cfr. Carta, desde Pamplona, en EF-371229-3.

43. Carta a Enrique Alonso-Martínez Saumell, desde Burgos, en EF-380204-1.

44. El Obispo de Madrid, don Leopoldo Eijo y Garay había conseguido salir de la capital al comienzo de la revolución. Residía en Vigo. Pronto encontró un hombre de confianza en el Rev. don Casimiro Morcillo, a quien encargó, como "Vicario General de Reorganización", el constituir en Burgos, por ser la sede del gobierno de la zona nacional, una "Junta Central de Culto y Clero", con delegaciones en otras provincias, al objeto de restablecer contacto con los sacerdotes y fieles de la diócesis de Madrid, y recaudar fondos y objetos de culto. Sobre la organización de la diócesis de Madrid en tiempos de guerra, y el funcionamiento de la "Junta Diocesana Provisional de Culto y Clero de Madrid-Alcalá" en Burgos: cfr. José Luis Alfaya Camacho, ob. cit., pp. 197-247.

45. Apuntes, n. 1474, del 8-I-1938, y n. 1573, del 4-VI-1938.

46. Carta, en EF-380109-1.

47. Ibidem.

48. Apuntes, n. 1467, del 6-I-1938.

49. Carta, en EF-380110-1. Fácil es sobrentender que esta carta a don Leopoldo, con el fin de reiterar mi incondicional ofrecimiento y comunicarle que sigo, cumpliendo mi vocación particular, en el apostolado con jóvenes universitarios y catedráticos, es un modo de pedir luz verde para sus actividades y movimientos. Todavía no había recibido respuesta a las cartas enviadas al Vicario General el 17-XII-1937 y el 6-I-1938. La contestación de Don Francisco Morán llegó a sus manos el 15 de enero.

50. Cfr. Apuntes, nn. 1476 y 1477, del 10-I-1938; cfr. también Cartas a Mons. Francisco Xavier Lauzurica Torralba y a Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, desde Burgos, en EF-380110-2 y EF-380110-3 respectivamente.

51. Cfr. Cartas a Mons. Francisco Xavier Lauzurica Torralba y a Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, desde Burgos, en EF-380206-1 y EF-380206-2, respectivamente.

52. Apuntes, n. 1480, del 11-I-1938.

53. Ibidem, n. 1493. Pocos días después escribía a don Francisco Morán: he hecho propósito serio —¿locura? bueno: pues, locura— de no recibir nunca estipendios para Misas, que eran la única entrada económica que podía tener ahora. Así puedo celebrar, con frecuencia, por mi Señor Obispo, y por mi D. Francisco, y por estos hijos de mi alma..., y por mí, Sacerdote pecador (Carta desde Burgos, en EF-380127-1).

54. Apuntes, n. 1493, del 17-I-1938. El 31 de diciembre fue a los capuchinos de Pamplona a encargar unos rosarios y otras cosas; y el 12 de enero estuvo en los carmelitas de Burgos, a buscar unas cosas que necesito (cfr. ibidem, n. 1458, del 31-XII-1938, y n. 1484, del 13-I-1938).

55. Ibidem, n. 1492.

56. Ibidem, n. 1702, del 3-X-1932.

57. Cfr. ibidem, n. 1491, del 15-I-1938. El 4 de febrero escribía a uno de los suyos: ¡Qué difícil es encontrar casa! Buscamos, y es por demás. Si tú tuvieras amigos o parientes en Burgos, que se pudieran interesar en buscarnos piso, vendría muy bien. Ni con recomendación se logra: y es lástima (Carta a Enrique Alonso-Martínez Saumell, desde Burgos, en EF-380204-1).

58. Apuntes, n. 1484, del 13-I-1938.

59. Cfr. ibidem, n. 1510, del 25-I-1938. En una catalina del 9 de enero se lee: Acordarme mil veces de todos, dispersos: ¡perseverancia! (ibidem, n. 1475).

60. Carta de Isidoro al Fundador, 24-I-1938 (IZL, D-1213, 312).

61. Carta a José Arroyo López, desde Burgos, en EF-380602-3.

62. Carta de Isidoro a los refugiados en la legación de Honduras, 31-XII-1937 (IZL, D-1213, 307).

63. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380327-3; Cfr. Carta al mismo destinatario, desde Zaragoza, en EF-380224-1. Con censuras y una guerra civil por medio no era como para quejarse de que una porción de las cartas no sobreviviera los azares de la contienda, y del servicio de correos. Pronto llegaron a un entendimiento en cuanto a la correspondencia. De Madrid salían para Burgos cuatro o cinco cartas mensuales. «Escribí al abuelo el día 5 —informa Isidoro a los de su zona—, pues tengo la costumbre de escribirle todos los días que terminan en 5; de esta forma son tres cartas por mes, que con las vuestras son en total cuatro o cinco, y alguna recibirá» (Carta de Isidoro a los refugiados en la legación de Honduras, 9-V-1938, en IZL, D-1213, 352).

64. Apuntes, n. 1513; cfr. ibidem, n. 1406, del 13-XII-1937, n. 1408, del 14-XII-1937, n. 1410, del 15-XII-1937, n. 1527, del 5-II-1938, etc.

65. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380224-1.

66. Cfr. Apuntes, n. 1483, del 12-I-1938.

67. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 136.

68. Cfr. ibidem, p. 137.

69. Cfr. ibidem, pp. 13-15 y 72-74.

70. Cfr. Carta a Pedro Casciaro Ramírez, desde Burgos, en EF-380304-1; Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 138.

71. En una carta a Isidoro menciona el haberse encontrado con la madre de Álvaro del Portillo, doña Clementina Diez de Sollano, y ante las gestiones que se estaban haciendo para que Álvaro saliera de Madrid por vía diplomática como ciudadano de México, comenta a Isidoro: aunque veo que serán inútiles; porque llegaré yo antes a América y arreglaré personalmente el asunto (cfr. Carta a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos, en EF-380203-1).

Y, abiertamente, en carta a don Francisco Morán Ramos, con el pensamiento puesto en la toma de Madrid, le dice: se me ocurre ofrecerme reiteradamente a mi Padrecico, el Sr. Vicario, para ir a nuestro Madrid a trabajar, con los primeros que vayan. Para esto, será menester tener dispuestos los documentos convenientes [...]. Le ruego, mi Sr. Vicario, que acepte mis pobres servicios, con tan buena voluntad ofrecidos, y me proporcione el oportuno documento, para no encontrar dificultades cuando llegue la deseada conquista de Madrid (Carta desde Burgos, en EF-380303-3). Cfr. también Cartas a Enrique Alonso-Martínez Saumell, desde Burgos, en EF-380327-1 y EF-380425-2.

72. Apuntes, n. 1483, del 12-I-1938; Carta a Mons. Francisco Xavier Lauzurica Torralba, desde Burgos, en EF-380206-1. Peque —escribía a uno de los suyos—: dile al Señor que necesitamos... ¡un milloncejo..., y cincuenta hombres que le quieran sobre todas las cosas! Sin embargo, ¡qué bueno es no tener una peseta! Pero... hay que insistir en la petición. ¡Ah! Y además, un coche: sí, un Chrysler pequeño, por ejemplo. Conste que le pido esto al Señor, mientras te escribo, con aquella confiada esperanza que me llenaba el alma entera, cuando de chico escribía a los Reyes Magos. Veremos. ¡Veremos! (Carta a Enrique Alonso-Martínez Saumell, desde Burgos, en EF-380204-1).

73. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Pamplona, en EF-371231-3.

74. Carta a Mons. Francisco Xavier Lauzurica Torralba y a Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, desde Burgos, en EF-380116-2. Pienso emprender —dice en una catalina del 17 de enero— el primer viaje de trabajo —de tanteo—, pasado mañana. Acabaré, D.v., en Bilbao; a donde iré a pedir limosna. Sancti Angeli Custodes nostri!... (Apuntes, n. 1494).

75. Carta de don Juan Francisco Morán Ramos. Cfr. Carta a Mons. Francisco Xavier Lauzurica Torralba y a Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, desde Burgos, en EF-380116-2; cfr. también Apuntes, n. 1490, del 15-I-1938.

76. Carta a Manuel Sainz de los Terreros Villacampa, desde Burgos, en EF-380117-3.

77. Carta a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos, en EF-380118-1.

78. Apuntes, n. 1494, del 17-I-1938.

79. Cfr. ibidem, nn. 1499-1501, del 19 y 20-I-1938; y Carta a Jacinto Valentín Gamazo (padre), desde Burgos, en EF-380204-7. Más adelante, en marzo de 1939, estuvo con esta familia, en el Boecillo, y celebró una Misa en sufragio por el alma de su hijo Jacinto (cfr. RHF, D-04691).

80. Apuntes, n. 1505; cfr. ibidem, n. 1503, del 21-I-1938, n. 1506, del 22-I-1938, y n. 1508, del 23-I-1938.

Existen dos cartas de don Josemaría dirigidas a la Srta. Dña. Josefa Segovia Morón, de la Institución Teresiana, con posterioridad a la entrevista de Salamanca. En una de ellas —Burgos 3 de marzo de 1938— le dice: Voy, corriendo, de la Ceca a la Meca: si encuentro hijas de D. Pedro, les espeto una plática... Así, tres veces en Bilbao, en Valladolid, en Ávila, en León y Astorga, en San Sebastián, en Zaragoza... ¿Le parece bien?

Si no me lo aprueba explícitamente, me hago mudo (en EF-380303-4).

Don Josemaría procuraba, de acuerdo con el plan propuesto, confortar a las hijas de don Pedro, que estaban profundamente apenadas por la muerte de su Fundador.

¿Qué le puedo yo negar a Pepa Segovia? Le he dicho que voy a llamarla siempre "hermana mía", mi buena hermana. Esto escribía en una catalina del 25 de enero de 1938 (cfr. Apuntes, n. 1510).

81. Apuntes, n. 1506, del 22-I-1938, y n. 1509, del 24-I-1938.

82. Ibidem, n. 1510.

83. Ibidem, n. 1514.

84. Ibidem, n. 1517.

85. Ibidem, n. 1520.

86. Ibidem, n. 1521.

87. Ibidem, n. 1522.

88. Ibidem, n. 1523.

89. Ibidem, n. 1530; cfr. también nn. 1531 y 1534, del 9 y 10-II-1938. El día 9 salgo otra vez para Salamanca. ¡Qué poquitas ganas tengo de esta danza! De buena gana me encerraría en un convento, a orar y a hacer penitencia, hasta que se acabara la guerra... Pero sería la primera ocasión en que hiciera mi voluntad, y, naturalmente —mejor— sobrenaturalmente, tampoco ahora la haré (cfr. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380207-3).

90. De la conversación mantenida el 10 de febrero de 1938 con el Sr. Vicario General de Madrid, hay nota manuscrita del Fundador, que comienza: Todo lo que diga de cariño, para la Obra y para mí, es poco. Con verdadero entusiasmo, habló el Sr. Morán de todo lo nuestro, como si fuera cosa suya, y a continuación hace un recordatorio de los temas tratados (cfr. AGP, RHF, AVF-0020).

91. El original, en RHF, D-15226/1. La carta está fechada en "Vigo, 9-II-1938".

92. Cfr. Apuntes, nn. 1540 y 1543, del 15 y 17-II-1938.

93. Ibidem, n. 1544, del 18-II-1938.

94. Ibidem, n. 1545.

95. Ibidem, n. 1547.

96. Ibidem, nn. 1566-1567. O.c.P.a.I.p.M. (Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam).

97. Apuntes, nn. 1568-1569. Don Antonio Rodilla Zanón nació en 1897; ordenado sacerdote en 1921. Director del Colegio de San Juan de Ribera de Valencia (1923 a 1939). Vicario General de esa diócesis (1938 a 1944) y Rector del Seminario Mayor de 1939 a 1969. Canónigo de Valencia y Prelado de Honor de Su Santidad (1972). Murió en 1984.

98. Apuntes, nn. 1572, del 15-IV-1938, y 1573, del 4-VI-1938.

99. Cfr. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380323-1.

100. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-380327-2.

101. Apuntes, n. 1567, del 10-III-1938.

102. San Juan de la Cruz, Noche oscura, II, 21. Tanto la imagen como la palabra son excepcionales en los escritos del Fundador. La palabra "librea" solamente aparece una vez en los Apuntes íntimos, pero en sentido propio y con el significado moderno (cfr. Apuntes, n. 187, del 5-IV-1931; cfr. también Forja, n. 174).

103. Cfr. Apuntes, n. 244, del 31-VIII-1931. El texto está recogido en cap. VI de esta biografía; cfr. también Forja, n. 39.

104. Instrucción, 19-III-1934, n. 7.

105. Cfr. Apuntes, n. 274, del 9-IX-1931

106. Cfr. ibidem, n. 1729, del 24-VI-1933.

107. Cfr. ibidem, n. 877, del 24-XI-1932.

108. «Suele pasar harto tiempo y años», dice san Juan de la Cruz: cfr. Noche oscura, II, 1.

109. Cfr. Apuntes, n. 1372, del 30-VI-1936.

110. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380227-3. Otra alusión semejante es la que hizo en 1937 a Francisco Botella Raduán: ¿Quieres que te diga, Pacorro, lo que le pasa al abuelo? Te lo voy a decir, en parte: preocupaciones muy íntimas, muy... suyas (Carta desde Madrid, en EF-370530-1). Era tanto como no decirle nada de lo que realmente le estaba ocurriendo.

111. Cfr. Apuntes, nn. 1567 y 1569, del 10 y del 21-III-1938.

112. Ibidem, nn. 1379-1380, del 8 y del 9-V-1937.

113. Mt 22, 13.

114. Apuntes, n. 1567, del 10-III-1938.

115. Ibidem, n. 1569, del 21-III-1938.

116. Ibidem, n. 1380, del 9-V-1937.

117. Ibidem, n. 1391, del 26-V-1937.

118. Cfr. A. Tanquerey, Compendio de Teología Ascética y Mística, Madrid 1990, n. 1464.

119. Apuntes, n. 1379, del 8-V-1937.

120. El 10 de mayo, volverá a escribir: No se me ocurre nada: sigo tontísimo (Apuntes, n. 1381).

121. Ibidem, n. 1567, del 10-III-1938.

122. Esto explicaría, en parte, sus fallos de memoria. Cfr. Apuntes, n. 1440, del 22-XII-1937.

123. Ibidem, n. 1391, del 26-V-1937.

124. Ibidem, n. 1379, del 8-V-1937.

125. Ibidem, n. 1391, del 26-V-1937.

126. Ibidem, n. 1567, del 10-III-1938.

127. Ibidem, n. 1569, del 21-III-1938.

128. Ibidem, n. 1567, del 10-III-1938.

129. Ibidem, n. 1380, del 9-V-1937. «El Fundador del Opus Dei no sólo aceptó con alegría la Cruz, en la enfermedad, en la persecución, en todo género de dificultades externas y en las purificaciones interiores que Dios le hizo atravesar, sino que además la buscó, con el profundo convencimiento de que encontrar la Cruz es encontrar a Cristo» (Álvaro del Portillo, Sacerdotes para..., ob. cit., p. 992).

130. Apuntes, n. 1388. Que la nota es autobiográfica está indicado por la fecha, en pleno período de purificación; y por la coincidencia en los síntomas de lo experimentado en otras ocasiones: Burgos y Monasterio de Santo Domingo de Silos (cfr. ibidem, n. 1569, del 21-III-1938, y n. 1589, del 15-IX-1938). También por ese hacer actos de amor sólo de boca: estoy haciendo comedia dirá en una situación semejante (cfr. ibidem, n. 1589).

131. Cfr. Carta a sus hijos de Madrid, en EF-370521-2.

132. Carta a sus hijos de Valencia, en EF-370421-1.

133. Cfr. ibidem.

134. Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 63.

135. Carta desde Zaragoza, en EF-380224-1. Sobre la faringitis: Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Pamplona, en EF-380227-3; y Apuntes, n. 1547, del 21-II-1938.

136. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380323-1.

137. Ibidem; cfr. también Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, pp. 64-65; y Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., pp. 149-150.

138. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-380327-2.

139. Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 74.

140. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 152.

141. En diferentes ocasiones habló el Fundador de esta consulta a los dos especialistas, el del pulmón y el de garganta. Cfr. AGP, P03 1983, p. 445; y Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., pp. 139-140: el especialista afirmó que «la lesión del Padre estaba en tierra de nadie».

142. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380323-1.

143. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 152.

144. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380327-3.

145. Ibidem. «Esta "camiseta de Sigfrido" dio pie —refiere Pedro— a que yo, en mi deseo de cuidar al Padre, llegara a extralimitarme. El Padre no se quería poner la famosa camiseta [...]. No la quería usar fundamentalmente por mortificación, y para que nos la pusiéramos nosotros. Hasta que un día en el que hacía mucho frío y el Padre seguía afónico y con mucha tos, Paco y yo, movidos por el cariño, pero sin delicadeza, casi le obligamos físicamente a que se la pusiera. A los pocos minutos ya se la había quitado y entonces nos dimos cuenta de lo improcedente de nuestro comportamiento; le pedimos perdón y quedamos en buscar otros medios para cuidar su salud» (Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 141).

146. Cfr. ibidem, pp. 150-151; y Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 74.

147. Carta desde Burgos, en EF-380429-1.

148. RHF; AVF-0095, del 30-IV-1938; y Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 75.

149. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380430-1. Sus confesores en Burgos eran el ya citado don Saturnino Martínez y el padre Francisco de Borja López Pérez, Misionero Hijo del Inmaculado Corazón de María, entonces Delegado oficial del Gobierno General de la Congregación cerca del Gobierno Nacional de España.

150. Sigue viéndome, un par de veces por semana, el especialista de garganta. A ti te diré —escribe a Juan— que o no entiende o es que la tal faringitis era de aúpa: porque hoy mismo he echado sangre por la boca (Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Vitoria, en EF-380401-1).

151. Apuntes, n. 1524, del 4-II-1938.

152. Carta a Mons. Francisco Xavier Lauzurica Torralba, desde Burgos, en EF-380206-1.

153. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380327-3.

154. Carta a Miguel Sotomayor Muro, desde Burgos, en EF-380502-7. Muchos tienen por madrina a su novia, se lee en la hoja de Noticias de Julio, 1938. Pero de esto a otros extremos que nos puedan desviar del camino de rectitud espiritual que nos hemos propuesto seguir... ¿Verdad que lo comprendéis muy bien? Cfr. también Apuntes, n. 1502, del 20-I-1938.

155. Carta a Mons. Santos Moro Briz, desde Zaragoza, en EF-380223-5.

156. Carta de Mons. Santos Moro Briz al Fundador, del 27-II-1938, original en RHF, D-10989.

157. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380323-1.

158. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380406-2. "Monipodio": personaje de la novela Rinconete y Cortadillo, de Miguel de Cervantes. En el lenguaje coloquial, la expresión "Patio de Monipodio" significa convenio de personas que se asocian y confabulan para fines ilícitos.

159. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-380406-1.

160. Cfr. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380323-1.

161. Carta a Juan Francisco Morán Ramos, desde Burgos, en EF-380404-1.

162. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380406-2.

163. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-380406-1.

164. Ibidem.

165. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, RHF, T-04197, p. 118.

166. Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 68.

167. Para evitar confusionismos, pues circulaban entre la tropa periódicos, revistas, folletos y papeles diversos, escribió en la hoja de julio de 1938: Estas cuartillas no queremos que puedan confundirse con ninguna publicación, porque no son publicidad, sino intimidad: por eso no se llaman "Noticias", ni se llamarán de ninguna manera. Tampoco tienen nombre las cartas que recibís de vuestra casa.

168. Cfr. RHF, D-03691; también: Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 155; y Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 71. Don Eliodoro Gil Rivera era entonces párroco de S. Juan de Renueva, en León. Había conocido al Fundador del Opus Dei en la Institución Teresiana de Madrid en 1931, y continuó su amistad y trato con don Josemaría en la Academia DYA y en la residencia de Ferraz.

169. Cfr. hoja de Noticias, de Julio 1938 (RHF, D-03691).

170. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 151.

171. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380406-2. Sobre el retiro espiritual: cfr. Apuntes, n. 1445, del 23-XII-1937. En los Apuntes de los primeros meses de 1938, y en el Epistolario, aparecen recogidos algunos nombres de catedráticos y auxiliares: Inocencio Jiménez Vicente, catedrático de Derecho Penal en la Universidad de Zaragoza, Francisco Navarro Borrás, catedrático de Mecánica Racional, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, Mariano Puigdollers y Oliver, Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Valencia, Tomás Alvira Alvira, profesor de Ciencias en el Instituto de Cervera de Río Alhama (La Rioja), Enrique Súñer Ordóñez, Catedrático de Pediatría en la Universidad de Valladolid, Federico García Borruel; un grupo de médicos: Vallejo Nágera, San Román, Vallejo Simón, Enríquez de Salamanca; o profesionales, antiguos conocidos, como Enrique Giménez-Arnau Gran, Jefe de la Secretaría particular del Ministerio del Interior, y José Lorente Sanz, subsecretario del mismo ministerio, Pedro Rocamora Valls, abogado y periodista, o Rafael de Borja.

172. Cfr. Carta a José María Albareda Herrera, desde Pamplona, en EF-380104-1; Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380323-1.

173. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., pp. 142-145; Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 75.

174. Cfr. Carta a Miguel Sotomayor Muro, desde Burgos, en EF-380408-7.

175. Carta a sus hijos de Burgos, desde Córdoba, en EF-380419-2.

176. Ibidem.

177. Carta a Mons. Santos Moro Briz, desde Burgos, en EF-380607-2.

178. Carta a José Ramón Herrero Fontana, desde Burgos, en EF-380408-5.

179. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380323-1.

180. Apuntes, n. 1576.

181. Carta, en EF-380606-1. El aludir a que no le costaba gran cosa la penitencia es un comentario a la vida penitente, sobre todo en las cosas pequeñas, del famoso jesuita irlandés William Doyle, capellán voluntario castrense, que murió en agosto de 1917, en la batalla de Ypres. De él es la anécdota de la tragedia de la mantequilla (Camino, n. 205). Cfr. Alfred O'Rahilly, Fr. William Doyle, S.J.; Longmans, Green and Cº, London 1925, p. 168.

182. Carta de Isidoro a los refugiados en la Legación de Honduras, del 8-IV-1938, en IZL, D-1213, 340.

183. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380406-2.

184. Carta a sus hijos de Burgos, desde Córdoba, en EF-380419-2. Me he dado un buen tute de coser: creo que he echado yo en la sotana más puntadas que el sastre (Apuntes, n. 1574, del 4-VI-1938).

185. Sobre los estipendios enviados al Obispo de Ávila, cfr. Cartas a Mons. Santos Moro Briz, desde Burgos las dos primeras, la última desde Vitoria, en EF-380320-1, EF-380325-1, EF-380331-2, etc., etc. Desde Burgos, sin fecha, escribía don Josemaría a Antonio de Dalmases Esteva:

Jesús te guarde.

No querría perderte de vista, hijo.

Aquellas andanzas comunes, desde la tiranía roja, en busca de la libertad, creo que son cosa de Dios para que estemos unidos toda la vida.

Escríbeme con frecuencia. Yo te daré noticias de los demás. Si necesitas dinero, ropas, etc., pídemelo con la misma confianza con que lo pedirías a tu padre (en EF-SD3800-1).

186. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., pp. 146-147.

187. Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 76.

188. Cfr. Apuntes, n. 1445, del 23-XII-1937.

189. Ibidem, n. 1575, del 5-VI-1938. Y, en carta a Isidoro Zorzano, dice: Yo charlo semanalmente ante un grupo de muchachas, entre las que trabaja la hermana de Vicentín (Amparito) (Carta, desde Burgos, en EF-380801-1.

190. Carta a José María Albareda Herrera, desde Burgos, en EF-380504-1.

191. Carta a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos, en EF-380118-1.

192. Cartas de Isidoro al Fundador, 3-III-1938; y a los refugiados en la Legación de Honduras, 10-IV-1938 y 12-V-1938 (IZL, D-1213, 327, 370 y 354). La enferma terminó hospitalizada en el Sanatorio Nacional de Estivella: cfr. Carta de Isidoro a Enrique Espinós Raduán, 14-VI-1938 (IZL, D-1213, 372).

193. Cfr. Apuntes, n. 1479, del 10-I-1938.

194. Cfr. J. Escrivá de Balaguer: La Abadesa de las Huelgas. Estudio teológico jurídico, Madrid 1944, p. 33.

195. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., pp. 170-171.

196. Cfr. Ricardo Fernández Vallespín, RHF, T-00162, p. 41; Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 72.

197. Cfr. RHF, D-03691; Apuntes, n. 1461, del 2-I-1938. En Noticias aparecen los nombres de: Carlos Aresti, Zapico, Juan Antonio Mas y Sánchez, Antonio Alfonso Ochoa, Jaime Munárriz, Gil de Santibáñez, A. Costilla Sandoval, F. Mendieta Larrea, Diego Chico de Guzmán, Rafael Moreno, Manolo Isasa...

198. Carta, desde Burgos, en EF-380611-2.

199. «Desde allí, pudo contemplar, con el anteojo de antenas de la batería, la casa de Ferraz 16, semidestruida». Cfr. Ricardo Fernández Vallespín, RHF, T-00162, p. 41.

200. Carta a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos, en EF-380612-1.

201. Ibidem.

202. El 24 de julio comenzó la ofensiva republicana que dio lugar a la llamada "batalla del Ebro", la más dura y una de las más largas de la contienda: se prolongó hasta el 16 de noviembre. En el mes de octubre estuvo a punto de complicarse el conflicto con el estallido de una guerra europea a causa de la crisis de los Sudetes por la presión de Hitler sobre Checoslovaquia. El 23 de diciembre de 1938, un mes más tarde del contraataque nacional en el Ebro, comenzó la ofensiva general de los nacionales sobre Cataluña.

203. Carta a Mons. Santos Moro Briz, desde Burgos, en EF-380607-2.

204. Cfr. Carta a Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, desde EF-380607-3.

205. Ibidem.

206. La carta de Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, del 13-VI-1938, en RHF, D-15219.

207. Carta a Mons. Leopoldo Eijo y Garay, desde Burgos, en EF-380807-1. Tardaba en llegar la respuesta del Sr. Obispo, por lo que, ante las insistencias del Servicio Nacional de Asuntos Eclesiásticos, escribía el 4 de octubre a don Casimiro Morcillo: te agradeceré que seas tan amable que preguntes a nuestro Señor Obispo y me digas su parecer, para seguirlo ciegamente (Carta, desde Burgos, EF-381004-1).

208. Carta a José María Albareda Herrera, desde Burgos, en EF-380429-1; también Apuntes, n. 1423, del 19-XII-1937; y Carta a Mons. Carmelo Ballester Nieto, desde Zaragoza, en EF-380223-1: don Carmelo le había regalado algunos de sus libros.

209. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380611-2.

210. Carta a sus hijos de Burgos, desde León, en EF-380716-2.

211. Cfr. Eliodoro Gil Rivera, RHF, T-07987, p. 10, y Sum. 7766.

212. Carta a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos, en EF-380801-1. Sobre el jubileo: hoja de Noticias de Agosto 1938: RHF, D-03691. En este último documento, se dice que en la misa de la cripta hizo de acólito un Catedrático: así denominaba el Padre, cariñosamente, a Ricardo. De Ricardo vuelve a hablar el Padre en otra carta, dirigida al Obispo de Ávila, Mons. Santos Moro Briz, desde Vitoria (EF-380803-1).

213. Apuntes, n. 1577.

214. Ibidem.

215. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 160.

216. Cfr. Apuntes, n. 1578, del 2-VIII-1938.

217. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 159.

218. Apuntes, n. 1579, del 2-VIII-1938.

219. Cfr. ibidem, nn. 1579 y 1580, del 2-VIII-1938; cfr. también Pedro Casciaro Ramírez, Sum. 6410, y ob. cit., pp. 161-162; y Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 78.

220. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 162; Álvaro del Portillo, Sum. 904; Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 78. Los testimonios de José María Albareda Herrera y de Miguel Fisac Serna vienen indirectamente recogidos por quienes con ellos hablaron ese día: Pedro Casciaro y Francisco Botella. El que esto escribe ha oído también, en los años cuarenta, la narración de los hechos por boca de Miguel Fisac y Francisco Botella.

221. Apuntes, n. 1581, del 2-VIII-1938.

222. Ibidem, n. 1582, del 2-VIII-1938; Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 78.

223. Apuntes, n. 1582, del 2-VIII-1938. Era por entonces costumbre, al menos en las ciudades de Castilla y León, el anunciar la muerte de una persona entornando la puerta de entrada de la casa, dejando unos pliegos para las firmas de pésame; además, antes de que apareciese la esquela en el periódico local, se fijaban en escaparates, muros o puertas unas esquelas anunciando el óbito. Don Jorge Bermúdez falleció poco después de las once en su despacho, de un ataque al corazón. Aun cuando las esquelas, de texto breve, se compusieran a primera hora de la tarde, fácilmente podrían estar fijadas en algunos lugares antes de las cuatro.

Don José María Laborda, Delegado de Hacienda de Burgos en 1975, a petición de don Pedro Casciaro y del arquitecto Juan Lahuerta, reunió el 24 de septiembre de ese año en su despacho a algunos de los funcionarios que prestaban servicio al tiempo de morir el Sr. Bermúdez, el 1º de agosto de 1938, al objeto de aclarar algunos extremos. En la partida de defunción de la parroquia de San Lorenzo el Real, de Burgos (Libro de Defunciones, tomo XI) se dice que al cadáver de don Jorge Bermúdez le fue dada sepultura eclesiástica el 2 de agosto de 1938, y que había fallecido «de muerte natural la tarde del día anterior en su domicilio». Por otro lado, la inscripción de defunción del Registro Civil (Sección 3ª — Tomo 14 — Folio 263 vto.) dice: «falleció en su domicilio el día de ayer (1 de agosto) a las doce y treinta minutos a consecuencia de angina de pecho».

Sobre su fallecimiento se ha podido aclarar que, pese a lo que contiene la partida de defunción, el Sr. Bermúdez murió en su despacho y luego le trasladaron a su domicilio. Antes de su muerte había recibido una visita. Después de acabar la entrevista alguien avisó: Don Jorge se pone malo. Acudieron sus compañeros, que le vieron llevarse la mano a la cabeza y jadear. Duró un minuto. Lo tendieron en la alfombra y, a poco, le apareció una mancha rojiza en la calva. Tenía cincuenta y un años.

Estaba casado con doña Teresa Gallego y tenía tres hijos, dos de ellos varones. Uno falleció en accidente de aviación al enredarse su aparato con unos cables sobre el río Arlanzón, en el centro de Burgos. El otro falleció en un hospital (cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 162-164).

224. Ibidem, p. 163; cfr. también Pedro Casciaro Ramírez, Sum. 6410; Álvaro del Portillo, Sum. 904. Según refiere Paco Botella, el comentario del Padre al ver la esquela fue: «pensé que el muerto sería un hijo de este señor, que está en el frente» (Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 78). Es el mismo comentario que refiere en la catalina n. 1582: entendí que era el hijo.

225. Pedro Casciaro Ramírez, RHF, T-04197, p. 107.

226. Apuntes, n. 1600, del 17-VII-1939. En otra ocasión describe así su experiencia: En Burgos, antes de tomar Madrid vi detalles de lo que allí íbamos a encontrar. Es como un sueño, pero despierto. Así supe [...] (cfr. ibidem, n. 1598, de VII-1939). Y en otra catalina escribe: Al salir del Convento de Santa Isabel, sin esfuerzo mío, me encontré con el pensamiento de que sería quemada la iglesia [...]: cfr. ibidem, n. 1620, del 24-VIII-1940.

Proceso muy distinto es el de los sueños aleccionadores, como el descrito en la catalina del 12 de diciembre de 1935: Le decía yo al Señor, hace unos días, en la Santa Misa: "Dime algo, Jesús, dime algo". Y, como respuesta vi con claridad un sueño que había tenido la noche anterior, en el que Jesús era grano, enterrado y podrido —aparentemente—, para ser después espiga cuajada y fecunda. Y comprendí que ése, y no otro, es mi camino. ¡Buena respuesta! (cfr. ibidem, n. 1304).

227. Ibidem, nn. 1577 y 1582, del 2-VIII-1938. En otra catalina dice: aquel caso de caridad, mejor, lección de caridad del Señor en Burgos (cfr. ibidem, n. 1600, del 17-VII-1939).

228. Carta a sus hijos de Burgos, desde Ávila, en EF-380811-1.

229. Carta de Pedro Casciaro Ramírez, del 18-VIII-1938; y Carta a sus hijos de Burgos, desde Ávila, en EF-380819-2.

230. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 164.

231. Carta a sus hijos de Burgos, desde Ávila, en EF-380808-1. Cfr. Cartas a Mons. Santos Moro Briz, desde Vitoria, en EF-380803-1; y a Mons. Leopoldo Eijo y Garay, desde Burgos, en EF-380807-1. En Vitoria volvió a charlar, días más tarde, con don Eloy Montero, profesor de Derecho de Madrid: y me asegura que la tesis va muy bien (¡cobista!) y que, en quince días la despacharán en Madrid (Carta a sus hijos de Burgos, desde Vitoria, en EF-380819-1).

232. Carta a sus hijos de Burgos, desde Ávila, en EF-380811-1.

233. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Ávila, en EF-380810-1.

234. Carta a sus hijos de Burgos, desde Ávila, en EF-380808-1. Del paso a zona nacional de Álvaro del Portillo, Vicente Rodríguez Casado y Eduardo Alastrué Castillo, habla Isidoro en cartas del 25 de julio y 5 de agosto (IZL, D-1213, 386 y 388), diciendo que preparaban el viaje para «reunirse con el abuelo». Lo más probable es que no hubieran llegado todavía las cartas a sus manos, por esas fechas de primeros de agosto. Fue por entonces cuando surgieron dificultades para mantener correspondencia con Madrid, a través de Manuel Albareda, por el creciente volumen de las cartas. (¡Por Dios!: que no nos quedemos sin comunicación, por S. Juan de Luz, con los pobrecitos de Madrid, escribe el Fundador en Carta a sus hijos de Burgos, desde Vitoria, en EF-380822-1).

235. Apuntes, n. 1585, del 20-VIII-1938.

236. Ascensión Quiroga Barrena, RHF, T-04388, p. 4. En esta relación testimonial se recogen también, conjuntamente, las de otras religiosas de dicha comunidad.

237. Ibidem, p. 8. El testimonio es de sor Juana Quiroga Barrena.

238. Ibidem, p. 6; cfr. también Álvaro del Portillo, Sum. 373.

239. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., pp. 156-158; Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 79. Hasta mediados de febrero de 1939 no se compró una nueva sotana (cfr. Carta a Pedro Casciaro Ramírez, desde Vitoria, en EF-390213-3).

240. Encontré a aquel P. José Miguel de Logroño, que fue mi confesor cuando yo tenía dieciséis años: muy contentos los dos (Apuntes, n. 1484, del 13-I-1938); y cfr. Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 72.

241. Apuntes, n. 1586.

242. Guillermo Marañón Medrano, RHF, T-05228.

243. Carta a sus hijos de Zaragoza, desde Vergara, en EF-380907-3. Creo que ha sido la Ssma. Virgen quien ha dado las charlas: porque yo... (escribe a Mons. Santos Moro Briz, desde Vergara: EF-380909-1).

244. Cfr. Cartas a Francisco Botella Raduán, desde Jaca, en EF-380227-1; a Pedro Casciaro Ramírez, desde Burgos, en EF-381218-1; y también desde Burgos, a José María Albareda Herrera, en EF-390117-1.

245. Carta a sus hijos de Burgos, desde Zaragoza, en EF-380511-1. Cfr. también Apuntes, nota 1087; y EF-381005-1 (no se conoce el destinatario de esta carta).

246. Carta a sus hijos de Burgos, desde Ávila, en EF-380808-1.

247. Carta a Antonio Rodilla Zanón, desde Vergara, en EF-380907-2.

248. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-381105-6.

249. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-380207-3. En la carta original hay un lapsus, ya que va fechada el 7 de enero de 1938.

250. Más intolerables aún se le hacían las plumas con trazo de señorita:

Mi muy querido Ricardo —le escribe el 22 de junio—: sin más plumas a mano que esas de trazo poco vigoroso, incompatibles con mi temperamento, me decido a ponerte estas letras a máquina, como mal menor, porque tampoco me resulta agradable escribir a mis hijos con letras de molde americano (Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-380622-1).

251. Cfr. Carta a Francisco Botella Raduán, desde Jaca, en EF-380227-1.

252. En julio ya tenían una nueva máquina de escribir, traída por un hermano de José María Albareda. Pero si la utilizó el Padre fue porque había vuelto a perder su pluma. Cfr. Carta a Enrique Alonso-Martínez Saumell, desde Burgos, en EF-380726-1.

253. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 170.

254. Cfr. Carta a José María Albareda Herrera, desde Burgos, en EF-380429-1.

255. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-380327-2. Esta carta, sin fecha, probablemente es de finales de marzo de 1938.

256. Carta a Emiliano Amann Puente, desde Burgos, en EF-380407-1.

257. Apuntes, n. 1436, del 21-XII-1937.

258. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-381013-3; cfr. también Carta a Ricardo Fernández Vallespín, en EF-381013-1. No es que al Fundador le faltase fortaleza en estos casos particulares de gobierno de la Obra sino que, dejándose influir por las razones expuestas, no agotaba, hasta el límite, aquellos recursos que resultarían una demasiado amarga verdad para el interesado. Cfr. Cartas a Miguel Sotomayor Muro, desde Burgos las dos, en EF-380408-7 y EF-380502-7.

259. Carta a sus hijos de Zaragoza, desde Vitoria, en EF-380904-2.

260. Apuntes, n. 1587. R.Ch.V. por Regnare Christum Volumus.

261. Carta a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos, en EF-380914-2.

262. Carta a sus hijos de Burgos, desde Silos, en EF-380925-1.

263. Ibidem.

264. Apuntes, n. 1588. Cfr. Forja, n. 251.

265. Ibidem, n. 1589, del 15-IX-1938. Cfr. Forja, n. 446.

266. Carta a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos, en EF-381007-3.

267. Cfr. Carta a Mons. Casimiro Morcillo González, desde Burgos, en EF-381004-1.

268. RHF, D-15226.

269. Carta a Mons. Leopoldo Eijo y Garay, desde Burgos, en EF-381007-2.

270. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-381005-2.

271. El 25 de mayo escribía Isidoro al Padre acerca de las gestiones del cónsul: «le han aconsejado que lo abandone y descanse» (Carta de Isidoro al Fundador, del 25-V-1938, en IZL, D-1213, 360; cfr. también Carta de Isidoro a los refugiados en la legación de Honduras, del 15-VI-1938, en IZL, D-1213, 373).

272. Sobre lo relatado a continuación, cfr. José Miguel Pero-Sanz, ob. cit., pp. 245-251.

273. Cartas de Isidoro a Álvaro del Portillo, del 15-VI-1938, y al Fundador, del 25-VI-1938, en IZL, D-1213, 374 y 379, respectivamente.

274. Cfr. Relación de Mons. Álvaro del Portillo: "De Madrid a Burgos, por Guadalajara", diciembre 1938. El manuscrito original, en RHF, D-15376.

Aparte la movilización del 13 de abril, hubo otra en zona republicana, del 28 de mayo, por la que fueron llamados los reemplazos de 1926 y de 1925.

Los reemplazos llamados a filas afectaban unas veces a los más viejos, y otras a los más jóvenes. Es decir, el reclutamiento se ampliaba por arriba y por debajo de los ya en servicio militar.

275. Cfr. Relación "De Madrid a Burgos, por Guadalajara", p. 6.

276. Ibidem, p. 14.

277. Relación manuscrita de Mons. Álvaro del Portillo, 1944. El original en IZL, T-94, p. 18. En Carta 381, 5-X-1938, volvía Isidoro a confirmar lo ya dicho anteriormente al Padre, acusando al mismo tiempo recibo de una carta del Padre de fecha 24 de septiembre, que no se ha conservado. De Álvaro y sus acompañantes decía: «terminarán a mediados de este mes las faenas agrícolas de la estancia y aprovecharán esta oportunidad para pasar una temporada con el abuelo».

Un día, haciendo oración frente a su Crucifijo, en su cuarto de trabajo, vino a saber Isidoro que el 12 de octubre pasarían los tres fugitivos a zona nacional (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 893).

En el proceso del Siervo de Dios Isidoro Zorzano Ledesma, el testigo número 2, José Javier López Jacoíste, declara que los fugitivos: «le pidieron licencia para pasarse a la zona nacional; el Siervo de Dios, tras de consultar su Crucifijo, se lo negó dos veces. A la tercera petición les dio licencia y escribió una carta a nuestro Padre Fundador, que estaba en Burgos, diciéndole que estos tres compañeros y hermanos nuestros estarían en su compañía el día de la Virgen del Pilar, como así sucedió» (cfr. Copia Publica transumpti Processum Servi Dei Isidori Zorzano Ledesma; Madrid 1968, vol. IV, f. 56v-57; cfr. también ibidem: Francisco Botella Raduán: f. 852 sobre la revelación sobrenatural del paso).

El 15 de julio de 1943, víspera de la Virgen del Carmen, en que murió Isidoro, José Luis Múzquiz de Miguel contó a Francisco Botella que días atrás, estando José Javier López Jacoíste con Isidoro, éste, mirando el Crucifijo que llevaba José Javier, le dijo que en el verano de 1938, haciendo oración ante ese Crucifijo, vio que Álvaro, Vicente y Eduardo se pasarían a la zona nacional.

El Crucifijo lo tenía José Javier porque al pedir la admisión en la Obra, el Padre le dijo a Isidoro que se lo diera. Cfr. Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159, X, p. 23.

278. En Carta dirigida a Isidoro Zorzano Ledesma, desde Burgos (EF-380801-1), el Padre dice, refiriéndose a la madre de Álvaro del Portillo: Ayer me escribió, desde las playas del Pacífico, Clementina: preocupada, con la travesía de su hijo. Hoy le enviaré unas líneas que le tranquilicen. Y en otra carta (EF-381007-3), también desde Burgos y a Isidoro, escribe acerca de doña Amparo y doña Clementina: hablo con ellas frecuentemente de sus pequeños.

279. «Lo cierto es que el Padre en Burgos, e Isidoro Zorzano en Madrid, supieron, de modo absolutamente sobrenatural, que el día 12 de octubre de 1938 don Álvaro del Portillo y el Catedrático Vicente Rodríguez Casado y el Dr. Eduardo Alastrué, atravesarían el frente que separaba el Ejército Republicano del Ejército Nacional» (Pedro Casciaro Ramírez, RHF, T-04197, p. 163; cfr. también ibidem, p. 161. Coincidente es el testimonio de Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 80).

280. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-381010-3.

281. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-381011-1.

282. Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, ob. cit., p. 179 y Sum 6411; también Francisco Botella Raduán, Sum. 5652.

283. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-381013-3. El día del Pilar —escribió al Obispo de Ávila—, la Señora nos obsequió haciéndonos el regalo de tres de los nuestros (EF-381027-1, también desde Burgos). Sobre el párrafo anterior, Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 80.

284. Cfr. Relación: "De Madrid a Burgos, por Guadalajara", p. 45.

285. RHF, D-03691; y Cartas a Ricardo Fernández Vallespín y a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-381010-3 y EF-381011-1, respectivamente.

286. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-381010-3.

287. Santiago Escrivá de Balaguer y Albás, RHF, T-07921, p. 28.

288. Carta a José María Albareda Herrera, desde Burgos, en EF-381210-1. "Marranaditas" llamaba Juan Jiménez Vargas a los objetos de uso personal, no estrictamente necesarios en el frente.

289. Carta a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-381224-1.

290. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-381223-2.

291. RHF, D-15376.

292. Carta a Vicente Rodríguez Casado y a Álvaro del Portillo, desde Burgos, en EF-390323-8.

293. Carta circular a sus hijos, desde Burgos, en EF-390109-1.

294. Ibidem.

295. Cfr. Cartas a José María Albareda Herrera y a Mons. Santos Moro Briz, las dos desde Burgos, en EF-381210-1 y EF-381224-2, respectivamente.

296. Es precisamente en esta época, y no en otra, cuando el cariño del Padre para con sus hijos desborda en epítetos y apelativos. Cfr. Cartas a Pedro Casciaro Ramírez, desde Vitoria, a Ricardo Fernández Vallespín, y a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-390213-3, EF-390200-2 y EF-381013-3, respectivamente; etc.

297. Carta a Álvaro del Portillo, desde Burgos, en EF-390119-1.

298. El Padre buscaba en los epítetos algo que tuviese "alma", como él decía: cfr. Carta a Álvaro del Portillo, desde Burgos, en EF-390224-4.

299. Carta a Álvaro del Portillo, desde Burgos, en EF-390323-5.

300. Carta a Pedro Casciaro Ramírez, desde Burgos, en EF-390111-1.

301. Cartas a Pedro Casciaro Ramírez y a Amparo Rodríguez Casado, desde Burgos las dos, en EF-390224-3 y EF-390310-4.

302. Carta de Isidoro a los refugiados en la Legación de Honduras, 29-IV-1938, en IZL, D-1213, 348.

303. Carta a Francisco Botella Raduán, desde Vitoria, en EF-390213-2.

304. Carta a Álvaro del Portillo y Vicente Rodríguez Casado, desde Vitoria, en EF-390213-4.

305. Carta a Ricardo Fernández Vallespín, desde Vitoria, en EF-390213-5.

306. Desde Vitoria escribía a don Santos Moro: quería preguntarle, si puedo enviar a su palacio unos cajones y un baúl, para recogerlos después de entrar en Madrid (EF-390213-8). Y en Carta a Amparo Rodríguez Casado, desde Burgos (EF-390221-1), se da noticia del traslado y lista de paños blancos de altar; cfr. también EF-390321-1, dirigida a la misma persona.

307. Cfr. Cartas a don Juan Francisco Morán Ramos y a Ricardo Fernández Vallespín, desde Burgos, en EF-380303-3 y EF-380406-1.

308. Cfr. Cartas a Ricardo Fernández Vallespín y a Juan Jiménez Vargas, desde Burgos, en EF-390303-1 y EF-390303-2.

309. Cfr. Francisco Botella Raduán, RHF, T-00159/1, p. 86; Carta a Pedro Casciaro Ramírez, desde Burgos, en EF-390224-3.