Entrenando a atletas

“La herencia de Mons. Escrivá de Balaguer”, escrito por Luis Ignacio Seco.

Lázaro es profesor de Educación Física y Entrenador Nacional de Atletismo en España.

–¿Por qué se hizo del Opus Dei?

–Me movió el ambiente y la alegría que encontré. Me atraía la seriedad que se ponía en la religión, en cumplir como buenos cristianos. Por supuesto, me he hecho del Opus Dei porque Dios me ha llamado. Si no, no estaría. Luego lo que más me contagió fue la alegría, el compañerismo, los amigos de verdad.

–¿Qué significa para usted ser del Opus Dei?

–Vivir siempre alegre. Darle a la vida un sentido muy positivo, aun en momentos muy difíciles en lo profesional, en lo económico, etcétera. Pongo lo que puedo de mi parte y Dios se encarga de que salgan las cosas. En el Opus Dei he encontrado mucha alegría, una gran comprensión, y principalmente, una gran formación espiritual y humana. Y de esta formación saco ayuda, dentro de lo que cabe, para salir adelante sin que a uno le ayuden... Me han enseñado a no enquistarme, a no quedarme paralizado, a estar al día, a no anticuarme... Si tienes atletas a tu mando, a ésos los tienes que llevar al máximo de sus posibilidades: son personas que confían en ti y eso te lleva a la obligación de estar al día en todo...

–¿A qué figuras entrena usted?

–Entreno a mucha gente; no busco figuras, pero salen. Pero, a lo que iba: el Opus Dei lo que hace es dar formación doctrinal y humana. Me ha enseñado a distinguir entre lo bueno y lo malo y he elegido siempre lo que en conciencia me ha parecido justo, lo mejor, lo que he querido. Nunca me han impuesto nada. Lo único que me ha pedido el Opus Dei es lo que me pide la Iglesia. No me lo pide el Opus Dei, me lo pide la Iglesia. En mi forma de pensar y de hacer las cosas soy libre completamente. Yo ahora soy más libre, porque me siento con más formación para elegir lo que me conviene en conciencia, para elegir con más seguridad. Por eso soy más libre.

–¿Se considera mejor que los demás?

–Ni superior, ni inferior: me considero quien soy. Lo que siento es una seguridad grande al hacer las cosas, porque las procuro hacer con rectitud: si salen torcidas, mala suerte, pero he puesto toda mi buena voluntad. Lo que decía antes es que el Opus Dei sólo da espíritu, y en el sentido espiritual he recibido mucho... todo. Material, no he sacado nada, no me ha dado nada. El Opus Dei jamás me ha solucionado problemas económicos ni profesionales. Esos los he sacado adelante con mi trabajo y mi esfuerzo. Si me hubiera dado ventajas materiales me sentiría obligado, y el Opus Dei no obliga a nada. Gracias a esto soy libre.