Santificar el trabajo

Breve biografía sobre el Fundador del Opus Dei escrita por José Miguel Cejas

Un padre de familia le preguntaba cómo acercar a la Iglesia a los alejados de la fe; una mujer paralítica, en silla de ruedas desde hacía muchos años, le pedía sugerencias para influir cristianamente en la sociedad; un entrenador de fútbol juvenil, le manifestaba su preocupación por ayudar a los jóvenes de su equipo; un quiosquero le pedía consejo para hacer una sociedad más limpia.

Con ejemplos asequibles y plásticos, adecuados a las diversas mentalidades y culturas, hablaba de la necesidad de santificar el trabajo . Santificarlo significa realizarlo cara a Dios, con perfección humana y sobrenatural, con sentido de servicio a los demás

Escribía: Lo que he enseñado siempre —desde hace cuarenta años— es que todo trabajo humano honesto, intelectual o manual, debe ser realizado por el cristiano con la mayor perfección posible: con perfección humana (competencia profesional) y con perfección cristiana (por amor a la voluntad de Dios y en servicio de los hombres). Porque hecho así, ese trabajo humano, por humilde e insignificante que parezca la tarea, contribuye a ordenar cristianamente las realidades temporales –—manifestar su dimensión divina— y es asumido e integrado en la obra prodigiosa de la Creación y de la redención del mundo ”.