Perdiguera. ¡Con qué ilusión recuerdo aquello!

Breve biografía sobre el Fundador del Opus Dei escrita por José Miguel Cejas

Perdiguera, de donde fue nombrado Regente auxiliar, era un pueblo de 870 habitantes, a 24 kilómetros de Zaragoza. Realizó una intensa labor sacerdotal. Tiempo después estuvo brevemente en otro pueblo, Fombuena. He estado dos veces en parroquias rurales. ¡Qué alegría cuando me acuerdo! Me hicieron un bien colosal, colosal, colosal! ¡Con qué ilusión recuerdo aquello!

Entre los vecinos de Perdiguera había un muchachito que pastoreaba unas cabras, con el que charlaba con frecuencia: me daba pena ver que pasaba todo el día por ahí, con el rebaño. Quise darle un poco de catecismo, para que pudiera hacer la Primera Comunión. Poco a poco, le fui enseñando algunas cosas. Un día se me ocurrió preguntarle, para ver cómo iba asimilando las lecciones: —Si fueras rico, muy rico, ¿qué te gustaría hacer? — ¿ Qué es ser rico?, me contestó. —Ser rico es tener mucho dinero, tener un banco... —Y… ¿qué es un banco? Se lo expliqué de un modo simple y continué: —Ser rico es tener muchas fincas y, en lugar de cabras, unas vacas muy grandes. Después, ir a reuniones, cambiarse de traje tres veces al día... ¿Qué harías si fueras rico? Abrió mucho los ojos, y me dijo por fin: —Me comería ¡cada plato de sopas con vino! Todas las ambiciones son eso; no vale la pena nada. Es curioso, no se me ha olvidado aquello. Me quedé muy serio, y pensé: Josemaría, está hablando el Espíritu Santo. Esto lo hizo la sabiduría de Dios, para enseñarme que todo lo de la tierra era eso: bien poca cosa .

Ese era su Maestro: el Espíritu Santo. La Sabiduría divina iba enseñándole, guiándole, escribiendo derecho a través de los aparentes renglones torcidos con los que se encontraba, desconcertantes a primera vista: incomprensiones de parientes, problemas económicos... Cuando regresó a Zaragozase hizo cargo de una capellanía y continuó sus estudios de Derecho, al tiempo que daba clases en el Instituto Amado.