Predicación de Benedicto XVI en Semana Santa

"Amando podemos entrar, de algún modo, en la existencia del otro", ha dicho el Papa en la Vigilia de Resurrección celebrada en el Vaticano. Cristo no sólo ha roto el muro entre la vida y la muerte, sino entre el tú y el Yo, entre Él y nosotros. Lea éste y otros textos de la predicación de estos días.

'En nuestra muerte el partir es una cosa definitiva, no hay retorno. Jesús, en cambio, regresa'.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN (VIGILIA PASCUAL). Texto completo. Tras entrar en la basílica del Vaticano a oscuras, el Santo Padre inició la Celebración que conmemora el triunfo de Cristo sobre la muerte con el rito de la luz. Una vez proclamada la resurrección, y con la basílica en todo su esplendor, Benedicto XVI ha hablado sobre el bautismo para recordarnos las promesas a las que estamos comprometidos para resucitar con Cristo:

"En nuestra muerte el partir es una cosa definitiva, no hay retorno. Jesús, en cambio, dice de su muerte: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Justamente en su irse, él regresa. Su marcha inaugura un modo totalmente nuevo y más grande de su presencia. Con su muerte entra en el amor del Padre. Su muerte es un acto de amor. Ahora bien, el amor es inmortal. Por este motivo su partida se transforma en un retorno, en una forma de presencia que llega hasta lo más profundo y no acaba nunca".

VIERNES SANTO (PALABRAS EN EL COLISEO TRAS EL VIA CRUCIS). Texto completo. Tras la lectura del Via Crucis escrito por el obispo de Hong-Kong y bajo una intensa lluvia, el Santo Padre ha realizado algunas consideraciones sobre la Pasión:

"«Amigo», así llama Jesús a Judas y le dirige el último y dramático llamamiento a la conversión. «Amigo», llama a cada uno de nosotros, porque es auténtico amigo de todos nosotros. Por desgracia, no siempre logramos percibir la profundidad de este amor sin fronteras que Dios nos tiene. Para Él no hay diferencia de raza y cultura. Jesucristo murió para liberar a la antigua humanidad de la ignorancia de Dios, del círculo de odio y violencia, de la esclavitud del pecado. La Cruz nos hace hermanos y hermanas".

JUEVES SANTO (MISA IN CENA DOMINI) Texto completo.

En la celebración eucaristica que conmemora especialmente la Última Cena, Benedicto XVI a invitado a perdonar y a purificarnos antes de asistir al sacrificio de Cristo. 

«A esto exhorta el Jueves Santo: a no dejar que el rencor hacia los demás se vuelva veneno del alma. Nos exhorta a purificar continuamente nuestra memoria, perdonándonos de corazón los unos a los otros, lavándonos los pies los unos a los otros, para poder dirigirnos todos juntos hacia el banquete de Dios».

JUEVES SANTO (MISA CRISMAL) Texto completo.

Queremos despertar en nosotros la memoria viva de los sufrimientos que el Señor padeció por nosotros y prepararnos para celebrar con alegría, el próximo domingo, 'la verdadera Pascua'.

El Papa ha hablado en la Misa crismal de servicio, especialmente del que presta el sacerdote a los hombres: 

"[El sacerdote] debe tener al mundo despierto para Dios. Debe ser alguien que está de pie erguido frente a las corrientes del tiempo (...). "Servir" significa cercanía, exige familiaridad. Esta familiaridad comporta también un peligro: que lo sagrado, con el que nos encontramos continuamente, se convierta en rutina". 

MIERCOLES SANTO (AUDIENCIA GENERAL) Texto completo

El Santo Padre ha repasado los tres días santos que la Iglesia va a conmemorar: 

"Al final del camino cuaresmal, nos disponemos también nosotros a entrar en el clima mismo que Jesús vivió entonces en Jerusalén. Queremos despertar en nosotros la memoria viva de los sufrimientos que el Señor padeció por nosotros y prepararnos para celebrar con alegría, el próximo domingo, "la verdadera Pascua".

(AUDIENCIA AL UNIV) Texto completo 

'[El sacerdote] debe tener al mundo despierto para Dios. Debe ser alguien que está de pie erguido frente a las corrientes del tiempo'.

Dirigiéndose a los universitarios del UNIV, el Papa ha dicho: 

"Ser amigos de Cristo y dar testimonio de Él allí donde nos encontremos exige, además, el esfuerzo de ir contracorriente, recordando las palabras del Señor: estáis en el mundo pero no sois del mundo (cf. Jn 15,19). No tengáis, por tanto, miedo, cuando sea necesario, de ser inconformistas en la universidad, en el colegio y en todas partes".

DOMINGO DE RAMOS

El Papa ha comentado algunas escenas del Evangelio de San Mateo: la expulsión de los mercaderes del Templo, las acusaciones injustas en el juicio a Cristo, y la invitación del Salvador a hacernos como niños.

"Allí donde debía darse el encuentro entre Dios y el hombre, Él encuentra comerciantes de ganado y cambistas que ocupaban con sus negocios el lugar de oración. En efecto, el ganado que allí se vendía era destinado a los sacrificios que se inmolarían en el Templo (...). Pero todo eso podía haberse hecho en otro lugar: el espacio donde se realizaba era destinado inicialmente a ser el atrio de los paganos. El Dios de Israel era el único Dios de todos los pueblos. Y aunque los paganos no entraban en la Revelación, podían al menos, en el atrio de la Fe, unirse a la oración al Dios único. El Dios de Israel, el Dios de todos los hombres, estaba siempre a la espera de su oración, de su búsqueda, de sus invocaciones. Y sin embargo, allí se estaba comerciando".

"Todo esto debe hacernos pensar también a nosotros cristianos: ¿Es nuestra fe tan pura y abierta que a raíz de ella los "paganos" -las personas que actualmente buscan y se hacen preguntas- pueden intuir la luz del Dios único?, ¿pueden asociarse en los atrios de la fe a nuestra oración y con sus dudas convertirse a su vez en adoradores? ¿Somos conscientes de que la avidez y la idolatría puede también alcanzar nuestro corazón y nuestra vida? ¿No es posible que estemos dejando entrar de alguna manera a los ídolos en nuestra vida de fe? ¿Estamos dispuestos a dejarnos purificar, una y otra vez, por el Señor, permitiéndole arrancar de nuestra alma, y de la Iglesia, todo lo que es contrario a Él?".

"El Evangelista continúa diciendo que "Se le acercaron los ciegos y cojos que estaban en el Templo y Él les curó". También dice que los niños llenaron en el Templo las aclamaciones que habían oído de boca de los peregrinos en la entrada de la Ciudad: "¡Hosanna al Hijo de David!". Frente al comercio con los animales y el negocio con el dinero, Jesús contrapone su bondad que cura. Esa es la verdadera purificación del Templo. Él no viene como destructor. No viene con la espada del revolucionario. Llega más bien con el don de la curación. Jesús muestra a Dios como el que ama, y su poder es el del amor. Y de esa forma nos sugiere cómo dar culto siempre a Dios: con la curación, con el servicio, con la caridad".

Discurso completo (en italiano).