Por qué dejé el Wall Street Journal y vine al Bronx

Jose Healy, mexicano, cambió Manhattan y su prometedora carrera en el prestigioso periódico Wall Street Journal por otra vida en el barrio neoyorkino del Bronx. Su vida ha dado un vuelco. Y no sólo la suya. El Crotona Centre rescata a niños de la calle y les propone una vía distinta. Te mostramos desde dentro cómo lo consiguen.

Reportaje de Míriam Díez Bosch en Aleteia.

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¿Por qué dejó el WSJ y se fue al Bronx?

La verdad es que siempre he tenido un gran deseo de ayudar a la gente joven, porque son el futuro de la sociedad.

Para serte sincero, mi sueño siempre había sido, como periodista y aspirante al periodismo, trabajar en el Wall Street Journal. Llegué a trabajar allí. Casi no me lo creía, estaba trabajando en el Wall Street Journal, un periódico muy bueno y en el que es muy difícil entrar.

El periodismo tiene un impacto social impresionante, pero salió esta oportunidad de tener un impacto más directo con gente joven y poder formar a niños en el Bronx

Pero… me interesaba tener un impacto más directo en la gente joven. Claro, el periodismo tiene un impacto social impresionante, pero salió esta oportunidad de tener un impacto más directo en una zona, el Bronx, donde los chicos sufren muchas desventajas.

¿Le gustaría que alguno de los chicos del Bronx trabajara en el Wall Street Journal?

Me encantaría, la verdad. Y eso es lo bonito también de este tipo de trabajo. A veces podría pensar que perdí la oportunidad de ser un gran periodista, de ser reportero o corresponsal. Pero uno puede formar a muchos periodistas en el transcurso de los años y con la ayuda de Dios y con el esfuerzo que pongamos en Crotona pueden llegar lejos, incluso a los mejores periódicos de los Estados Unidos y del mundo.

¿No se puede ser buena persona en un periódico?

Mi decisión no fue tanto una forma de limpiar mi conciencia o de decir “oye, estoy en el mundo del periodismo que es feo, o de muchos vicios, o de más pelea y ahora necesito purgarme y hacer algo para la comunidad”. No.

El periodismo es un vehículo también para el bien para influir positivamente en la sociedad

De hecho el periodismo es un vehículo también para el bien para influir positivamente en la sociedad. Trabajar en el Bronx con niños es algo que siempre me ha hecho ilusión.

Lo que pasa aquí en el Bronx es que los papás ambos trabajan, a veces el papá no está presente o fue deportado o tuvo que irse. Muchos son de la República Dominicana.

Lo de las bandas callejeras, ¿es un mito de las películas?

Hay malas influencias de las pandillas, llamadas gangs, o gente que vende drogas aquí y se lo ves por la zona, no está escondido.

No nos cerramos a ninguna religión, aceptamos niños de cualquier creencia, no nos limitamos sólo a estudiantes católicos

Hay otra opción, les podemos enseñar que pueden tener una vida mucho más feliz siguiendo el buen camino de las virtudes y de los valores, el camino del bien.

No nos cerramos a ninguna religión, aceptamos niños de cualquier creencia, no nos limitamos sólo a estudiantes católicos.

¿Es lo mismo rezar en Manhattan que rezar en el Bronx?

Dios es el mismo, rezo de la misma forma en Manhattan o en el Bronx. Quizá en el Bronx rezo más, porque me doy cuenta que necesito estar más cerca de Dios para ayudar a la gente que estoy atendiendo. En Manhattan también atiendo a gente, pero aquí hay cosas más difíciles.

¿El Papa de las periferias le inspira?

Este es un Papa que ha enfatizado mucho salir a ayudar a la gente pobre, salir a la gente, a las periferias y, además, es el Año de la Misericordia.

Este es un Papa que ha enfatizado mucho salir a ayudar a la gente pobre, salir a la gente, a las periferias y luego, encima de todo esto, el Año de la Misericordia

Para mí es casi como confirmar la decisión, que estoy en el lugar adecuado, me encanta esa idea y siento que en cierta forma me siento más motivado para estar aquí, apoyado por el Papa y sabiendo que está rezando por nosotros.

Un “Bronx” más allá de la droga, la delincuencia y la pobreza from Opus Dei

¿Qué es la misericordia, en un contexto como el Bronx?

Cuando pienso en misericordia me gusta pensar en la bondad de Dios. Por más miserables que seamos, por más pequeños que seamos, por más limitados y defectos que tengamos tenemos a un padre que nos quiere más que todas las madres del mundo.

Para mí la misericordia es pensar que Dios está ahí para ayudarme y para hacer lo que Él quiere. Y siempre, cuando esté yo esforzándome -en este caso para ayudar a los demás y vivir una vida cristiana-, ahí está Dios, mi padre, para apoyarme en todo.