Una fecha redonda: la canonización de San Josemaría, cinco años después

Hace un mes se celebró en la iglesia de la Sagrada Familia de Nazaret y San Josemaría Escrivá de Balaguer el quinto aniversario de la canonización de San Josemaría. Con ocasión de esta fecha redonda recogemos algunos testimonios

Sin duda, para los amigos y miembros del Opus Dei, el seis de octubre tiene una resonancia especial porque se rememora el día en que Juan Pablo II hizo santo a Josemaría Escrivá de Balaguer. Ese día, cientos de personas asistieron a la Santa Misa, oficiada por Monseñor Francisco de Guruceaga. 

En la homilía, Monseñor Guruceaga expresó, refiriéndose a la cantidad de asistentes a la celebración: “de más está decir, que esta fecundidad tiene su origen siempre en la fe y la esperanza que vivió San Josemaría, y que depositó en sus hijas e hijos, que fueron a todas partes del mundo, entre ellas a Venezuela. Sin ellos, sencillamente no estaríamos nosotros hoy en esta iglesia y en esta Misa. Dios puede hacer las cosas de mil modos distintos, pero lo ordinario lo hace siempre a través de los hombres.” 

Durante sus palabras, Monseñor Guruceaga recordó los años en que conoció a San Josemaría: “Conocí a San Josemaría Escrivá de Balaguer en 1955, en Roma. Fueron años sencillamente inolvidables, no precisamente por mí, sino por él. Su desvelo por cada uno, su cariño de “madre” y su exigencia de “padre”, su ejercicio de buen pastor, su dedicación a la Iglesia y al Opus Dei, su ejemplo de vida, no hacían más que afirmar lo que la Iglesia sancionaría luego: como Siervo de Dios, como Venerable, como Beato y como Santo”. 

Un pequeño recorrido

Entre los asistentes a la Misa también estaba Giovanna Conace Rakouski, comerciante, vendedora de carteras y bisutería en el mercado de Guaicaipuro de Caracas. 

¿Qué recuerda de la canonización? 

Yo tuve la suerte de ir a Roma para la canonización. Conocí el mensaje de San Josemaría y gracias a ello pude ver que la vocación cristiana la podíamos vivir en medio del mundo. Para mí eso es lo más importante, es la base de mi vida. Creo que si San Josemaría no hubiese fundado el Opus Dei y no hubiese estado aquí en Venezuela, yo no tendría la suerte de haber conocido ese camino que ha significado mi norte, mi sur, mi todo.

¿Qué significa que hayan hecho santo al fundador del Opus Dei?

Cuando lees sus escritos te das cuenta de la profundidad con que vivió su vocación. Pienso que cuando Juan Pablo II lo canoniza es por la certeza de que fue una persona que luchó por estar cerca de Dios e hizo el esfuerzo de llevar su fe a todas las personas, y creo que eso es lo que debemos hacer todos. Estamos muy lejos de ser santos, pero ahí es a donde todos queremos llegar, estar lo más cerca de Dios para luego ganar el Cielo.

Una joven madre

Isabel Araujo estaba de paso en Caracas y asistió a la Misa con su niña de cinco meses.

¿Qué significó la canonización de San Josemaría para usted?

Que ahora es un santo de la Iglesia Universal. No sólo le pertenece a las personas de la Obra, sino que ahora ese mensaje –la llamada universal a la santidad- puede llegar hasta los rincones más alejados de la tierra.

¿Y para usted, quién es San Josemaría?

Puedo decir que literalmente le debo la vida a San Josemaría. La razón es que cuando mi mamá conoció el Opus Dei, tenía una concepción distinta de los hijos. No los veían como un don, que es lo que enseña la Iglesia Católica. Gracias a San Josemaría, mis papás tuvieron más apertura a la vida; y así soy la sexta de nueve hermanos y estoy muy agradecida con mis papás por su generosidad.

Un estudiante de medicina

Luis César Hernández es un joven estudiante de medicina. Él también asistió a la celebración del primer lustro.

¿Qué significa para ti la canonización de San Josemaría?

Para mi significa que se concreta y se hace cada día más evidente una realidad, no solamente querida por San Josemaría Escrivá y el Opus Dei, sino sobre todo por Dios, por la Iglesia: esa realidad es la llamada universal a la santidad, en todas las circunstancias y en todos los momentos. Eso es lo que verdaderamente celebramos en este aniversario.

¿Piensas que ese mensaje tiene sentido para la Venezuela actual?

Es un mensaje que es y será siempre vigente, pues creo que hasta el último hombre que quede sobre la tierra está llamado a la santidad, porque eso es un querer de Dios. En la Venezuela actual, un país tan convulsionado y difícil, me parece que se hace más palpable la necesidad de que todos los venezolanos, cada día más, luchemos por ser santos. 

¿Y a ti como joven que fue lo que más te llamó la atención del mensaje de San Josemaría?

Me gustó sobre todo encontrarme con gente como yo, que también estaban estudiando, trabajando, que hacían deporte conmigo, que subíamos al pico Naiguatá… Muchachos que iban todos los días a Misa, que rezaban el Rosario, pero que por ello no cambiaban su forma de ser. Es decir, muchachos que no eran ningunos “gallos”, que luchaban por santificar su trabajo, pero sin ser distintos a los demás. Eso fue lo que me llamó la atención, el ver a través del ejemplo la realidad de un mensaje: el de la llamada universal a la santidad.