“Me vi engranado en el Opus Dei”

El mensaje de San Josemaría me gusta mucho porque dice que la santidad es hacer las cosas con cariño, por sencillas que sean. El 25 de marzo cumplí 77 años, y siempre he estado en el trabajo del campo, como me enseñaron mis papás, pero cuando conocí el Opus Dei, a través de mi hija, aprendí que todo eso que hacía día a día, podía tener una dimensión distinta si lo hacía cara a Dios.

El señor José Gámez vive en Táriba, estado Táchira. Tiene una pequeña finca de café en la vía que conduce a Rubio. Toda su vida ha estado dedicado a las labores del campo y, a través de ese trabajo -combinado con otro como maquinista durante muchos años- sacó adelante, junto con su esposa Lucía, a sus 10 hijos. Es padre de una numeraria.

“Cuando oía hablar de San Josemaría pensaba, ¿Quién será? Y de pronto me encontré engranado en la Obra, en el Opus Dei, porque mi hija es numeraria. Ahora sé mucho sobre él y el mensaje que Dios le pidió que transmitiera”.

—¿Qué piensa de la vocación de su hija?

El señor José con uno de sus nietos

 Cuando empecé a conocer la Obra sabía que mi hija estaba en algo bueno, pero quería saber más: siempre es una novedad. Cuando empecé a leer sobre San Josemaría lo que más me gustó fue el cariño que le tenía a la Virgen. Pensé, “los que le tienen cariño a la Virgen no se equivocan. Ahora estoy muy contento porque ella está contenta”.

—¿Qué piensa del mensaje del Opus Dei?

Me gusta mucho porque San Josemaría dice que la santidad es hacer las cosas con cariño, por sencillas que sean. Yo, como agricultor, ofrezco mi trabajo a Dios todos los días. Para mí esto fue algo novedoso. El 25 de marzo cumplí 77 años –y entré a los 78- y siempre he estado en el trabajo del campo, como me enseñaron mis papás, pero cuando conocí el Opus Dei, a través de mi hija, aprendí que todo eso que hacía día a día, podía tener una dimensión distinta si lo hacía cara a Dios, y así procuro hacerlo. Ah, y tengo una noticia, porque como esto es una entrevista y las noticias pueden interesar, les digo que desde que conocí el Opus Dei estoy yendo a Misa todos los días.

El día del señor José empieza temprano: santa Misa, desayuno (con café de su finca) y luego recorre con su esposa, y uno de sus hijos, media hora de camino hasta llegar a “Libertad”, la finca en la que trabaja hasta la tarde, momento de regresar a la casa.

— A veces dicen que en el Opus Dei todos son ricos...

Sí, yo he escuchado eso y he estado pensando. Me parece muy bien que a través del Opus Dei se pueda llegar también a la gente rica porque es una oportunidad para los que tienen plata de poner sus riquezas al servicio de la Iglesia. Quizás, antes de acercarse a Dios, ni pensaban que podían colaborar tan directamente con el apostolado, y ahora sus vidas tienen otro matiz. Creo que es una oportunidad maravillosa que Dios les da a las personas con dinero. De otro lado, no tengo mucho que decir sobre eso de que en el Opus Dei todos tienen mucho dinero, porque es evidente que nuestra familia no lo tiene y mi hija es del Opus Dei. Además, todo el que sirve a Dios es rico, la verdadera riqueza está en servir a Dios. 

—¿El Opus Dei separa a los hijos de los padres?

Dios busca a las personas y les da la vocación al Opus Dei para que hagan un apostolado concreto para favorecer a los demás. Si esto es hacer “daño”, pues que sigan haciendo todo ese “daño”, porque están haciendo mucho bien. Yo lo que he visto es que esa hija mía sigue siendo la profesional de siempre, pero ha colocado su vida y su profesión al servicio de Dios.

—¿Cuántos hijos tiene?

 

Tengo diez hijos. Seis hombres y cuatro mujeres. Si fuera del Opus Dei, seguramente habría tenido esa misma cantidad de hijos. O más, no sé. Lo que sí sé, porque eso es lo que nos enseñaron nuestros padres desde siempre, es que cada hijo es una bendición de Dios. Yo me siento muy orgulloso de cada uno de ellos. Ahora tengo 16 nietos y cada vez que contemplo esta familia numerosa no me canso de darle gracias a Dios por este don inmerecido de la familia. Y lo digo, ojalá todos mis hijos hubieran sido del Opus Dei.

—¿Cómo es eso de sentirse "engranado" en el Opus Dei?

Desde que mi hija es de la Obra, yo siento que tengo una familia más grande. La gente de la Obra que vive aquí en el Táchira siempre nos ha brindado mucho cariño, en momentos difíciles han estado muy pendientes de nosotros. Es que nos creció la familia porque Dios nos engranó en el Opus Dei.

Un favor de San Josemaría 

Hace unos años pasaba por una situación difícil. Había caído sobre mí una calumnia que me dolía mucho. Estaba muy intranquilo porque no estaba acostumbrado a esas cosas. Un día empecé a leer un libro que mi hija me había regalado. Se llama Camino. Abrí el libro y el punto que encontré decía, refiriéndose a Dios: “Si Tú no quieres mi honra, yo para qué la quiero”. Cerré el libro y me quedé muy tranquilo. Ahí tenía la respuesta a mi intranquilidad, así se lo dije a mi esposa, que también se quedó tranquila. Al poco tiempo, se diluyó la calumnia.