Estoy cerca, estoy en la Cruz

Este jueves 2 de julio, se cumple un nuevo aniversario de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento. Somos Tierra de Gracia, como se nos ha denominado desde las primeras exploraciones. Pero en estos tiempos de cuarentena, puede que nuestras costumbres de piedad se hayan enfriado. Juan Pablo II nos propone la Comunión espiritual y el Rosario para fortalecer la fe.

Por eso, continuando en mi diálogo con el Santo Padre Juan Pablo II, me animo a preguntarle:

¿Cómo no olvidarme tanto de Jesús en una situación donde no puedo ir a visitarlo y capaz no me sienta tan cerca de Él como cuando puedo ir a la Iglesia y ver el sagrario en físico y no a través de una pantalla? ¿Cómo ayudar a la gente a que no se acostumbre a una iglesia cerrada y a vivir sin sacramentos?

Esta pregunta me recuerda los tiempos iniciales de la gran ciudad polaca de Nowa Huta. Diseño moderno, nueva planta, presencia de elementos de progreso... pero sin Iglesias. Se presentaba como la manifestación del gran ideario del paraíso socialista. Pero, lo que las autoridades olvidaron o prohibieron, lo colocaron los hombres: una Cruz.

Durante años sólo hubo algunos actos de culto aislados, alrededor de esa Cruz... yo mismo llegué a celebrar Misa de Navidad a medianoche en pleno invierno polaco. No estaba el Señor, pero estaba la Cruz y el lugar sirvió de referencia de la vida trascendente... Hoy, para muchos... para casi todos... el Señor no está cercano de modo sacramental, pero está la Cruz. Y ella está presente en su doble vertiente. En la realidad de la pandemia: dolor, sufrimiento... y en la realidad de la Redención obrada por Cristo hace ya más de 2000 años.

¿Cómo conjugar ambas realidades? Pienso que pueden servir unas líneas que dije en Eclessia de Eucharistía... «es conveniente cultivar en el ánimo el deseo constante del Sacramento eucarístico. De aquí ha nacido la práctica de la «comunión espiritual», felizmente difundida desde hace siglos en la Iglesia y recomendada por Santos maestros de vida espiritual. Santa Teresa de Jesús escribió: «Cuando [...] no comulgáredes y oyéredes misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho [...], que es mucho lo que se imprime el amor ansí deste Señor». Y esto es así, pues «contemplar a Cristo implica saber reconocerle dondequiera que Él se manifieste, en sus multiformes presencias...» (Eclessia de Eucharistia, extracto).

Comunión espiritual que san Josemaría recitaba desde pequeño. Foto Saintips

¿Cómo trasmitir fe en tiempo de confinamiento? ¿Qué haces cuando sientes que tu fe se debilita?

En momentos en los cuales las tensiones o preocupaciones de algunos hechos o sucesos pesan más en el alma... pudieras recordar aquello que dije en la apertura de mi pontificado: «¡No tengáis miedo! ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!. Abrid vuestro corazón, vuestra vida, vuestras dudas, vuestras dificultades, vuestras alegrías y vuestros afectos a su fuerza salvífica y dejad que Él entre en vuestro corazón. "¡No tengáis miedo! Cristo sabe lo que hay dentro del hombre. ¡Sólo él lo sabe!». (Homilía en el comienzo de su Pontificado. Domingo 22 de octubre de 1978).

¿Qué oración te trae la paz?

El Santo Rosario... «esta oración ha tenido un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes... me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo (...) el 29 de octubre de 1978, dos semanas después de la elección a la Sede de Pedro, como abriendo mi alma, me expresé así: “El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad». (Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae).

En las manos de la Virgen puse la tarea que Dios me pidió al llamarme a la Cátedra de Pedro, por eso el lema de mi escudo Papal, y, a ella, me confié al término de mi vida: «al igual que todo, pongo también ese momento en las manos de la Madre de mi Maestro: "Totus tuus".» (Testamento del Santo Padre Juan Pablo II).

El Santo Padre Francisco incluyó entre las letanías lauretanas, tres nuevas invocaciones a la Virgen María. El devocionario móvil que ofrece nuestra web ya las tiene actualizadas. Puedes acceder para ver cómo se rezan.

Imagen de portada: juanpablo2do.blogspot.com